martes, 5 de diciembre de 2017

CLAUSTROS Y LA INMACULADA EN CALABAZANOS

La pujanza de siglos pasados en la actividad constructiva de las órdenes religiosas conventuales tenía muy en cuenta que fuera adecuada al servicio de la comunidad y de sus funciones. Los modelos y características arquitectónicas y de ornamentos seguían el estilo dominante según la época y propio de los lugares religiosos. Las variantes o cambios se producen según las órdenes. De las zonas nobles de un monasterio (iglesia, claustro, sala capitular...) el claustro es un patio, casi siempre con jardín que se utiliza para el descanso, el paseo o la meditación. Tiene forma cuadrangular y porticada con arquerías que descansan en columnas. A partir de él se distribuyen las dependencias comunitarias. La palabra claustro tiene la misma acepción que clausura que significa "cierre" recogimiento, aislamiento del exterior y alude a la forma de vida que llevan las comunidades monacales. A este elemento del que tenemos ejemplos en Villamuriel de Cerrato-Calabazanos dedicamos la primera entrada de Diciembre; son el conjunto del Monasterio Nuestra Señora de la Consolación de Calabazanos.

EL CLAUSTRO PRINCIPAL O PROCESIONAL QUE PRESIDE LA INMACULADA.


Desde este claustro bajo se accede a la iglesia y al coro entre otras dependencias. Por tradición, en él se hacen las procesiones del Corpus, Domingo de Ramos y Domingo de Resurrección. Es una obra del siglo XVI formado por cinco arcos en cada crujía; los tres centrales son de medio punto y los otros dos apuntados, y entre ellos, van unos contrafuertes exteriores. La planta baja presenta cubierta arquitrabada apoyada en columnas de tipo toscano y bóvedas de crucería con terceletes curvados. Los nervios, tanto cruceros como fajones, descansan sobre ménsulas. El claustro alto se cierra por medio de dintel, sustentado por columnas cilíndricas en correspondencia con cada arco de la parte baja.


Son varias las capillas que se abren a este claustro: la del Cristo, la de San Antonio de Padua y la de la Anunciación. Todas ellas ricamente ornamentadas y conteniendo piezas de arte sacro muy interesantes y valoradas. Fue costeado por don Alonso Manrique, nieto de la fundadora y hermano de Jorge Manrique. En el centro del jardín se eleva una imagen de María Inmaculada. Por la proximidad de esta festividad nos extenderemos unas líneas para significar la importancia y característica de esta advocación que ha distinguido a lo largo de los siglos a la Familia Franciscana que la tienen por patrona. 
Fueron los franciscanos desde la Edad Media los grandes defensores de las tesis inmaculistas. Las clarisas pertenecen a la segunda orden de Contemplativas franciscanas. En sus casas numerosas obras de arte se convierten en el documento más elocuente de esta realidad histórica. San Francisco de Asís desde el comienzo de sus fundaciones constituye a la Santísima Virgen como Abogada. Años después de su muerte, sus hermanos asumen como propia la defensa de la santidad original de María desde el momento de su concepción, que todavía no estaba lo suficientemente clarificada en términos teológicos. En este contexto, el Beato Juan Duns Escoto junto con otros grandes intelectuales franciscanos desarrollaron los elementos doctrinales que sirvieron de fundamento para la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de María con la encíclica "Ineffabilis Deus" del papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854. 
Para toda la Orden, este filial culto y la institución de la fiesta de la Inmaculada Concepción fue aprobado en 1263 en el capítulo general de Pisa. En 1621 se confirma la elección de la Inmaculada como patrona. En el siglo XV durante el papado de Sixto IV (franciscano conventual) se extiende a toda la iglesia.


PATIO DEL ALJIBE O DE LA PORTERÍA

Recibe este nombre por poseer en uno de sus lados un aljibe circular realizado con sillería donde la tradición mantiene que en su interior se encuentra escrita la salve. El aljibe dispone de brocal y dos piletas para permitir la canalización de sus aguas hasta el patio al que da nombre y continuar hacia la huerta. Inicialmente era un patio abierto del que destacan sus columnas de piedra. Hoy están abiertas dos de sus alas provistas de un cerramiento acristalado. Desde el año 1973, por este patio se puede ver el bulto yacente de Doña Leonor que permanecía oculto en el coro bajo de la iglesia. Un lienzo que reproduce la Inmaculada de San Francisco; la Capilla del Crucificado 




EL PATIO RENACENTISTA

A él dan la sala capitular, el refectorio, los dormitorios y la Sala Manrique. Hoy posee una terraza que permite su visión a diferentes niveles y gran cantidad de restos de columnas. Por uno de sus lados tiene una sólida construcción que pudo haber sido en origen la torre independiente y/o casa fuerte de Calabazanos que en 1369 y 1431 aparecen como donaciones y de las que habla la historia. El grosor de sus muros, su sistema de construcción con sillares, las aspilleras y la entrada. Este patio está presidido por una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.


Por uno de sus ángulos se accede a una construcción muy sólida, que pudiera haber sido en origen una torre fuerte independiente por el grosor de sus muros, su sistema de construcción con sillares, las aspilleras y la entrada. O como apuntan en su obra sobre el monasterio E.Gómez y A.Sancho, esta construcción se corresponda con la casa fuerte de Calabazanos que en 1369 don Pedro Manrique dona a don Alvaro Gómez de Herrera y que también aparece en la donación a los benedictinos en 1431.



Fotografías cedidas por las Clarisas de Calabazanos.






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