LA MUERTE GOLPEA A VILLAMURIEL
1.- INTRODUCCIÓN
Noviembre es un mes señalado en la
liturgia de la iglesia católica para rezar por todos sus difuntos y en la vida
de sus fieles para recordar a los seres queridos fallecidos y rendirles un
homenaje de gratitud y recuerdo.
Por eso, los días anteriores al Día de los Difuntos, pero sobre todo el Día de los Santos, se visitan los cementerios, se limpian las sepulturas de los familiares y se les obsequia con ramos y centros de flores, además de recordar con nostalgia su presencia a nuestro lado y ofrecerles una plegaria redentora.
El día 2, Día de los Difuntos, antes
cada sacerdote decía 3 misas (ahora solo una), a las cuales asistían muchos de
los fieles, que eran ofrecidas a Dios por todos los fieles difuntos,
especialmente los de la parroquia, para ayudarles a salir del Purgatorio, donde
esperaban para limpiar su alma de los restos de sus pecados mortales (no perdonados
totalmente en el sacramento de la Confesión) y así poder entrar en el Cielo.
La cofradía de las Ánimas (presente en
todos los pueblos) ofrecía misas y rezaba oraciones piadosas por sus cofrades
difuntos y además algunos días del mes de noviembre tocaba las campanas de la
iglesia a ciertas horas de la noche para recordar a los vecinos sus
obligaciones con los difuntos.
Normalmente había 1 o 2 muertos adultos a lo largo del mes, pero en noviembre de 1908 murieron 6 personas, quedando el 15 de noviembre marcado en el calendario y en el recuerdo de los vecinos del pueblo por la muerte trágica de 3 vecinos que estaban realizando el toque de ánimas durante la noche, además del fallecimiento por enfermedad de la persona con más prestigio y más influyente del pueblo, D. Narciso Rodríguez Lagunilla.
De lo ocurrido en Villamuriel el 15 de
noviembre de 1908 dan amplio testimonio los periódicos del día 16 de la
capital, el Diario Palentino y el Día de Palencia.
2.- LOS MUERTOS POR EL TUFO DE UN BRASERO
A.- EL TOQUE DE ÁNIMAS EN VILLAMURIEL
En Villamuriel la cofradía de Ánimas
celebraba su función en los domingos siguientes al Día de los Santos y durante
la noche anterior a la función las campanas doblaban a muerto.
Como era costumbre, el sacristán del
pueblo y otros 2 vecinos subieron a la torre en las primeras horas de la noche del
día 14 y estuvieron doblando a muerto hasta las diez.
Como tenían que doblar de nuevo antes
del amanecer, se quedaron en el campanario, pero a las 2 de la mañana, al
sentir el frío de la noche, abandonaron la torre y se recogieron en una
habitación de la casa del sacristán (vivía en el nº 73 de la C/ Mayor, enfrente
de la iglesia), donde previamente habían encendido un gran brasero.
B.- LA MUERTE DE 3 VECINOS
Debieron quedarse dormidos por efecto
del tufo (el dióxido de carbono) de la lumbre, que les causó la muerte por
asfixia.
A eso de las 6 de la mañana, la mujer
del sacristán, que se encontraba despierta, observó que las campanas no
doblaban a difuntos. Pensó que se habían
dormido, bajó para despertarlos y comenzó a llamarlos. Lo repitió varias veces, pero, como no lo
conseguía, salió a la calle a pedir auxilio.
Acudieron varios vecinos, que al entrar se encontraron con los 3 cuerpos
inmóviles.
Entre varios los sacaron a la calle para
ver si el aire podía ayudarles a respirar, pero 2 de ellos ya estaban
muertos. El médico del pueblo atendió
al 3º, el sacristán, pero su estado era de extrema gravedad y falleció al final
del mismo día.
Al llegar al lugar del suceso los familiares de los difuntos se produjeron escenas de tremendo dolor. Entre los vecinos la noticia provocó una gran tristeza por ser personas muy apreciadas en el pueblo.
C.- LAS VÍCTIMAS DEL SUCESO
El último en morir fue Mariano Diez Camazón (natural de Castromocho), el más conocido de los 3 por ser el sacristán y organista de la iglesia de Santa María y por ser un hombre bondadoso. Tenía 37 años, vivía en la C/ Mayor y dejaba viuda (Estefanía Cuesta) y 3 hijos muy pequeños (Mariano, Isabel y Valentín, de 8, 4 y 1 años, respectivamente). Para su entierro se le hizo funeral de 1ª clase por disposición del párroco, D. Valentín Gómez San Martín.
Mariano Diez Cuesta, el hijo mayor, fue ayudante del Secretario del Ayuntamiento y estaba casado con Claudia Pinacho, cuyo hijo era Mariano Diez Pinacho. Vivían en la C/ Rodríguez Lagunilla, en la casa que está enfrente de la C/ San Marcos.
Las otras víctimas fueron:
-- Patricio Antolín Expósito, de 30
años, herrero, domiciliado en la C/ Zamora (hoy Marino Rodríguez), casado con
Isabel Diez y con 3 hijos pequeños. Su
entierro fue de 3ª clase.
-- Crescente Herreros Escudero, de 16
años, residente en el nº 1 de la C/ del Moral (hoy Rodríguez Lagunilla),
soltero, obrero del campo. Se le enterró
con funeral de 3ª clase.
3.- LA MUERTE DE D. NARCISO RODRÍGUEZ LAGUNILLA
A.- ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS DE D. NARCISO
Hijo de D. Bernardo Rodríguez (de Fuentes
de Nava) y Dª María del Carmen Lagunilla (de Becerril de Campos), había nacido
en Palencia en 1846. Estaba casado con Dª Regina Pascual Diez, de cuyo
matrimonio tenía 4 hijos (Regina, Narciso, Cecilia y Carmen).
Fue militar de la Marina española, en la
que sirvió durante 22 años, llegando a ser teniente de Infantería de
Marina e interviniendo en diversas campañas en las costas de América del Sur y
de Cuba (1ª guerra de Cuba) y en la zona cantábrica durante la 3ª Guerra Carlista.
Como político, afiliado al partido
conservador de Cánovas del Castillo, desempeñó importantes cargos provinciales
(Presidente de la Diputación de Palencia, Gobernador Civil en Málaga y Sevilla)
y nacionales (diputado del Congreso, senador del Reino).
Desde 1886 se dedicó al cuidado de sus
intereses agrícolas en Villamuriel, sobre todo vitivinícolas, y, cuando llegó
la filoxera a los viñedos de la zona, a la plantación de viveros de vides americanas
para repoblar sus viñas y ofrecerlos en condiciones muy ventajosas a los muchos
viticultores que acudían a él en demanda de injertos.
B.- SU MUERTE Y ENTIERRO
D. Narciso falleció a primeras horas de
la mañana del 15 de noviembre de 1908 en su casa (el nº 3 de la C/ del Moral) de
Villamuriel, a la edad de 62 años.
Desde hacía tiempo sufría una enfermedad
crónica del pulmón (una pleuresía), como se refleja en la prescripción médica de Francisco Simón Nieto, recogida más adelante. Esa noche se acostó
sin novedad, pero al amanecer empezó a respirar con dificultad, acudiendo la
esposa e hijos para prestarle los cuidados necesarios, comprendiendo enseguida
que se estaba acabando su vida.
CASA DE LA FAMILIA RODRÍGUEZ-PASCUAL EN VILLAMURIEL
Una vez celebrados los funerales de 1ª clase en la iglesia parroquial de Villamuriel por el párroco D. Valentín Gómez, su cadáver fue trasladado a la casa familiar de la esquina de la C/ Mayor con la C/ San Bernardo, de Palencia, desde donde partió el cortejo fúnebre para ser enterrado en el panteón familiar del Cementerio de Palencia.
PANTEÓN FAMILIAR EN EL ACTUAL CEMENTERIO
DE PALENCIA/ LÁPIDA SEPULCRAL DE
D. NARCISO
El acto de despedida constituyó una gran
manifestación de duelo, en la que tomaron parte todas las clases sociales de
Palencia, donde gozaba de gran consideración y respeto, pues contaba con
generales simpatías por su carácter bondadoso y caballerosidad intachables.
A la cabeza iban los asilados de los establecimientos provinciales de Beneficencia, con velas encendidas. Después seguía el clero de todas las parroquias de la capital, con cruz alzada.
A continuación iba el cadáver,
encerrado en una magnífica caja de caoba y conducido a hombros por empleados de
la casa de D. Narciso.
Presidían el duelo los Gobernadores
Civil y Militar de Palencia, los hijos políticos del finado, personalidades
destacadas de la ciudad (el alcalde, D. Ignacio Martínez de Azcoitia, el
senador D. Valentín Calderón y otros) y el párroco de Villamuriel.
El cortejo fúnebre lo constituía una
gran muchedumbre, con representantes del Ayuntamiento, Diputación Provincial, Clero,
Instituto General y Técnico, Seminario, Obras Públicas, oficinas de Hacienda,
Casino, Audiencia, Sociedad Económica de Amigos del País, Audiencia, Colegios
Profesionales, Juzgados, Prensa y demás fuerzas vivas de la capital.
4.- DOCUMENTACIÓN UTILIZADA
-- Libro 10 de Defunciones del archivo de la iglesia de Sta. María de Villamuriel
-- Libro 7 de Matrículas del archivo de la iglesia de Santa María de Villamuriel
-- Microfilms de los periódicos El Diario Palentino y El Día de Palencia, del 16-11-1908, del Archivo Histórico Provincial de Palencia
-- Fotografías del autor del artículo o cortesía de vecinos de Villamuriel
Artículo realizado por Zacarías Diez García, miembro de la Asociación Amigos del Patrimonio de Villamuriel