Por Villamuriel de Cerrato pasa un tramo del Ramal Sur del Canal de Castilla que avanza desde Palencia entre el Monte el Viejo y el río Carrión atravesando los pagos El Cigarral, Soto Redondo y El Corral. En pleno casco urbano queda situada la esclusa 33 y unos kilómetros aguas abajo y dirección Dueñas, la triple esclusa 34-35-36 de Soto Albúrez.
DATOS QUE DEJA LA HISTORIA
El Canal de Castilla que conocemos es una cuarta parte de la obra que se pretendía. Del ambicioso proyecto se concluyeron los tramos técnicamente más fáciles de abrir, por lógica, los localizados en las llanuras de la Meseta. Se pretendía un canal de divisoria y quedó finalmente convertido en un simple canal en bajada.
Tres ramales para 207 kilómetros que se denominaron: del Norte, del Sur y de Campos por su situación y comarcas que recorre.
La primera vez que se habla del Canal de Castilla se remonta a la época de Carlos I entorno al año 1550. Relacionar por vía acuática el interior de Castilla con el litoral Cantabrico es la idea que comienza en principio por hacer las primeras mediciones, reconocimientos y nivelaciones del terreno por parte de destacados matemáticos de la época. En el reinado de Felipe II se intenta el mapa topográfico de España para el conocimiento de la Geografía Peninsular que cuajó parcialmente. Al planeado Canal de Castilla le afectarán todas las vicisitudes por las que atraviesa España y no fueron pocas. Han pasado doscientos años y en 1751, en el reinado de Fernando VI se vuelve sobre la idea del canal castellano; a los efectos, se constituye una comisión de estudios para que emita su parecer sobre las posibilidades de su ejecución. En 1753 se inician las obras de ingeniería en el Ramal de Campos por su origen en el río Carrión; cuatro años de trabajos y las obras quedan interrumpidas en término de Paredes de Nava cuando se habían realizado tan solo los 25 kilómetros.
Se reanudan en 1759 y durante cuarenta años se trabaja sobre el proyecto sin interrupción. En esta segunda etapa se ejecuta el actual Ramal del Norte y se inicia el del Ramal del Sur, desde su origen en el Serrón hasta Soto de Albúrez y arroyo del Corral en término municipal de Villamuriel de Cerrato.
En 1799, otro parón por el difícil momento político, social y económico por el que atraviesa España a finales del siglo XVIII y la guerra de la Independencia.
En 1828, Fernando VII promulga la Real Orden por la que considerando que el Erario público no podía sufragar los trabajos del canal, éstos sean entregados a una empresa particular; propone se constituya una Junta preparatoria que articule el proyecto. El negociado del Canal pasará al Ministerio de Hacienda en marzo de 1831 y de éste, a la empresa privada que reanuda la obras con gran actividad.
En 1835 se produce una nueva interrupción de las obras del canal que dejaba ya terminados los actuales ramales del Norte y del Sur.
De 1842 a 1849 se efectúa la excavación del último trozo del Ramal de Campos, entre Paredes de Nava y Medina de Rioseco. El 14 de diciembre de 1849 comenzaba la explotación del Canal de Castilla en su totalidad.
Todas las esclusas que se construyeron durante la primera fase de las obras del Canal de Castilla fueron ovaladas empleando un diseño original de Leonardo da Vinci que en aquel momento estaba de moda en toda Europa. Este tipo de esclusas permitían el cruce simultaneo de dos embarcaciones gracias a que se ensanchaban en el centro, lo que agilizaba el movimiento de barcazas. Sin embargo, su construcción resultaba cara y lenta, por lo que a raíz del parón que sufrieron las obras durante la Guerra de la Independencia, se modificó su tipología y se empezaron a construir esclusas de planta rectangular, de factura más sencilla, economía de agua y más baratas. Precisamente, la triple esclusa de Soto Albúrez fue la primera de este tipo que se ejecutó en el Canal de Castilla sirviendo de ejemplo para todas las que vendrían después en el Ramal Sur y el de Campos.
No fue esta la única modificación. Con el tiempo se iban introduciendo importantes evoluciones en los sistemas de tracción de las compuertas, que primero eran a braza y luego pasaron a contar con la ayuda de un juego de poleas, o los mismos materiales de los que estaban fabricadas que empezaron a ser de madera, reforzadas con vigas trasversales, y terminaron haciéndose de hierro.
La primera balsa de Soto Albúrez se construyó hacia 1804; cuatro años más tarde se detienen las obras por la guerra de la Independencia (1808). Se retomaban en 1931 y con el canal en manos privadas, se hacen las otras dos de forma rectangular.
Entre las primeras obras y las últimas para el Canal de Castilla habían transcurrido noventa y seis años y medio en tres épocas, lo que arroja una velocidad media de construcción anual de 3, 817 kilómetros.
En el año de entrega del canal por el Estado a la empresa privada, se contabilizaban 17 embarcaciones operativas; al final de las obras había 130 barcazas navegando. En 1860 fue el año de mayor censo con 365 embarcaciones matriculadas. Cuando en 1919 el canal castellano revierte nuevamente al Estado, eran únicamente 11 las embarcaciones operativas. La llegada de nuevas vías de comunicación y transporte (carreteras y ferrocarril) a la Meseta, el canal comienza a decaer como vía de navegación y motor económico; su historia más reciente pasa por el aprovechamiento de sus ingenios en la regulación de los regímenes hidrográficos y el regadío; se proyectan los embalses, canales y acequias, se aprovecha su fuerza motriz y se pone en valor su conservación y la explotación de sus riberas.
El trayecto del Canal de Castilla por el término municipal de Villamuriel de Cerrato y porque es primavera, a poco que observemos da motivos para que salgamos a gozar los caminos y paisajes aledaños: el medio natural, los campos, los sonidos y los colores se perciben como pocas veces a lo largo del año. En las mañanas o atardeceres, a la marcha, a la carrera o sobre una bicicleta no faltarán compañeros en el camino. Soto Albúrez es un destacado del Canal de Castilla y destino natural y atractivo para el esparcimiento y las actividades al aire libre.
Quienes lo visitan con frecuencia agradecerían además, un mayor esfuerzo y refuerzo en su mantenimiento y pulcritud.
Fuentes consultadas: EL CANAL DE CASTILLA (memoria descriptiva)
Dr. Juan Benito Arranz. Paneles Informativos.
Fotografía y redacción: Montse Blanco.
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