miércoles, 31 de mayo de 2017

COSTUMBRES DEL MONASTERIO. CALABAZANOS


Desde que pusimos en conocimiento de las Clarisas de Calabazanos la creación de la Asociación Amigos del Patrimonio de Villamuriel, su colaboración está siendo muy valiosa y positiva para conocer el rico patrimonio histórico, artístico y cultural que alberga el Real Monasterio de Nuestra Señora de la Consolación. Un patrimonio material e inmaterial y una cultura monacal que se protege y consideramos imprescindible constatar e incentivar por su aportación al patrimonio de la localidad y al de la sociedad en general. 
No hubiera sido posible llegar a esta información sin la buena disposición y el testimonio directo de esta comunidad de religiosas organizadas en régimen de clausura cuyos gestos y actividades siguen unas coordenadas que estimulan a profundizar en sus vivencias evangélicas y que rara vez tienen eco o evidencia para los que estamos fuera. Al igual que otras costumbres, las suyas tienen historia e identidad y son legado vivo que se transmiten vía comunitaria de generación en generación. "Comunidad" es la palabra de referencia y conexión del movimiento y dinamismo con que celebran y viven su carisma franciscano 

De hacer sentir esa presencia, de algunas prácticas tradicionales usadas comúnmente y con su lenguaje propio, va la entrada al blog en este último día de mayo, fiesta de la Visitación de la Virgen María. Para ello seguimos fielmente el texto original que nos ha sido facilitado desde el convento con relación a la Eucaristía y a los "tiempos litúrgicos fuertes" que es como se denomina en la Iglesia Católica al Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua.



CONSIGNAMOS ALGUNAS DE LAS COSTUMBRES DE NUESTRA COMUNIDAD DE CALABAZANOS

Con relación a la Eucaristía 

Nuestra Comunidad siempre ha tenido una gran devoción por el S.S. Cuerpo y Sangre de Ntro Señor Jesucristo por eso, desde su fundación contamos con el privilegio de tenerle expuesto en el coro y fue gracias al patrocinio de nuestra gran benefactora la reina Isabel la Católica; a ella y al rey Fernando se debe que el papa Alejandro VI, en Breve del 22 de agosto de 1498 otorgase al monasterio de Calabazanos este privilegio, ante El gira la vida litúrgica y la adoración de la tarde en la que se turnan las Hermanas. Durante algún tiempo se suspendió esta práctica dadas las dificultades de acceso del capellán al expositor. Fue nuestra querida M.Mª Dolores la que lo volvió a instaurar para regocijo de toda la Comunidad. 


Tradiciones de Adviento y Navidad

LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA va precedida de la novena. En las vísperas de la fiesta tenemos la vigilia.

LAS ANTÍFONAS MAYORES DE LA "O" las seguimos cantando en latín (son siete breves oraciones de muchos siglos de antigüedad que canta la Iglesia en el oficio de Vísperas desde el día 7 al día 23 de diciembre dirigidas a Cristo Jesús y que condensan el espíritu de Adviento y Navidad). El día que comienza se suele adornar en el refectorio la imagen del Niño Jesús y repartimos unos boletos para ofrecerle una prenda de la cuna para todo el Adviento. 
Comenzamos las "Jornaditas" y cada día se ofrece al Niño una prenda acompañada de una práctica ascética.

LA CALENDILLA DEL NIÑO el 23 de diciembre, antes se empezaba a cantar villancicos por los dormitorios (pasillos de las celdas) anunciando lo que llamamos "la calendilla del Niño"

AUTO SACRAMENTAL DEL NACIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR

Nosotras vivimos la Navidad muy profundamente pues está muy vinculada la comunidad con ella, dado que uno de los hijos de la fundadora Doña Leonor de Castilla, es Don Gómez Manrique, autor del Auto-Sacramental del "Nacimiento de Nuestro Señor" compuesto a petición de su hermana María que a la sazón era vicaria del monasterio.
Es uno de los primeros textos teatrales considerado por los críticos como una joya del siglo XV, a cuya 1ª representación asistió la reina Isabel la Católica y que actualmente se sigue escenificando todos los años desde 1983 en que se repuso. Actualmente es interpretado por los grupos teatrales Cigarral (Villamuriel de Cerrato) y Cachivache (Palencia). Intervienen una veintena de personajes y en él se representan las dudas de San José; La Virgen que pide ayuda a Dios; los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael que la hacen los honores y un cortejo de ángeles pequeños que muestran al Niño los martirios (el cáliz, la cruz, la lanza...). 
Es una obra dramática a pesar de ser navideña. Al final, las monjas interpretamos un villancico titulado "Canción para callar al Niño" con texto de Gómez Manrique y la música más reciente compuesta por un Hermano Marista.



EL NACIMIENTO DEL CORO BAJO

La Sagrada Familia del Belén del monasterio que cada Navidad se coloca en la zona del Coro bajo (sala unida al cuerpo de la iglesia y de la que la separa una verja) data de 1926 al igual que las figuras de los Reyes Magos; el resto son obra de una hermana de la Comunidad y lo puede visitar la gente accediendo al templo. El montaje se inicia después de la Inmaculada aunque en menores dimensiones que hace tiempo. Algunas de sus figuras están mecanizadas y por el río corre el agua al disponer de un circuito cerrado que permite el movimiento.

COMIENZO DE AÑO NUEVO

Se tiene la procesión con el Niño Jesús que va recorriendo las celdas y se bendicen con su imagen a la vez que cantamos villancicos para terminar en el coro con una oración final.
Se tiene por la noche la suerte de "Santo y Ánima" que comienza con el canto del Te Deum, un villancico de adoración al Niño que está sobre una mesa adornado con velas y presidiendo el acto, el Veni Creator y otras antífonas en latín y se procede a sacar el nombre de cada hermana y una papeleta con un santo o un Misterio de la vida del Señor a de la virgen con una máxima y una práctica para ese año. Asimismo, se saca otro papel donde figura el nombre de un difunto, familiar o hermana de la comunidad y se pide por él. En tiempos se hacía en el coro con el capellán de la orden muy solemne con capa pluvial e incienso como mandaba el ritual latino antes de la reforma litúrgica. Después se hizo con presencia del capellán pero sin capa ni incienso y ahora al no tener los franciscanos lo hacemos nosotras en el refectorio (nombre del comedor común de un convento o monasterio).

FIESTA DE LOS REYES MAGOS

También de celebra con mucha alegría y son las más jóvenes las que preparan los regalos la víspera. En el día de Reyes van con cestos adornados repartiendo los regalos a las hermanas.




Tradiciones en Cuaresma
 Semana Santa y Pascua

JUEVES SANTO

En este día que recordamos el amor fraterno hacíamos para nosotras en lavatorio de los pies en la Sala Capitular y era la M. Abadesa la que lavaba los pies a las hermanas; al final se entregaba a cada una un pequeño obsequio.

VIERNES SANTO

El Viernes Santo (y también el viernes dentro de los Ejercicios Espirituales) tenemos la "Penitencia en la cruz" en la que una hermana descalza carga una cruz y otras la acompañan haciendo de cireneo y dos más las escoltan con velas en un recorrido silencioso mientras la comunidad reza, también en silencio el Credo con los brazos en cruz y cuando se retira la procesión, se lee la "Sentencia" dictada por Poncio Pilato.

DOMINGO DE PASCUA

El domingo de Pascua tenemos el tradicional "Encuentro" que consiste en una procesión sencilla por el claustro conventual en la cual la M. Abadesa porta una imagen del Niño Jesús resucitado y le sigue la Comunidad; por otro lado la Maestra de novicias con las dos más jóvenes acompañan a la Virgen enlutada y cuando se encuentran las dos, se dan un simbólico abrazo y se repican las campanas durante todo el tiempo hasta que se regresa al coro para finalizar con el canto del Regina Caeli Solemne.




Texto: Sor Ana Mª. Fotografía: Montse Blanco

sábado, 27 de mayo de 2017

EL MILAGRO DE LA CERA



EL MILAGRO DE LA CERA   (1601)

INTRODUCCIÓN
Todo el mundo en Villamuriel ha oído hablar del milagro de la cera por obra de la Virgen durante la procesión con su imagen de Villamuriel a Palencia.

En este artículo, basándome en el libro de la AUTÉNTICA DEL MILAGRO, que se conserva en la parroquia de Villamuriel, voy a dar algunos detalles de dicho milagro, que tuvo lugar el 30 de mayo de 1601, que era la víspera de la Ascensión.

Las fotografías reproducen textos o imágenes del libro de la AUTÉNTICA del Milagro y del informe de la Rogativa de 1868 realizado por  D. Miguel García, pertenecientes al Archivo Parroquial de Villamuriel.
Libro de la Auténtica del Milagro

El cura de Villamuriel, D. Diego de Calabazanos, presentó una demanda ante el Obispo para que el suceso de la cera fuese declarado milagro de la Virgen. Fue sentenciado el 9 de noviembre de 1601.
En mayo de 1602, el obispo de Palencia, D. Martín de Axpe y Sierra, dio licencia para que se pudiese imprimir la relación del milagro y la sentencia en que declaraba que dicho caso debía ser tenido por milagro.

RELACIÓN DEL MILAGRO
"En la villa de Villamuriel, que dista una legua de la ciudad de Palencia, hay una imagen de Nuestra Señora, a la que toda aquella tierra tiene particular devoción y acostumbran sacarla, cuando hay alguna necesidad general, y habiendo gran sequedad el año pasado pidieron que dicha imagen se llevase en procesión a la ermita de Nuestra Señora del Otero, que está a ¼ de legua de Palencia.
Y teniéndolo concertado, dijo el cura Diego de Calabazanos al pueblo que preparase 4 hachas para alumbrar a la santa imagen, cuando atravesase por la ciudad de Palencia, ya que no era decente llevarla sin luz.  A esto respondió el Alcalde ordinario, Antonio de Villamartín, que estaba presente, que el Concejo estaba muy pobre y a esto el cura replicó que para cosa semejante  no se debía alegar pobreza.
Y otro día por la mañana, antes de que saliese la procesión, un regidor, Juan de Magaz, volvió a decir al cura que si bastaran cirios y el cura, cansado de que reparasen en tan poco gasto como había de hachas a cirios, respondió con desdén  que no habían de ser sino hachas.
Otro regidor, Diego de Bedoya, dijo que se hiciese lo que el cura mandaba. Y luego partió con Juan de Mayorga, delante, a la ciudad de Palencia a buscar las hachas y, por evitar mayor gasto tomándolas enteras, alquilaron 4 medias de un cerero, que se llamaba Francisco Martínez, el cual las pesó y asentó en su libro que pesaban 8 libras y media (cada libra son 460 gramos) , dejando en señal 1 real de a ocho (moneda de 8 reales).
El regidor salió con ellas a la procesión y la encontró al arroyo de Villalobón, que pasa antes de llegar a los arrabales de la ciudad, y allí mandó el cura encender las hachas y que las llevasen 4 doncellas muchachas que traían preparadas para el efecto.
Y caminaron a la ciudad y entraron por la puerta que llaman del Mercado y atravesaron por toda la ciudad hasta salir por la puerta de Monzón, haciendo una estación dentro del monasterio de San Agustín.
Habiendo salido  de la ciudad, el cura se adelantó a la ermita de Nuestra Señora del Otero para vestirse y decir misa cantada.  El regidor hizo apagar las hachas, porque iban por el campo.   Llegados a la ermita, el cura salió a decir la Misa y viendo las hachas apagadas mandó que se encendiesen y ardieron durante la Misa y mientras se hicieron algunas conmemoraciones en los altares que hay en dicha ermita y en otra que está cerca, que se llama San Juan del Otero.

Relación del Milagro

Acabado esto y bajando la cuesta, la procesión se volvió por diferente camino fuera de la ciudad.   Y el regidor con su compañero entraron en la ciudad a dar las hachas a su dueño y no hallándole en casa, sino a su mujer, ella tomó el libro y, leyendo el asiento, halló que había pesado las 8 libras y media dichas. Y las mismas pesas estaban juntas sobre el tablero, como las había dejado su marido, y, tomándolas, las puso sobre la balanza y en la otra las medias hachas y pesaban más y fue añadiendo pesas hasta 10 onzas (cada onza son 29 gramos), con las cuales se ajustó el peso.
La mujer, maravillada de que pesasen más que cuando se llevaron, dijo al labrador que no sabía qué pedirle, que dejase 1 real y fuese con Dios.  Y así lo hizo y se volvió a su lugar, sin hacer mucho caso de ello ni decir nada al cura, aunque lo hablaban entre los labradores por cosa maravillosa.
Uno de los labradores, 4 días después, preguntó al cura qué le parecía lo de las hachas y le respondió que él no sabía nada. Y, como se lo contaron, llamó al regidor y se informó de lo que pasaba con puntualidad y, reprendiéndole por no habérselo dicho antes, se fue a la ciudad de Palencia y habló al cerero y a su mujer y se informó bien de ellos.
El cura viendo el asiento del libro y certificándose del caso, dio cuenta al Obispo de ello y éste mandó se dijese a su Provisor, el cual dio su comisión a Sebastián de Matallana, cura de Hontoria. Después, el Obispo juntó religiosos y letrados de su Iglesia, los cuales nombraron por fiscal, para que opusiese objeciones al milagro, al licenciado D. Francisco de Alcaraz, canónigo de la Iglesia de Palencia.
Y hecha plenaria información en contradictorio juicio, su Señoría, habiéndolo comunicado con los de la Junta y con su acuerdo, votos y parecer, dio y  pronunció la siguiente sentencia:

SENTENCIA

En el pleito y causa que ante nos y ante el licenciado D. Gaspar de Peralta, nuestro Provisor general, pende entre partes, demandante de la una Diego de Calabazanos, cura en la Parroquial Iglesia de la villa de Villamuriel, y de la otra el licenciado D. Francisco de Alcaraz, Canónigo de la Santa Iglesia de Palencia, fiscal por nos nombrado en este caso y para la defensa de este pleito en razón del milagro que nuestra Señora la Mayor de la Iglesia de Villamuriel hizo en 30 días del mes de mayo de este presente año de 1601 en la procesión de Letanía, que el dicho cura, clérigos y concejo de la dicha villa hicieron el dicho día con la dicha imagen a Nuestra Señora del Otero de Palencia.
(En el párrafo siguiente el Obispo llama al prior del convento de San Pablo, al guardián del convento de San Francisco y a varios canónigos de la Catedral de Palencia para calificar dicho milagro, los cuales dieron los votos y parecer de que el dicho caso se debía tener por milagro y que se le debía declarar por tal).
Por ende, fallamos que debemos de pronunciar y pronunciamos: que el dicho Diego de Calabazanos ha probado bien lo en su demanda contenido y que por parte del dicho Fiscal no se probaron sus excepciones ni defensiones como probarle convenía.

Averiguación del Milagro

En consecuencia de lo cual, haciendo en esta causa lo que de justicia debe ser hecho, debemos de declarar y declaramos que el dicho caso debe ser tenido por milagro, que nuestro Señor fue servido hacer en honra de su bendita Madre Nuestra Señora.
Y mandamos a todo los fieles Cristianos de este nuestro Obispado que de aquí en adelante veneren y tengan por tal el dicho milagro.
Y para que de este caso haya y se tenga perpetua memoria, mandamos que las dichas 4 medias hachas se cuelguen y pongan a los lados de la dicha santa imagen de Nuestra Señora en la dicha Iglesia, de manera que sean vistas de todos.
Y asimismo que este dicho milagro se escriba y ponga en una tabla en parte y lugar que esté de manifiesto para que con vista de todo ello el pueblo Cristiano se exhorte a perpetua y mayor devoción de la dicha santa imagen.
Y por esta nuestra sentencia definitiva así lo pronunciamos y mandamos, juzgando en estos escritos y por ellos.
El Obispo de Palencia, Conde de Pernía

EPÍLOGO
Y porque podría parecer a alguno que este milagro era cosa pequeña, esto no importa, pues el mismo poder es menester para crear un mosquito o una  hormiguita que para crear los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay y ninguno puede crear ni aumentar lo criado, sino solo Dios, del cual canta la santa madre Iglesia que, aunque es grande en las cosas grandes, más gloriosamente obra maravillas en las pequeñas”

 


ROGATIVA con la VIRGEN del MILAGRO
EN PROCESIÓN A PALENCIA (1868)


INTRODUCCIÓN

En un clima como el de Castilla se producen periódicamente años de sequía más o menos intensa.  Pero como la de 1868 no se había conocido ninguna.

Por ello, el cura de Villamuriel, D. Miguel García, pidió permiso al Obispo para realizar una solemne rogativa, llevando en procesión a Nuestra Señora de los Milagros desde Villamuriel a la ermita de Nª Señora del Otero de Palencia, como lo habían hecho sus antepasados en 1601, para que Dios por la intercesión de María y de todos los santos se dignase remediar sus males.


Programa de la Rogativa  de 1868

SALIDA DE LA PROCESIÓN
La  rogativa se realizó el 21 de abril de dicho año. Partieron del pueblo al salir el sol. En cabeza iban 60 niños de la escuela, seguidos de los de mayor edad.  Luego tres cofradías con sus insignias, acompañados por 13 personas descalzas y con cruces en los hombros. A continuación iba la Virgen del Milagro llevada por 12 vecinos  descalzos, en turnos de 4, y alumbrada por 18 doncellas con 6 hachas y 12 velas.
Después marchaba el clero, en número de 6, con la cruz parroquial y 6 niños cantores entonando la letanía de los Santos. A continuación, el Ayuntamiento con su alcalde D. Andrés Meneses al frente, acompañado de 4 guardias civiles.  Y detrás todas las mujeres del pueblo.
Al final iban 12 carros con los niños menores de 6 años y preparados para recoger a los que se indispusieran durante la peregrinación.
En el pueblo se quedaron otros 4 guardias civiles para custodiarlo y en la iglesia las personas impedidas orando y pidiendo a Dios y a la Virgen.
ENTRADA EN PALENCIA
A la procesión se le fueron añadiendo en el camino infinidad de personas de la capital y de los pueblos vecinos.  Al llegar al Portazgo una comisión del Ayuntamiento de Palencia se hizo cargo de la dirección de la misma, a la vez que se fue añadiendo un gentío inmenso, de forma que superaban las 10.000 almas.
Al llegar la procesión al arroyo de Villalobón se encendieron las 4 hachas que habían alumbrado a la Virgen en 1601, que se conservaban en la parroquia.
Cerca de la ciudad se incorporó el Gobernador Civil, D. Francisco Javier Betegón, el Consejo Provincial de la Diputación y personas distinguidas de la ciudad.


La Virgen del Milagro por la C/ Mayor de Palencia
A eso de las 9 de la mañana entraron en la ciudad por la puerta del Mercado y recorrieron la calle Mayor, que estaba engalanada con colgaduras en los balcones y cerrados todos los establecimientos. Las campanas de los templos de la ciudad sonaron gran parte del día anunciando la rogativa e incluso se tiraron cuetes en honor a la Virgen.
Tal era la afluencia de gente que tardaron más de 1 hora en llegar a las Monjas Agustinas Canónigas.   Entraron en la iglesia, donde les esperaba el Obispo, D. Juan Lozano.  Allí las monjas cantaron la Salve y en la calle los niños de párvulos de la ciudad cantaron unos versos alusivos a la Virgen del Milagro acompañados de 8 violines.
EN LA ERMITA DE Nª SRA. DEL OTERO
La rogativa salió de la ciudad por la puerta de León (antes de Monzón) presidida por el Sr. Obispo para dirigirse  a la ermita de Nª Sra. del Otero, donde se ofició una misa solemne, que terminó con una plegaria pidiendo a Dios, por intercesión de su Madre, agua para los campos y el remedio de las calamidades públicas.
Delante de la ermita de Sto. Toribio  se concentraron más de 20.000 almas, que lloraban, sobre todo las mujeres,  y hacían peticiones a la Virgen:
“Agua os pedimos, Virgen del Milagro; por ser tan piadosa, de vos lo esperamos”
“Virgen Santísima, alcanzadnos agua de salud para los campos que se nos secan”
“Virgen del Milagro, remediazme, que tengo 8 hijos y no tengo pan que darlos”
A la una y media, los vecinos de Villamuriel comieron algo al pie de la cuesta, aunque muchos se quedaron sin comer por no encontrar a sus familias debido al gentío que había.
REGRESO DE LA PROCESIÓN
A las 3 de la tarde, los vecinos de Villamuriel emprendieron el regreso al pueblo con la Virgen, en la misma forma que habían ido, pero por las afueras de la ciudad.    Al llegar al arroyo de Villalobón fueron despedidos por las autoridades de Palencia, que les habían seguido acompañando.  Allí el párroco de Villamuriel dio las gracias a todos los presentes en nombre del pueblo y mandó poner a la Virgen de cara  a la ciudad en un gesto de despedida y acción de gracias.
A las 7 y media llegó  la Virgen a la iglesia, acompañada de todo el vecindario, que arrodillado concluyó la jornada con el canto de la letanía.
El  Sr. Cura (que ya tenía 62 años) acaba diciendo que fue un día para recordar siempre, ya que nunca habían visto  un número tan crecido de personas unidas en un mismo sentimiento y que, aunque habían vuelto muy cansados del viaje, rendidos por la fatiga y la sed y llenos de polvo (los niños y otras personas tuvieron que subirse a los carros en el Portazgo  por no poder seguir ya a pie), todos estaban contentos, porque había sido un día muy emotivo y de un profundo sentimiento religioso.
 DESPUÉS DE LA ROGATIVA
La rogativa consiguió su objetivo religioso de impulsar el fervor y la devoción a la Virgen, pero no su objetivo material, la tan necesaria lluvia, porque no se dice nada en ese sentido en el documento que recoge el acto.  La sequía debió continuar, como se deduce de  las frases que en la hoja siguiente escribe D. Miguel García Alonso, cura de Villamuriel:
Habla de que "las llanuras de Castilla eran un inmenso páramo, un árido desierto, una región asolada, donde no han nacido las espigas ni ha germinado la yerba".  Dice que "se perdieron las cosechas de cereales, de legumbres, de patatas,  se carecía de pienso y paja para los animales". "Se ha visto perderse la cosecha de cebada o legumbres en zonas determinadas, pero no cogerse nada como en este año de 1868 no se ha conocido jamás en Castilla la Vieja ni en ninguna parte".
"Sin frutos sus campos, sin existencias en  sus graneros, sin trabajo, sin yuntas viven los pobres castellanos, sin otro amparo que la resignación, sin otra ayuda que la misericordia del cielo. No hay trabajo, no hay pan, no hay más que hambre, no hay más que miseria".
 
Las penurias de la población por la sequía, relatadas por D. Miguel García


CUARTO CENTENARIO DEL MILAGRO (2001)
Como colofón a este relato sobre el Milagro de la Cera, quiero señalar que el sábado 26 de mayo del año 2001 se celebró la Fiesta del Cuarto Centenario del Milagro.

ACTOS EN PALENCIA

Programa del IV Centenario del Milagro

Se llevó la Virgen a Palencia en un furgón y se realizó la procesión desde el inicio de la Calle Mayor hasta la Catedral.
Abría la procesión la Cruz Parroquial, seguida por estandartes de las otras Cofradías de la parroquia, los niños de comunión y los cofrades de la Virgen. La Imagen de la Virgen era portada por diversos grupos de personas y flanqueada por 4 jovencitas que portaban las tradicionales hachas.  Detrás de la Virgen iban los sacerdotes, las autoridades locales  y provinciales, la banda de música y los fieles.
A ambos lados de la calle cientos de personas, unas por devoción y otras por curiosidad, contemplaban el paso de la Virgen.  Los piropos y los cantos dirigidos a la Virgen, así como los aplausos, acompañaron  a la Virgen hasta llegar a la Catedral.
La calle Mayor estaba engalanada con banderas y colchas de muchos colores y los peregrinos llenaban las calles de la ciudad.
Una vez en la Catedral, el párroco de Villamuriel, D. Teodoro Flores, dirigió unas palabras  a  los 2.500 asistentes recordando que se celebraban los 400 años del Milagro de la Cera.   A continuación, el Obispo de Palencia, D. Rafael Palmero, presidió la Celebración de la Palabra.
Una vez terminada la Misa, se entonó la Salve en la Puerta del Obispo de la Catedral con gran devoción.  Después actuaron diversos Coros y Danzas del pueblo y la ciudad.

La Virgen del Milagro entrando en la iglesia

ACTOS EN VILLAMURIEL
A las 2 de la tarde se regresó a Villamuriel.    Y por la tarde, en la parroquia, se celebró el final de la Novena y, una vez finalizada la Misa, todos se trasladaron a la plaza del Ayuntamiento para oír las tradicionales “Gracias” (poesías en honor de la Virgen), pronunciadas por dos jóvenes.
 Al día siguiente, domingo 27, día de la Ascensión,  el Sr. Obispo presidió la concelebración eucarística en Villamuriel.   Después de la Misa, se realizó la Procesión por casi todo el pueblo hasta llegar al Ayuntamiento, donde otros dos  jóvenes  recitaron las “Gracias”.
A continuación se reinició la Procesión hasta la plaza de la iglesia, donde se entonó la Salve. Finalmente se cerró el acto con el “Viva la Virgen del Milagro”, pronunciado por Simón Blanco (como ya era tradicional).

miércoles, 24 de mayo de 2017

LA COFRADÍA DEL SANTÍSIMO Y Nª SEÑORA LA MAYOR


DEFINICIÓN Y TIPOS DE COFRADÍAS

Las Cofradías son asociaciones de personas unidas por vínculos de hermandad o caridad con fines religiosos y benéfico-asistenciales, aunque a veces se unen a ellos intereses corporativos (de una profesión).
Desde su creación fueron un medio de participación de los fieles en el ámbito religioso de los pueblos y de cohesión y solidaridad social, aunque no faltaba el elemento festivo en los días en que honraban a sus titulares (esto último moderado muchas veces por la Iglesia).
En las últimas décadas al ser una sociedad más laica y con menos valores religiosos y disponer de otros instrumentos de relación y solidaridad social, la vertiente religiosa y social de las mismas es más superficial y domina el carácter lúdico y festivo de las mismas (muy relacionado a veces con el turismo y su repercusión económica).
Las Cofradías se dividen en: sacramentales (para honrar al Santísimo Sacramento), penitenciales (para recordar la Pasión de Cristo y hacer penitencia) y de Gloria (para honrar a la Virgen o algún santo).

En España surgen en la Edad Media y se incrementan o se consolidan las ya existentes después del Concilio de Trento ( mediados del s. XVI).
LAS COFRADÍAS EN VILLAMURIEL

En Villamuriel, en siglos pasados existían la Cofradía del Santísimo Sacramento, la de Nuestra Señora la Mayor, la de Nª Señora del Rosario, la de la Cruz, la de las Ánimas  y la de San Sebastián.
No se sabe cuándo aparecieron y poco conocemos de cómo evolucionaron, porque hay muy poca documentación de las mismas (no se conservan los Libros de Regla, que contienen los estatutos que regulan su vida interna, ni apenas Libros de Cuentas).
Hoy en Villamuriel tienen actividad  4 Cofradías: del Santísimo, de la Virgen del Milagro, de la Cruz y de las Ánimas.
LA COFRADÍA DEL SANTÍSIMO
Y Nª  SEÑORA LA MAYOR
EN SIGLOS PASADOS

SU EXISTENCIA
La Cofradía del Santísimo y la de Nuestra Señora la Mayor estaban unidas en una sola (por la unión obligatoria de ambas cofradías, ordenada por la autoridad eclesiástica de la diócesis).  A ella se incorporó en 1644 la Cofradía de Nª Señora del Rosario por orden del obispo, al tener pocos cofrades.

La del Santísimo y Nª Señora la Mayor  existía, al menos, desde el s. XVII (hay un Libro de Cuentas de 1620 a 1652). También está documentada en el s. XVIII al recoger el Catastro de Ensenada la declaración de bienes de la Cofradía y en el s. XIX al producirse la desamortización de sus bienes en la Desamortización de Mendizábal.   

SUS MIEMBROS
La Cofradía era una sola, pero los cofrades podían serlo de una de ellas o de ambas. Cada año entraban de 5 a 10 cofrades nuevos, pero algún año ingresaron más de 15 (en 1644), siempre propuestos por un cofrade antiguo.  También había bajas, sobre todo por muertes.

En  1620 eran 115 cofrades y en 1631, sólo 60.
En 1631 había 60 cofrades del  Santísimo (31 hombres y 29 mujeres, la mayor parte mujeres o hijas de cofrades) y 32  cofrades de Nª Señora la Mayor (todos hombres).
El conjunto de los cofrades formaban el cabildo o asamblea general, que se reunía el día de Navidad para nombrar a la nueva Junta de Gobierno de la Cofradía, formada por el abad (era uno de los curas de la parroquia, encargado de realizar las ceremonias religiosas de la misma), el alcalde (presidía la Cofradía) y el mayordomo (administraba las rentas y debía rendir cuentas cada año de los ingresos y gastos). 
Las mujeres podían ser cofrades y recibir los beneficios espirituales, pero no ocupaban cargos  ni participaban en los actos mundanos de los cofrades.

Estandarte de la Cofradía del Santísimo Sacramento

SUS ACTIVIDADES
Tomando como base de información el único Libro de Cuentas que se conserva, las actividades  que la Cofradía realizaba  en el s. XVII eran las siguientes:
  • Honraba a sus titulares (el Santísimo y la Virgen) 3 días al año: el día de Navidad, el día del Corpus y su Octava y el día de Nuestra Señora de Agosto.  Esos días celebraban las ceremonias religiosas en la iglesia (misa, sermón y a veces  procesión).
  • También se encargaba de velar al Santísimo durante la noche del Jueves y la mañana del Viernes Santo.
  • La Cofradía gastaba bastante dinero los días de las fiestas de sus titulares: en cera y en pez para las luminarias (entre 150 y 200 reales, según años), sermón del predicador, salario del sacristán (entre 5 y 10 cuartos de trigo por tocar a misa y procesiones), aderezo del pendón de la Cofradía, aderezo de la corona de plata de la Virgen (22 reales en 1623),  hechura del vestido de la Virgen (30 reales en 1650).
  • Además daban una colación a los cofrades y a los religiosos, sobre todo en la víspera de la Virgen de Agosto y en Navidad.  En Navidad consistía en castañas, camuesas (manzanas) y vino.  En la Virgen de Agosto, en peras y vino.
  • También se tiraban cuetes y había actuaciones en la calle: danzadores y tamborilero el día de la Octava y en Nª Sra. de Agosto, a los cuales se agasajaba con una comida consistente en carne, pan y vino.  Algunos años hubo comedias pagadas por la Cofradía (en 1623 gastó 170 reales en la comedia que se hizo en Nª Sra. de Agosto).
  • Además la Cofradía encargaba misas por los cofrades difuntos de cada año y aniversarios por los difuntos de años anteriores  (entre 80 y 100 reales al año) y daba limosna a los pobres.

Según la Declaración hecha por el alcalde y el mayordomo para el Catastro de Ensenada la Cofradía gastó un total de 664 reales a mediados del s. XVIII, prácticamente en las mismas actividades que en el siglo anterior: celebraciones religiosas de sus titulares (Santísimo, Nuestra Señora la Mayor y Nuestra Señora del Rosario), misas y aniversarios por los cofrades difuntos, colación a los cofrades, reparación de sus casas.

Estandarte de la Cofradía de la Virgen del Milagro


¿CON QUÉ INGRESOS CONTABA?

1.- Sus ingresos en el s. XVII procedían de:
  • la venta del trigo y cebada obtenidos de la renta de sus tierras pagada por varios arrendatarios (entre 70 y 250 reales).
  • la venta de la lana, pellejos, leche y queso de sus ovejas (unas 20) (entre 30 y 70 reales).

  • la venta de algunos corderos y ovejas (entre 90 y 120 reales).
  • de pasar la bacinica y el cepo en las misas de sus fiestas
  • de lo pagado al ingresar los nuevos cofrades (3, 6 o 9 reales cada uno).
  • de la limosna de los medios reales que pagaba al año cada cofrade (entre 30 y  60 reales).
  • de la renta de una casa de su propiedad y de los réditos de un censo (préstamo a vecinos).

2.- En el s. XVIII sus fuentes de ingresos  eran las siguientes:
  • Era propietaria de 27 parcelas de tierra, con una superficie de 288 cuartas (unas 26 hectáreas), que tenía arrendadas a 3 labradores de la villa, que en total le pagaban de renta 19 fanegas y 13 celemines de trigo y otro tanto de cebada.   Recibía por la renta unos 330 reales (una fanega de trigo valía unos 11 reales y una de cebada la mitad).
  • Además disponía de 2 casas, situadas en el picón  entre la C/ Real (hoy C/ Mayor) y el final de la C/ del Caño (hoy Plaza de la Villa), que le proporcionaban 165 reales por su alquiler.
  • También tenía a su favor 4 censos redimibles, con un capital total de 3.000 reales, que a un interés del 3% le proporcionaban 90 reales al año.
  • Por último, los cofrades nuevos, al entrar en la Cofradía, pagaban un total de 70 reales al año, de promedio.
Probablemente tenía algunos otros ingresos menores, que no se especifican en la Declaración para el Catastro.       En la Declaración del s. XVIII no aparece  ganado (ovejas) entre sus propiedades.



TÉRMINOS ANTIGUOS:

CATASTRO DE ENSENADA: Registro de todos los bienes de los vasallos, sin excepciones, también de los eclesiásticos y de los nobles, que se elaboró a raíz del Real Decreto de Fernando VI  de 1749, como paso previo a una reforma fiscal.   El Catastro se realizó a partir de las declaraciones individuales, que se hacían cabeza a cabeza, tanto unidades familiares, como institucionales.

FANEGAS, CUARTOS Y CELEMINES: Unidades de volumen para cereales, usadas en Castilla, equivalentes a 55,5 (unos 43 kg. de trigo o 41 kg. de cebada), 27,5  y 4,5 litros , respectivamente.

REAL: moneda de plata, de 3,35 gramos de peso, que empezó a circular en Castilla en el s. XIV y fue la base del sistema monetario español hasta mediados del s. XIX.  Tenía un valor de 34 maravedíes (moneda de vellón). Había monedas de 2, 4 y 8 reales (real de a 8).

CUARTAS y OBRADAS: unidades de superficie equivalentes a unos 900 y 5.400 metros cuadrados, respectivamente.  Una obrada eran 6 cuartas.

LIBRAS Y ONZAS: Medidas de peso.     La 1ª equivalía a unos 460 gramos y la 2ª a unos 29.
Una libra se dividía en 16 onzas.

CENSO: contrato que se constituye cuando una persona contrae la obligación de pagar a otra una cierta cantidad de dinero anual, reconociendo el capital correspondiente y gravando una propiedad suya (tierras, casas...) para garantizar el pago de un préstamo.

BACINICA Y CEPO: recipiente usado para recoger las limosnas (la 1ª)  y caja con una pequeña ranura por la que se introducen las limosnas en las iglesias (el 2º).

COLACIÓN: comida ligera


ALHAJAS DE NUESTRA SEÑORA
La Virgen del Milagro en procesión

Esta Cofradía, además del Santísimo, tenía como titulares a Nuestra Señora la Mayor y a Nuestra Señora del Rosario.
La imagen de Nuestra Señora la Mayor (colocada en el nicho central del retablo mayor, que es de principios del s. XVIII) es una Virgen de vestir a la que ya se nombra  en los Libros de Cuentas de finales del s. XVI y en los del s. XVII y en el Libro de Cuentas del s. XVII de esta Cofradía.
La de Nuestra Señora del Rosario era una imagen tallada en madera y pintada, que estaba en el nicho central del retablo izquierdo del crucero ( retablo de 1761), pero que ha desaparecido a mediados del s. XX.

Como consecuencia de un Auto del Obispo tras la visita de 1782, en 1787 se hizo un inventario de los bienes y alhajas de esta iglesia.  En este inventario se recogen todas las alhajas que tenía la Virgen (tanto vestidos como complementos), que se utilizaban para ambas imágenes:

  1. 20 relicarios con cerco de plata  que se ponen a Nª  Señora y la del Rosario.
  2. Un espejo con su cerco de plata pequeño.
  3. Un vestido de raso liso blanco, pintado de colores, guarnecido con franja de plata.
  4. Otro de China con su franja dorada.
  5. 2 coronas de plata, la una de Nª Señora y la otra del Niño.
  6. Otro vestido de  tapir  fondo blanco y franja de plata.
  7. 3 cruces pequeñas de plata, con un Santo Cristo pequeñito la una.
  8. Otro vestido verde antiguo.
  9. 16 joyas con el cerco de hierro, que también sirven a Nª Sra. del Rosario.
  10. 3 rosarios, el uno de hueso y los 2 de coral.
  11. 30 cintas y lazos de seda de diferentes colores.
  12. 3 rostriños de Nª Sra.
  13. Un vestido de tapir de Nª Señora del Rosario y una corona de plata.