LA TORRE DE SANTA MARÍA DE VILLAMURIEL
La iglesia de Santa María de Villamuriel es un edificio de gran solidez, con buenos materiales y una técnica de construcción de excelente maestría.
Sin embargo, la acción
de los fenómenos atmosféricos y de la dinámica interna en la corteza terrestre
y la intervención humana en las estructuras en sus 8 siglos de existencia han
provocado un deterioro, a veces grave, en las mismas, lo que ha obligado a
diversas actuaciones de remodelado o rehabilitación, tanto en las naves como
en la torre, en los siglos XX y XXI.
IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR
Con motivo de la
reciente intervención en el piso del campanario, aprovecho la ocasión para dar
a conocer cómo es la torre, qué funciones ha cumplido, cuándo ha sido construida y qué rehabilitaciones ha
tenido en los últimos siglos.
1.- ¿CÓMO ES LA TORRE?
Es una
fortaleza, de carácter defensivo, construida a la vez que la iglesia entre
finales del s. XII y primeras décadas
del s. XIII. Tiene planta cuadrada, con
muros gruesos de sillería, reforzados con grandes contrafuertes dobles en sus
esquinas.
La parte más antigua, románica de transición, está formada por 3 cuerpos, al que se añadió el cuerpo superior de las campanas a finales del s. XVI, ya en estilo herreriano, alcanzando una altura de más de 30 m.
2.- FUNCIONES DE LA TORRE Y SUS DEPENDENCIAS ANEJAS
Inicialmente
tuvo un carácter puramente defensivo, al ser la fortaleza que el obispo de
Palencia tenía en Villamuriel, una villa de su señorío, que controlaba el camino real de
Palencia a Dueñas y en la que podría refugiarse con seguridad, si se encontraba en peligro en su alcázar de
Palencia, al estar Villamuriel muy cerca de la ciudad.
Más tarde sirvió
de residencia estacional de los obispos, que,
tal vez ya en el s. XIV, mandaron construir estancias encima de las
bóvedas de las naves laterales de la iglesia para aumentar el espacio habitable
y poder desplazarse por ellas con más comodidad.
Además al 2º
cuerpo de la torre se le añadió una habitación en su cara sur, que permitía
acceder a las habitaciones levantadas encima de la nave lateral norte de la
iglesia y por un pasadizo que cruzaba la nave central de la iglesia se llegaba
a las estancias situadas encima de la nave lateral sur.
También
residieron temporalmente en la torre y sus dependencias anejas algunos miembros
de la familia real, como la reina María de Molina y sus hijos en el s. XIV, tal
como señala el Arcediano del Alcor en la Silva Palentina.
Esas
dependencias también debieron ser utilizadas a veces como prisión para clérigos
encarcelados por orden del obispo por diversos delitos.
A mediados del
s. XV, el obispo D. Pedro de Castilla construyó una casa-palacio al sur de la
iglesia, adosada a esta, para residencia de los obispos. La destrucción del alcázar-palacio de
Palencia por los vecinos de la ciudad en 1465 hizo que los Obispos pasasen
largas temporadas e incluso residiesen de forma permanente en su villa de
Villamuriel, pero habitando no en la torre o las dependencias situadas encima
de las naves, sino en el nuevo palacio, que reunía mejores condiciones para
vivir que aquellas.
En 1520 los
comuneros de Palencia destruyeron el palacio y parte de la torre y, aunque fueron
rehechos unos años más tarde, los obispos establecieron su residencia
permanente en la villa de Valladolid, frecuentada por los reyes Austrias y sede
de la Real Chancillería.
Así en la 2ª
mitad del s. XVI el palacio dejó de ser residencia habitual de los obispos y la
iglesia del palacio pasó a ser iglesia del pueblo, perdiendo la torre su
condición de fortaleza defensiva o residencial para convertirse en torre de la
iglesia parroquial, función que ha continuado desempeñando en los siglos
siguientes.
En el s. XX, la
torre, además de ser campanario, ha albergado el baptisterio en el cuerpo bajo.
Durante algún
tiempo, en las estancias de los cuerpos altos se guardó la imagen de San
Sebastián y algunas de las piezas de orfebrería de más valor, para evitar que
fueran robados por Erik el Belga, que en las décadas de 1960 y 70 estaba
realizando robos en muchas iglesias de Castilla y León.
Recientemente,
se han adecentado algunas estancias para guardar en ellas las
enseñas y demás materiales de las Cofradías y para realizar en verano
representaciones teatrales de episodios de la historia del templo por el grupo
de teatro de Villamuriel “A ninguna parte”.
3.- LA CONSTRUCCIÓN DEL CAMPANARIO DE LA TORRE
A.- EL CONTRATO CON JUAN DE LA LASTRA
Al haber
decidido el Obispado convertir la iglesia de santa María en iglesia parroquial
principal de la villa en lugar de la iglesia de san Sebastián, a finales del s.
XVI acordó convertir la torre en campanario, encargando la obra al arquitecto
Juan de la Lastra, seguidor del estilo herreriano (de Juan de Herrera).
En 1594, el
Obispado firmó el contrato con J. de la Lastra ante el escribano (notario) Juan
de la Rúa y se pagó la licencia para hacer la obra y pasar a ella las campanas
de san Sebastián.
Juan de la Lastra (mediados s. XVI- 1618) fue un maestro de cantería que tuvo una actuación destacada como constructor de obras del obispado palentino en las provincias de Palencia y Valladolid, así como en tareas de tasador de las obras de otros maestros.
Trabajó en Dueñas, Ampudia, Villamuriel, en varios conventos
de la ciudad de Palencia y en torres de diversos pueblos del Cerrato o Campos.
LICENCIA PARA HACER LA TORRE Y PASAR A ELLA LAS CAMPANAS
Transcripción del documento: “Item da por descargo que pagó a Martín Nieto, procurador de causas, por sacar licencia para hacer la torre y pasar a ella las campanas y otra licencia para traer piedra los días de fiesta, ciento y sesenta maravedíes" (en el centro) -- "CLX” (a la derecha)
B.- LA EJECUCIÓN DE LA OBRA
La construcción
del campanario se realizó a lo largo de 6 años (1594-1599), desmontando el
tejado de la torre y añadiendo un 4º cuerpo a la misma, obra que finalizó con
la colocación del nuevo tejado y de las campanas en los ventanales del
campanario.
El cuerpo
añadido empezaba en el cuarto de la maquinaria del reloj y por los 18 nuevos
escalones añadidos a la escalera de caracol se accedía al campanario.
El importe total
de la obra ascendió a unos 31.000 reales, que fue pagando la parroquia con los
ingresos propios de la “fábrica” (así se llamaba a la iglesia como edificio de
culto), que anualmente oscilaban entre 2.000 y 8.000 reales.
De esa cantidad,
14.000 reales (casi la mitad del total) fueron los emolumentos del arquitecto
y otros 4.000 para los aparejadores y oficiales (Pedro de Ancillo, Juan del Mazo,
Pedro de Ahedo).
CUENTAS DE FÁBRICA (1595) - PAGO DE 3.232 REALES A J. DE LA LASTRA
Transcripción de parte del 2º descargo: "Juan de la Lastra" (a la izquierda) --“Item se le reciven en quenta tres mill y ducientos y treinta y dos reales y medio que mostro aver pagado a Pedro de Ancillo, aparejador de la obra de la torre de la dicha yglesia, en nombre de Juan de la Lastra, maestro de la dicha obra, en veinte y ocho cartas de pago…" (en el centro) - "CIXUDCCCCV" (a la derecha)
(109.905 maravedíes)
Además en la
obra intervinieron otros artesanos:
-- los canteros, los
hermanos Calvo (sacaron los sillares de la cantera de Monzón)
-- los carreteros
(transportaron en carros la piedra, la cal, el yeso, los cantos, la madera…
hasta la obra)
-- los campaneros, Tomás de Caxadillo y Pedro de Penilex (bajaron las campanas de san Sebastián y las instalaron en santa María, además de hacer una campana pequeña nueva y rehacer otra pequeña que estaba rajada)
-- los carpinteros (montaron la grúa para subir los materiales y los andamios)
-- los albañiles (desmontaron el tejado viejo e hicieron el nuevo)
-- los cordeleros (hicieron la maroma para la grúa y otras cuerdas)
-- los herreros, los peones (atendían la grúa y asistían a los canteros).
Como datos curiosos, señalar que para la obra, entre otros materiales, se trajeron 766 carros de piedra de Monzón, 704 cargas de cal, 18 cargas de yeso y se emplearon 860 tejas para cubrir el tejado.
C.- EL PLEITO ENTRE EL ARQUITECTO Y EL OBISPADO
El problema
surgió al pagar al arquitecto Juan de la Lastra. De 1595 a 1598 la iglesia fue atendiendo a
las cartas de pago presentadas por Lastra.
En 1599 no le
hicieron ningún pago. Esto se debió
tal vez a que la iglesia disponía de poco dinero (como se puede ver en la gráfica de ingresos y gastos de la iglesia entre 1599 y 1602) o a que la tasación final de
la obra que hicieron los arquitectos Juan de Nates y Domingo de Cerecedo (en
representación de Lastra) fue demasiado alta y difería mucho de la realizada
por los arquitectos Juan de Celaya y Martín de Orufe (en nombre del Obispado).
El caso es que
la iglesia dejó de pagar a Lastra y en 1600 se inició un pleito ante la
justicia entre Lastra y la Iglesia. El
juicio en 1ª instancia lo ganó el arquitecto, pero el Obispado apeló a la
Chancillería de Valladolid.
En 1603 ambas
partes llegaron a un acuerdo: la iglesia renunció a la apelación y empezó de
nuevo a pagarle lo que le debían y, a cambio, el maestro de cantería condonó
550 reales a la iglesia. A finales de
1603 todavía le debían a Lastra casi 9.000 reales, parte de los cuales le
fueron pagados en los años siguientes (2.200 reales, entre 1604 y 1606).
Como los
ingresos de la iglesia fueron recuperándose a partir de 1604, calculo que en 6
o 7 años liquidaría la deuda con Lastra.
Pero no he podido saber si le pagaron todo o tuvo que hacer una nueva
condonación, porque los libros de Cuentas de Fábrica de 1607 a 1677 han
desaparecido. Tampoco he podido
consultar el contrato de la obra de la torre en el Archivo de la Catedral de
Palencia (si es que se conserva actualmente) para ver las condiciones de la
misma, que pudieron haber influido en el conflicto con el maestro.
4.- OBRAS EN LA TORRE EN EL S. XVIII:
A.- REPARACIÓN DE LOS DAÑOS PROVOCADOS POR UN RAYO:
En 1729 cayó un
rayo en la torre y provocó diversos daños en el cuerpo superior: derribó una de
las 4 pirámides del tejado y removió parte de la escalera de caracol en su
tramo superior.
El maestro
Francisco Campoo, vº de Palencia, elaboró un proyecto para su restauración, que
fue ejecutado por el maestro Manuel Sanz, con un presupuesto de 4.350 reales.
En esta obra se
desmontó el tejado, se le volvió a montar y se le remató con una aguja
revestida de hojas de lata, se colocaron 29 pasos de piedra nuevos en la escalera de caracol y
10 sillares de piedra en el cuerpo donde estaban las campanas en el rincón por
donde entró el rayo.
En el contrato
se señalaba que todos los materiales utilizados (piedra, cal, yeso, madera,
latas, veleta, etc) serían por cuenta del maestro, incluyéndolos en el precio
en que fue rematada la obra.
A poco de comenzar la obra surgió un conflicto entre el
maestro y la iglesia, porque no se estaba ajustando a lo contratado. El maestro
alegó que existía un peligro para los trabajadores, porque la torre tenía una
grieta en una de las paredes, lo cual no estaba reflejado en el proyecto de
Francisco Campoo.
Por ello, las
obras se detuvieron un tiempo, hasta que el provisor del Obispado obligó al
contratista a concluir la obra según lo pactado.
B.- NUEVO RELOJ MECÁNICO Y NUEVA CAMPANA GRANDE
El último
reloj mecánico (anterior
al eléctrico actual) se instaló en la
iglesia de Sta. Mª de Villamuriel entre 1.787 y 1.789, siendo su autor el
maestro relojero Juan José Casajús.
El coste del
mismo ascendió a 10.477 reales, de los cuales 9.226 se pagaron
al relojero por su trabajo y los materiales y 1.251 a otras personas que realizaron algunos trabajos
complementarios. De este importe, la
fábrica de la iglesia aportó 6.617 reales y el Concejo de la villa
3.860.
CUARTO DE MÁQUINAS DEL RELOJ, SIN REHABILITAR
La campana grande de la
iglesia de Santa María (vendida a mediados del s. XX) se instaló entre 1.787 y 1.789, siendo su autor el maestro campanero Alejandro Ballesteros, ayudado por su hijo Manuel Diego Ballesteros.
El coste de la misma
ascendió a 3.760 reales, de los cuales el maestro campanero cobró 2.938 y por otros trabajos
complementarios se pagaron 822 rs.
La mayor
parte del dinero salió de los ingresos de la fábrica de la iglesia, ya que el
concejo de la villa sólo aportó 250 reales.
5.- OBRAS EN LA TORRE EN LOS SIGLOS XX Y XXI
A.- REPARACIÓN DE LA GRIETA DE LA CARA OESTE
La grieta de la
cara oeste, cuya existencia ya se documenta en el s. XVIII (tal vez provocada
por alguno de los grandes terremotos de Lisboa de los ss. XVI y XVIII, como sucedió
en otras torres de la provincia) volvió a aparecer en 1980. Entonces se hizo una pequeña intervención,
tapándola con mortero en el muro interior de la torre.
Esta solución no
fue eficaz y volvió a aparecer en los años 90 a raíz del terremoto de Galicia de 1997,
pero con un tamaño mayor, lo que provocó la lógica alarma entre el vecindario,
las autoridades religiosas y los técnicos.
Para tratar de
solucionar el problema la Junta de Castilla y León encargó un proyecto por
importe de unos 70 millones de pesetas, que fue ejecutado en 1997.
Se hicieron
prospecciones para ver si era un problema de cimentación de la torre. Se vio
que la torre no tiene cimientos, pero que está construida sobre capas muy
firmes de gredas y conglomerados de arcilla y cantos, por lo que se desechó que
eso fuera la causa.
Se vio que el
motivo probable del aumento de la grieta era que el relleno de tierra, cantos y
piedras que hay entre los muros interior y exterior de las paredes de la torre
había ido desapareciendo y al no estar unidos se había debilitado la cohesión de los mismos.
CARA OESTE DE LA TORRE, CON LA GRIETA SELLADA
Para
solucionarlo, a través de huecos hechos en la pared se inyectó cal hidráulica
líquida entre ambos muros de abajo arriba, que al solidificar volvía a formar
un bloque sólido entre ellos y evitaba el aumento de la grieta, que fue
sellada con mortero.
B.- RESTAURACIÓN DEL SUELO DEL CAMPANARIO
En septiembre de
2020 la Junta de Castilla y León adjudicó varias obras en 4 iglesias de la
provincia de Palencia, entre las que se encontraba la que afectaba a la iglesia
de Sta. María la Mayor de Villamuriel, según proyecto de los arquitectos
Florentino Diez e Ignacio Vela, de la empresa Ademas Proyectos, S.L.P.
La obra, adjudicada a la empresa Antolín Areños, S.L. por un importe de 48.354 €, tenía como objetivo la restauración del pavimento del patio de campanas de la torre, mediante la recuperación de la estructura que le da soporte. Para ello se ha procedido a la retirada de las viguetas y el forjado actuales y la ejecución sobre los pies derechos de madera existentes de una nueva estructura de vigas y viguetas, que soporten una tablero con un acabado de solado cerámico.
ANDAMIO PARA LA REFORMA DEL CAMPANARIO EN 2020
El
nuevo forjado se ha posicionado a una cota superior al existente (20 cm
aproximadamente), lo cual facilitará la evacuación de las aguas de lluvia del
ámbito, que se prevé realizar mediante la introducción de tubos de desagüe en
los petos de los huecos de la torre.
NUEVO PAVIMENTO DEL CAMPANARIO
La
intervención incluye la reordenación de la instalación eléctrica existente y la
disposición de barandilla al final de la escalera.
La
actuación aborda también el tratamiento de paramentos del cuerpo superior de la
torre, afectada por un mal drenaje de sus cornisas, lo que favorece la
retención de humedad.
El
proyecto se completa con la pavimentación de la sala que alberga la maquinaria
del reloj, situada en la sala bajo el patio de campanas.
NUEVO SUELO DE LA SALA DE MAQUINARIA DEL RELOJ
6.- OTRAS OBRAS EN LA IGLESIA EN LOS SIGLOS XX Y XXI
A.- LA REFORMA DE JERÓNIMO ARROYO
En 1908 Jerónimo Arroyo (arquitecto diocesano)
realizó un proyecto, presupuestado en 19.833 pesetas, que no fue adjudicado
hasta 1914, siendo ejecutor de la obra el contratista Alipio Morate, que la
finalizó en 1917.
Arroyo suprimió
las dependencias episcopales que había encima de las 2 naves laterales, lo que
permitió ver la nave central y el crucero con su cimborrio en todo su esplendor, dejando también al
descubierto los ventanales del crucero y de la nave central.
LA IGLESIA, SIN LAS DEPENDENCIAS ENCIMA DE LAS NAVES
También
reconstruyó la cubierta, introduciendo cerchas de madera con pendolones de
hierro apoyadas en los muros, sobre las que descansaban las tablas y las tejas.
B.- EL PICADO DE LA CAL DEL INTERIOR DEL TEMPLO
En la década de 1950 se picó la cal que cubría el cimborrio, las bóvedas, los muros y pilares del templo (que probablemente se cubrieron de cal en el s. XVIII como medida profiláctica contra la peste) y se sellaron con mortero las juntas descarnadas entre los sillares, obra a la que se destinaron 70.000 pesetas de las 130.000 obtenidas con la venta de varios retablos de la parroquia en 1954.
(Ver artículo
“Los retablos perdidos de Villamuriel”, de julio de 2020).
C.- LA SUSTITUCIÓN DEL SISTEMA DE CUBIERTAS EN 1967
En 1967 se llevó
a cabo una nueva sustitución del sistema de cubiertas. Consistió en la retirada de las armaduras de
hierro y madera del proyecto de J. Arroyo de 1908 y la construcción de una
estructura que apoyaba sobre tabiques de ladrillo, cuya carga recaía sobre las
bóvedas y no sobre los muros, lo cual será la causa principal de los problemas
que después sufrirá el edificio.
D.- LA REFORMA INTEGRAL DEL EDIFICIO EN 2014
Al caerse varios
fragmentos de piedra de algunas zonas de las bóvedas en 2008 y 2009, se realizó
una intervención de urgencia, con una limpieza y acuñado de juntas, y se colocó
una red textil bajo los tramos de bóveda que hay entre el coro y el crucero
para reabrir el templo.
Después, se efectuó un estudio para fijar las causas de estos desprendimientos y se elaboró un proyecto de reforma, con un presupuesto de 573.700 €, a cargo de la Junta de Castilla y León y del Obispado de Palencia.
Las obras de esta última gran intervención en la iglesia,
realizada por las empresas RefoArt y Valuart, comenzaron en noviembre de 2013 y
finalizaron en la Navidad de 2014, organizándose por la parroquia un concierto
de Amancio Prada en la iglesia para
celebrar la reapertura del templo.
ANDAMIOS PARA LA REFORMA DE 2014
En ella se
pretendía recuperar la estabilidad estructural del edificio y lograr la
estanqueidad del mismo, lo cual se consiguió mediante la renovación integral
del sistema de cubiertas y la consolidación de las bóvedas con la colocación de
mallazo y vertido de mortero de cal una vez eliminados los depósitos que había
sobre ellas.
(Ver el artículo de Montse Blanco, de agosto de 2017, “Santa María la Mayor del s. XXI”)
7.- DOCUMENTACIÓN UTILIZADA
-- Libro de Cuentas de Fábrica nº 1 (1576-1606) de Santa María de Villamuriel, del Archivo Parroquial de Villamuriel
-- Monografía de la Iglesia de Santa María la Mayor de Villamuriel, de Clementina Ara Gil, editada por la Diputación Provincial de Palencia en 1992
-- Estudio monográfico de la iglesia de Santa María la Mayor de Villamuriel, de Ricardo Piqueras y Manuel Lorenzo, Palencia, 1966
-- "Jerónimo Arroyo López, arquitecto", monografía de Jose Antonio González y Jose Luis Hermoso, Palencia, 1999.
· -- “Arquitectura en la Tierra de Campos y el
Cerrato”, de Jose Luis Sánchez y Miguel de Viguri, (tomado del Archivo de la catedral de
Palencia, sección Provisorato).
-- Memoria del proyecto de reforma del campanario de la torre de la iglesia de Santa María de Villamuriel, realizado por la empresa ADEMAS PROYECTOS, S.L.P. en 2020
-- Tríptico informativo de la Restauración de las cubiertas y bóvedas de Santa María la Mayor de Villamuriel, 2013-2014.
-- Alonso Fernández de Madrid (Arcediano del Alcor): "Silva Palentina".
-- Información oral de D. Teodoro Flores, párroco de Santa María de Villamuriel en las décadas finales del s. XX
-- Fotografías del autor del artículo y de la parroquia de Sta. María de Villamuriel
-- Cuadros y gráficas elaborados por el autor del artículo
Artículo elaborado por Zacarías Diez García, miembro de la Asociación Amigos del Patrimonio de Villamuriel