LOS FABRICANTES Y LA FÁBRICA DE HARINAS DE VILLAMURIEL
1.- INTRODUCCIÓN:
Desde pequeños,
todos los vecinos de Villamuriel hemos oído hablar de la fábrica de harinas,
que existe desde mediados del s. XIX, pero que adquirió una importancia mayor
desde mediados del s. XX, con la llegada a Villamuriel de los hermanos Gómez Martínez
(Moisés y Vidal, los fabricantes) por el impulso que dieron a la fábrica.
Es conocida la
capacidad y el empeño de Moisés en todo lo que hacía. Era un empresario emprendedor y decidido, que
no dudó en embarcar a la Sociedad de los Gómez en negocios de sectores muy
diversos.
La actividad harinera,
bajo la dirección de la familia Gómez, ha estado funcionando durante más de 50
años en el pueblo, constituyendo la principal empresa del mismo hasta la
llegada de FASA Renault en 1978.
Pero el relevo
generacional en la empresa y los cambios producidos en el sector de las harinas
en España en las décadas finales del s. XX llevaron al cierre de la fábrica,
que progresivamente se ha ido deteriorando hasta el pésimo estado del edificio
en la actualidad.
2.- LAS FÁBRICAS DE LA FAMILIA GÓMEZ MARTÍNEZ
A.- LAS FÁBRICAS DE VILLAMURIEL
La 1ª fábrica de
harinas de la familia Gómez fue la de Villamuriel. La compraron junto con el almirante Moreno
(de La Coruña) a los herederos de Ezequiel Matía García en 1939. Los
propietarios eran varios de los hermanos: Moisés, Vidal y Facundo, originarios
de Amayuelas y vinculados al sector de la compra y almacenamiento de cereales al
por mayor. Se llamó Molturadora Palentina Coruñesa. Luego Facundo dejó la empresa y quedaron
solo Moisés y Vidal, junto con el socio gallego.
En 1950 construyeron la fábrica nueva, con una estructura de muros y suelo muy sólida
(ladrillo macizo y hormigón) y una tecnología avanzada en su época. El edificio
fue construido por la empresa Fanegas.
La maquinaria fue montada por la empresa mejicana-catalana,
Establecimientos Morros.
A mediados de los
años 70, al morir el almirante Moreno y pasar su participación en la empresa a
sus yernos, al desvincularse éstos de la fábrica de Villamuriel pasará a
llamarse Harinas la Palentina.
B.- LAS FÁBRICAS EN OTRAS LOCALIDADES:
La familia Gómez Martínez
fue comprando o montando fábricas en otros lugares de España:
LA FÁBRICA DE OSORNO:
En Osorno ya había
una fábrica de harinas a mediados del s. XIX, la cual se había modernizado a
fines de dicho siglo incorporando el sistema de molturación austro-húngaro
mediante cilindros.
En 1964 compraron la fábrica de Osorno al empresario cántabro García Noreña, una fábrica antigua, pero en un estado aceptable de conservación, con la que se podía trabajar bastante bien.
Estaba a las
afueras de Osorno, en un cuérnago que partía del río Valdavia, y funcionaba con
la electricidad generada por el agua en el salto de la esclusa 15 del canal de
Castilla, que por medio de un transformador y una red de varios km. se llevaba
hasta la fábrica.
La mantuvieron
unos 15 años, cerrándose al acogerse al plan de reestructuración del sector de
fabricación de harinas por haber superproducción y exceso de oferta en el
mercado de las harinas.
LAS FÁBRICAS DE VALDEMORILLO Y EL FERROL
En Valdemorillo (Madrid), en los años 40, la familia Azañedo-Suja encargó la construcción de una fábrica nueva, que destacaba por la apariencia del edificio y la calidad en la construcción, pero también por la maquinaria que se instaló (las maquinas se importaron de Suiza a la Sociedad Daverio).
Durante los años 50, la fábrica se mantuvo en funcionamiento en manos de dicha familia Azañedo.
Finalmente, en 1963, tras un periodo de dificultades económicas, la familia vendió la fábrica a los dueños de la harinera “La Palentina”. Era una fábrica bien montada y bastante moderna. Fue liquidada a finales de los años 70.
Actualmente, tras muchos años sin actividad harinera y varias remodelaciones, la fábrica es un restaurante con un emplazamiento privilegiado dedicado a bodas y eventos.
En 1968 Moisés y el almirante Moreno construyeron una fábrica de harinas en El Ferrol (La Coruña) para abastecer de harina al ejército de la zona de Galicia, disminuyendo los costes de transporte de la harina de Villamuriel a Galicia.
En 1974, la fábrica pasó a los herederos del almirante
Moreno, que después la cerraron y fue demolida para construir viviendas en el
solar de la misma.
Además, tenían 2 almacenes grandes para la distribución
de la harina, uno en la C/ Ibiza de Madrid y otro en Barcelona.
LA FÁBRICA DE DUEÑAS
Junto a la esclusa
38 del Canal de Castilla, en Dueñas, la Compañía del Canal levantó en 1838 un
molino con 8 piedras, el cual fue modernizado a finales de los años 70
por los hermanos Cachurro. En 1912 los
hermanos Matesanz habían introducido los cilindros de la casa Buhler en la
fábrica “La Vega”, de dicha esclusa.
En 1974, los Gómez
compraron la fábrica de Dueñas, de la esclusa 38, al empresario Jacinto
Matesanz, ya que necesitaban fabricar harina para sus clientes, al tener que
parar la fábrica de Villamuriel para realizar una reforma.
La fábrica se encontraba en muy mal estado, al haber estado abandonada durante un tiempo. Se la reformó y se puso en marcha. Funcionó 4 años hasta su cierre, por no ser rentable al tener una maquinaria antigua y obtener peores calidades de harina. Se acogieron al plan de reestructuración del sector harinero.
Fue vendida a
Julián Varas, vecino de Dueñas, para instalar en ella un negocio hotelero, que
no se llegó a realizar. Hoy solo queda
la zona de almacén y la planta baja de la misma, restaurada para vivienda
particular.
C.- LA DISOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD DE LOS GÓMEZ Y SU EVOLUCIÓN
En 1981 se disolvió la Sociedad de Moisés y Vidal, al haber diferencias en la gestión de la empresa y la participación en la misma, al ser ya mayores los propietarios (Moisés ya tenía casi 70 años y Vidal casi 75) y entrar en escena sus hijos/as.
Vidal y sus hijos
se quedaron con la fábrica de Villamuriel, llamándose la empresa Harinas
Villamuriel. Moisés se quedó con la
fábrica de la carretera de Santander y con la marca Harinas la Palentina.
Entonces, se
liquidaron otros bienes de la Sociedad, como los negocios de distribución y
comercialización en los almacenes de Madrid y Barcelona y la granja de
Villamuriel.
La fábrica Harinas
Villamuriel, gestionada por Vidal Gómez y sus hijos, Paco y Leandro, funcionó
bien 11 años (de 1981 a 1991). Después
empezó su declive, al entrar en el mercado nacional harinas y productos preparados
de otros países europeos y por no haber una buena gestión de la empresa por
parte de los herederos. La fábrica fue
embargada y se cerró.
Ya en el s. XXI,
el edificio fue comprado por Ignacio Pinacho para convertirla en hotel, pero el
proyecto no se llevó a efecto.
Ahora se encuentra
en un abandono total y en estado ruinoso: parte del tejado caído, sin ventanas,
sin puertas. Se mantiene en pie por su
estructura tan robusta y por estar cercada con una valla metálica.
La fábrica Harinas la Palentina, de Villalobón, fue gestionada por Moisés hasta su muerte en 1986 con una actividad aceptable.
Fallecido Moisés,
pasó a manos de sus hijas, que más tarde la vendieron a una sociedad palentina
creado por Bernardo Velasco Calderón con varios familiares suyos. Funcionó 5-6 años, pero fue vendida al entrar
en una situación de pérdidas progresivas.
En 2009 la compró
la empresa catalana, Vals Company, que tiene 5 fábricas de harinas (la de
Villalobón es la más pequeña) y otros negocios.
3.- HISTORIA DE LA FÁBRICA VIEJA DE VILLAMURIEL
Una vez
finalizados los ramales Sur y de Campos del Canal de Castilla en 1849, la
compañía del Canal obtuvo la concesión de su explotación por un período de 70
años. Por ello, además de explotar el transporte de mercancías por el Canal,
empezó a instalar molinos de harina al lado del mismo.
Así la Compañía
construyó un molino de nueva planta en 1852 en la esclusa 33, en Villamuriel. El molino tenía una turbina de 3 CV. para
mover 4 piedras. Su arrendatario era
Julián Inclán Pascual, que pagaba a la Compañía una renta anual de 34.000
reales.
En 1863, sus usufructuarios eran José Ibáñez del Pozo y Julián Inclán Pascual, que la convirtieron en una fábrica, obra financiada por armadores santanderinos.
En 1870 la fábrica
seguía activa, pero en 1880 se encontraba inactiva, tal vez por estar
reformándose.
En 1892, la
fábrica de la esclusa 33, denominada la Catalana, cuyo arrendatario era L.
Abia, ya había incorporado el sistema de molturación austro-húngaro
introduciendo cilindros Remoke.
Pagaba a la Compañía una renta de 2.500 reales.
En el s. XX, la
fábrica vieja era mixta: funcionaba con 2 piedras (molino) y 2 cilindros
(fábrica), movidas por el agua del Canal de Castilla, que entraba a la turbina
por un desvío antes de llegar a las puertas de la esclusa.
Tenía un sótano y 2
plantas: en el sótano estaba la turbina, en la 1ª planta las piedras y los cilindros
para moler el trigo, en la 2ª planta la clasificación del producto.
EL EDIFICIO DE LA FÁBRICA VIEJA EN LA ACTUALIDAD
Disponía de 3 viviendas, anexas a la fábrica, para el molinero y los obreros. En una de ellas vivieron unos años mis abuelos Zacarías y Faustina, ya que él y su hermano Abdón trabajaron para D. Ezequiel Matía comprando y transportando el trigo de los pueblos próximos hasta la fábrica con 2 carros de mulas.
En ellas vivieron también Moisés y Vidal y Augurio del Río, en los años 40, antes de construir las nuevas viviendas.
Cuando construyeron la fábrica nueva, se vendió la maquinaria y se utilizó como almacén y para el laboratorio de análisis de trigos y harinas. En la actualidad, sólo se conservan las paredes del edificio.
4.- LA FÁBRICA NUEVA DE VILLAMURIEL
A.- ¿CÓMO ERA LA FÁBRICA NUEVA?
La fábrica nueva, construida entre la vieja y las bodegas del corro del Redentor, se organizaba en 4 plantas y el sótano.
En el sótano estaba la transmisión general de todos los molinos. Al principio funcionaba solo con la fuerza del agua del Canal y la ayuda de un motor de gas de un camión viejo. Entraban 2.854 litros por minuto para mover las turbinas, que generaban una potencia de 80-85 Kw/h y permitían moler 35 Tm diarias de trigo.
Al dejar fijas las puertas de la
esclusa y construirse el aliviadero lateral para evacuar el agua, entraba menos
agua a las turbinas y solo generaba una potencia de 20 Kw/h. Entonces, Moisés demandó a la
Confederación, ganó el juicio en el Tribunal Supremo y le tuvieron que indemnizar y,
además, elevar la altura del muro del aliviadero para que entrara más agua a la
fábrica.
PUENTE DEL CANAL DE CASTILLA Y CANALILLO DE SALIDA DE LAS TURBINAS
Después, la energía principal era eléctrica con un transformador que alimentaba los motores. Así se generaban 300 Kw/h, mínimo, y se podían moler 80-100 Tm de trigo diarias.
En el 1º piso había 6 molinos
automáticos modernos, con cilindros estriados (de 9 metros de longitud trabajante)
que realizaban 5 pasadas de trituración y 6 de compresión. En la 1ª rotura se obtenía harina y sémola,
en la 2ª rotura, harina.
SALA DE LOS MOLINOS AUTOMÁTICOS - EN EL 1º PISO
SALA DE TUBERÍAS PARA BAJAR LOS PRODUCTOS - EN EL 2º PISO
En el 2º piso estaba la conducción de
tuberías: los canales por los que bajaban los productos (elaborados o
semielaborados) obtenidos en los cernedores.
En el 3º piso estaban los cernedores del producto: eran 2 máquinas sencillas que separaban la harina del producto semielaborado. Cada una se componía de 20 bastidores, entelados con distintas mallas. Por gravedad el producto iba a su destino: nueva rotura en el 1º piso o al almacén de productos ya acabados.
SALA DE LOS CERNEDORES - EN EL 3º PISO
En el 4º piso se encontraba el sistema de transporte neumático (por aire) de los productos obtenidos en el 1º piso: un aspirador que movía 400 m3 de aire por segundo.
B.- LA MATERIA PRIMA UTILIZADA: EL TRIGO
La materia prima era el trigo, que se
almacenaba en los silos: al principio 4, desde 1972, 10. Cada silo podía almacenar 100.000 kg de
trigo.
LOS SILOS PARA ALMACENAR EL TRIGO
El trigo lo compraban a los organismos
oficiales: al Servicio Nacional del Trigo o de Cereales. Desde 1971 al SENPA
(Servicio Nacional de Productos Agrarios), dependiente del Ministerio de
Agricultura. Después, al
liberalizarse la compraventa del trigo, se compraba a los grandes almacenistas
y también directamente a los agricultores.
Cuando llegaban los camiones o remolques con el trigo se pesaban en la báscula y se cogía una muestra para determinar la humedad y el peso específico. También se podía conocer el peso específico por el peso neto del trigo que traían.
Luego, se prelimpiaba el grano para quitar los desperdicios, que iban al triturador para incorporarlo al pienso. Se hacía por aire, con una criba muy grande.
Después se limpiaba de semillas
extrañas (alverjón), que habían pasado la prelimpia, y que luego complicaban la
fabricación del pan al ir en la harina.
Finalmente se llevaba a los silos de
trigo por variedades y calidades.
Las variedades que se compraban eran
de diversa calidad. De Castilla y León
compraban Florencia Aurora y Ariana (daban harina de más fuerza) y Pané (daban
más kg. por hectárea, pero la harina era de menos calidad).
También se importaba trigo de USA y
Canadá o se traía de Andalucía: eran trigos de fuerza para hacer harinas
especiales. Moisés intentó que se
sembraran en los campos del Cerrato, pero no dio resultado por su baja
producción por ha.
El trigo llegaba en sacos de 80/100 kg
en camiones o remolques. Con la
construcción de los nuevos silos se compraba a granel y se descargaba de forma
mecánica en las tolvas de descarga para después limpiarlo y pasarlo con
propulsión de aire a los silos.
Inicialmente, tenían un laboratorio
muy simple para determinar las características básicas del trigo que llegaba a
la fábrica.
Después, compraron un aparato de gran
precisión a una firma alemana en Barcelona.
Con él se podía analizar la humedad (tenía que estar por debajo del
15%), el peso específico, las proteínas del trigo comprado.
C.- LOS PRODUCTOS DE LA FÁBRICA
Los productos obtenidos eran la harina
(75% del trigo) y los salvados (25%) (salvados, tercerilla, cuarta) para
alimentar al ganado particular (cerdos) o para fabricar piensos.
La harina se envasaba en sacos de 100
kg para las panaderías y bolsas de 1, ½
o ¼ de kg para el uso
doméstico. Después (ya en los años 70),
se utilizaron camiones cisterna de 20-30 Tm para llevar la harina a granel, que
se cargaban por gravedad.
ENVASADO DE LOS SACOS DE HARINA
Vendían la harina en el mercado nacional a las panaderías, a las tiendas para el consumo familiar y desde 1978-79 a muchas empresas que necesitaban harinas especiales (fueron pioneros en obtener harinas especiales). Entre ellas, destacan empresas punteras: Bimbo, Nestlé, Panrico.
En Navidad (de noviembre a enero), en
el almacén de Madrid se llegaban a vender de 80 a 100 Tm de harinas especiales
para hacer los roscones de Reyes.
También vendían harina a las fábricas
de galletas (Fontaneda, Siro), pero no mucho, porque las galleteras pagaban
poco por la harina y no era un mercado muy rentable.
En la fábrica se trabajaba en 3 turnos.
En un turno, medio se dedicaba a
fabricar harina galletera y el otro medio a harina para pasta. En los otros 2
turnos se hacían harinas de calidad exigidas por algunos clientes o harinas
normales para panadería y repostería.
Para almacenar la harina se hicieron
silos con unas celdas, cuyo proyecto fue realizado por el arquitecto Font y su
construcción la efectuó Marcos Rey.
El empaquetado de la harina al por
menor se realizaba en el edificio construido junto a la granja de ganado. Era muy artesanal, con mucha mano de obra:
con un paletón se llenaban bolsas de 1 kg, ½ o ¼ de kg.
Al dividirse la Sociedad, el
empaquetado de harina al por menor pasó a Moisés, que en la fábrica de
Villalobón instaló una empaquetadora automática: llegaba una bobina y una
máquina hacía la bolsa y empaquetaba. Una sola trabajadora empaquetaba 4.000
bolsas en una jornada.
D.- LOS PROPIETARIOS
La familia Gómez Martínez procede de
Amayuelas de Abajo (un pueblecito de Palencia, cerca de Amusco).
Formaban una familia numerosa, cuyos
padres eran Leandro Gómez Antón y Dámasa Martínez Illera (ambos de
Amayuelas). El padre se dedicaba a la
compra y almacenamiento de cereales al por mayor.
Vinieron a vivir a Villamuriel en
1939, al comprar la vieja fábrica de harinas de la esclusa 33 a los herederos
de D. Ezequiel Matía García, sus sobrinos.
Moisés Gómez Martínez nació en
Amayuelas en 1913 y falleció en Palencia en 1986, a los 73 años, siendo enterrado en el cementerio de Palencia. Estaba casado con Mª del Carmen Martínez
Solla, de Porriño (Orense). El
matrimonio tuvo 4 hijas: Mª del Carmen, Mª Jesús, Margot y Rosabel.
En los años 40 vivieron en las casas de la fábrica y después se trasladaron a Palencia.
Moisés fue el líder de la familia e impulsor de la empresa, marcando las directrices a seguir en las compras, ventas y construcción de las fábricas y en las operaciones realizadas en los diversos sectores en que se embarcó la empresa.
Moisés era muy exigente consigo mismo y esta exigencia se trasladaba a su propia familia (hijas y yernos, cuando trabajaron en la empresa paterna) y a los empleados en los diversos trabajos que realizaban.
Cuando se disolvió la Sociedad, Moisés siguió al frente de la empresa y, al morir en 1986, su hija Carmen y su yerno José Manuel Martínez fueron los gestores de la harinera de Villalobón.
Vidal Gómez nació en Amayuelas en 1907 y falleció en Palencia en 1987, a los 80 años, siendo enterrado en el cementerio de Palencia. Estaba casado con María Donis Carrera (de Amusco). Del matrimonio nacieron 5 hijos/as: Alicia, Francisco, Jose Luis, Carmen y Leandro.
Vivió algunos años en las casas de la fábrica, para trasladarse a Palencia antes de finalizar la década de 1940.
Vidal trabajó más de 40 años al lado
de su hermano Moisés, respaldando la línea industrial marcada por éste. Él se encargaba más de los temas laborales de
la empresa (contratación de los obreros, pago de las nóminas…) y de la
actividad agrícola-ganadera de la misma.
Cuando se disolvió la Sociedad en 1981, fueron sus hijos Paco y Leandro los que gestionaron el negocio de la harinera de Villamuriel.
El sr. Vidal era el propietario que
solía estar más en contacto con los trabajadores: realizaba la contratación de
los mismos, les pagaba el jornal, controlaba su presencia en la fábrica.
En la fábrica de Villamuriel
trabajaban 14 operarios en la fábrica y el almacén para realizar una
molturación de 70-80 Tm de trigo al día.
A ellos, hay que añadir el molinero, 2 administrativos-contables y 5-6
comerciales.
En la fábrica de Villalobón, al estar
más mecanizada, había menos mano de obra: con 10 personas, en total, sobre todo
comerciales, se molturaban 150 Tm de trigo al día (hoy moltura 600 Tm al día).
Los técnicos molineros:
-
Augurio
del Río lo desempeñó desde el principio hasta 1964.
-
Emilio
Negro, desde 1964 a 1981 en la fábrica de Villamuriel (desde 1981 a 2007 en la
fábrica de Villalobón).
- Cuando
se disolvió la Sociedad, Vidal y sus hijos contrataron a Jesús Tomé, un técnico-molinero
de Aranda de Duero.
AUGURIO DEL RÍO, TÉCNICO-MOLINERO, EN LA FÁBRICA NUEVA
Los comerciales eran de Palencia o
personas vinculados a la familia de los propietarios.
Francisco Gatón , “el Manquillo”, era
el encargado de la fábrica y de la granja de ganado.
También, Mariano Poncio realizó trabajos
de mantenimiento de las máquinas de la fábrica.
Entre los trabajadores de la fábrica,
algunos eran ayudantes del molinero (Jesús Rivas, Miguel Meneses, Luis Prieto):
bajo las ordenes del molinero controlaban la actividad de la fábrica en los
diversos turnos de trabajo.
Algunas de las personas que trabajaron
en la fábrica fueron: Eusebio Redondo, Mariano Nozal, Alfredo Pérez, Mateo Santos, Andrés
Guerra, Marcelino Martín, Pablo González, el sr. Vilda (con un camión).
OPERARIO CONTROLANDO LA CALIDAD DE LA HARINA
6.- OTRAS ACTIVIDADES DE LOS FABRICANTES:
A.- LA ACTIVIDAD AGRÍCOLA Y GANADERA
Los Gómez también desarrollaron una
amplia actividad en los sectores agrícola y ganadero.
Cuando llegaron a Villamuriel, alquilaron las tierras de cereal y los majuelos que algunos de los herederos de
D. Vicente Almodóvar tenían en el pueblo, elaborando y vendiendo el vino en la
gran bodega de D. Narciso, situada en la margen izquierda del Canal.
También compraron una parcela de 5 ha. en la Vega (al oeste del río Carrión), donde sembraban remolacha y cereales. La llamaban la huerta, ya que en ella tenían un huerto de unos 5.000 m2, con árboles frutales y todo tipo de hortalizas. Allí habían construido una casa de una planta donde vivían el hortelano y su familia.
En cuanto al cereal, sembraban trigo y
cebada, el 1º para molerlo en su fábrica de harinas y la 2ª para molerla y
mezclada con otros cereales elaborar piensos para sus animales.
En la finca que compraron en la Av. de
Portugal (además de 2 casas, edificadas para ellos en 1945), había un gran corral donde construyeron varias
dependencias al servicio de la agricultura (cuadra, pajar, paneras…) para
guardar los caballos y mulas y todos los aperos de la labranza, además de la
comida de los animales. También allí
tenían una fragua, en la que el sr. Giménez, conocido como “Enciclopedia”,
reparaba los aperos de la labranza.
Los productos obtenidos en la granja
se llevaban al matadero y fábrica de leche de Palencia o se vendían en las
tiendas y carnicerías de Villamuriel y algunos pueblos próximos.
La granja pasó a Vidal, al dividirse la Sociedad, y unos años después se la vendió a Jara, un ganadero de Santander.
B.- LA CREACIÓN DE PARRESA y DE LA PANADERÍA SAN
ROQUE
En septiembre de 1977 se creó PARRESA
(Panaderos Reunidos Sociedad Anónima), que reunió a varios fabricantes y
expendedores de pan de la capital y pueblos de la provincia. En su creación tuvo un papel destacado Moisés
Gómez.
PARRESA estableció su sede social
inicialmente en la C/ San Antonio y en 1980 en la céntrica calle de Valentín
Calderón, de Palencia. El horno, donde
se preparaban las masas y se cocía el pan, estaba también en la C/ de San
Antonio, de Palencia.
Para la venta del pan se abrieron más
de 30 puntos de venta en la capital y pueblos de Palencia. En Villamuriel se
abrió uno en la plaza de la Villa en 1985, regentado por la familia Gómez Sanmillán.
Para elaborar el pan Harinas la Palentina suministraba a PARRESA más de 20 Tm de harina diarias. En Villamuriel, el punto de venta se abrió en uno de los bajos del bloque de viviendas construido en el solar del antiguo cuartel de la Guardia Civil.
También, Leandro Gómez (hijo de Vidal),
en 1989, instaló el obrador y un horno de pan en una de las naves existentes en las Callejas
(término de Villamuriel, junto a la carretera Palencia-Valladolid), con el
nombre de Panadería San Roque, que suministraba el pan a varios
establecimientos y tiendas de la provincia.
En Villamuriel, la Panadería San Roque tenía un punto de venta del pan en el edificio construido en el solar del cuartel de la Guardia Civil.
C.- LA INSTALACIÓN DEL TELÉFONO EN VILLAMURIEL
D. Moisés Gómez intervino de forma
activa en la instalación del teléfono, tal vez por la importancia del mismo
para su negocio harinero.
A finales de 1947, la Corporación
municipal acuerda la instalación del teléfono a la vista del presupuesto y de
las condiciones exigidas por la Compañía Telefónica para ello.
En enero de 1948, una Comisión se
desplaza a Madrid para gestionar la instalación del servicio telefónico público
en el pueblo, formada por el secretario y el industrial D. Moisés Gómez.
En mayo de 1948, se forma una Comisión
(el sr. alcalde, un concejal, el sr. secretario y D. Moisés Gómez) que se traslada a Madrid para
firmar el contrato de instalación del teléfono y adquirir el hilo de cobre que
se precise para ello.
D.- LA CREACIÓN DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DEL MILAGRO
La Cofradía de Nª Señora había
desaparecido en el s. XVIII y las Mayordomas que gastaban la Ascensión eran
personas voluntarias, que solían tener medios económicos para gastarlo y una
gran devoción a la Virgen del Milagro, junto con el deseo de que no se perdiera
esa tradición secular del pueblo.
Pero en los años 40 del s. XX, por la
penuria de las familias debido a la difícil situación económica del país en la
posguerra, varios años no hubo voluntarias para ser Mayordomas de la Virgen,
teniendo que ofrecer el Ayuntamiento el pago de la música y el refresco que
antes pagaban las que lo gastaban.
En esa situación, D. Moisés Gómez, D.
Juan Manuel López y otras personas de la élite socio-económica del pueblo
impulsaron la creación de una Cofradía de la Virgen del Milagro, entre cuyos
cofrades saldrían por orden de lista los que cada año gastarían la Fiesta.
Así, D. Moisés Gómez lo gastó en 1949,
su hija Carmina dijo las Gracias el día de la Ascensión y la familia pagó los
gastos de la Fiesta, incluida una corrida de novillos que se celebró en el
corral de su casa de la Av. de Portugal.
Aparte de tener un buen número de
empleados trabajando en su fábrica de Villamuriel, en la granja ganadera y en
la labranza, los Gómez también promovieron la construcción de 12 viviendas en
el Corro del Redentor, de un tamaño similar a las Casas Nuevas de la Era,
repartida la vivienda en un comedor-cocina, 3 habitaciones y un pequeño aseo en
el patio.
CASAS PARA LOS OBREROS EN LA SUBIDA AL PÁRAMO
Hay 2 tipos de casas, construidas en fechas sucesivas.
Las 6 primeras son de peor calidad
constructiva, pero de buena adaptación al medio climático de la zona, al tener los muros exteriores de adobe, y son más pequeñas (unos 50 m2),
al tener un frente de 8 m. y un fondo de 6,5 m, además de un patio-corral de
igual tamaño. Tiene un pasillo central, en torno al cual se articulan la cocina
y las habitaciones y por el que se accede al patio.
Las otras 6 casas, construidas algo
más tarde, tienen mejor factura al ser de ladrillo y son más grandes (unos 60 m2),
al tener un frente de casi 10 m. y 6,5 m de fondo, además de un patio de
similar tamaño. Disponen de un pequeño vestíbulo a uno de los
lados, por el que se accede al comedor-cocina y desde éste a las habitaciones y
al patio.
Las viviendas fueron cedidas a los
obreros de la empresa, que vivieron en ellas de forma gratuita bastantes años,
hasta su venta en 1986 por los herederos de Vidal Gómez a los que decidieron
comprarlas y disponer de ellas plenamente.
Junto a la fábrica vieja construyeron
2 viviendas, dispuestas en 2 plantas, una para Moisés y otra para Vidal. Eran de gran tamaño. Sus dependencias, dispuestas en torno a un
pasillo central, eran: un salón, 5 habitaciones, una salita, una cocina, un
baño y una ducha.
Al comienzo de la Av. de Portugal en 1945 construyeron 2 viviendas para su propio uso, sobre todo durante los
meses de verano. Con entrada por un vestíbulo común, cada una de ellas constaba
de comedor, 2 habitaciones, cocina y cuarto de baño.
También algunos administrativos y el molinero vivieron en las casas que los Gómez habían construido para ellos, cuando éstos se trasladaron a vivir a Palencia.
LAS VIVIENDAS CON JARDÍN DE LOS FABRICANTES , EN LA AV. DE PORTUGAL
En este capítulo no se puede dejar de
señalar la labor solidaria de Carmina Gómez (la hija mayor de Moisés) durante
bastantes años antes de su inesperada y sentida muerte.
Por medio de fuentes serias y fiables,
conozco su generosidad con las familias más humildes, tanto del pueblo como
emigrantes: cuando tenían alguna necesidad, casi siempre había una respuesta positiva
por parte de Carmina, sin tener en cuenta ni el origen ni el credo de las
personas.
También aportó una importante ayuda
económica para mantener y embellecer la iglesia de Santa María: bancos, suelo,
otros gastos de la parroquia.
Y, como devota y cofrade de la Virgen
del Milagro (al bautizarla el párroco le dio por abogada a la Virgen del Milagro), quiso que su imagen tuviera un manto nuevo para vestirla los días
de la Fiesta del pueblo. Para ello, encargó su confección a un conocido modisto
de trajes de novia de Palencia, sin reparar en su coste.
LA VIRGEN DEL MILAGRO, CON EL MANTO DE FIESTA REGALO DE CARMINA
Por todo ello, creo que la Corporación
o algún sector o grupo del pueblo deberían haber propuesto otorgar el nombre de
Carmen Gómez Martínez a una calle del casco viejo, como se ha hecho a lo largo
de la historia del pueblo con otros benefactores o personas ilustres de
Villamuriel.
F.- ACTIVIDAD EN EL SECTOR INMOBILIARIO
La actividad inmobiliaria de los
fabricantes empezó en los años 50 con la construcción de 12 casas en el Corro
del Redentor, de Villamuriel, para proporcionar una vivienda a sus trabajadores
que la necesitaran.
También construyeron pisos en las Av.
Modesto Lafuente y Casado del Alisal de Palencia y en la ciudad de Santander, cerca de la playa del
Sardinero. Por iniciativa de Moisés, el
Ayuntamiento de Santander otorgó el nombre de Palencia a la calle donde
construyeron esos bloques de viviendas.
6.- MATERIALES UTILIZADOS EN EL ARTÍCULO
“La industria harinera en Castilla la
Vieja y León, 1778-1913”, tesis doctoral de Javier Moreno Lázaro, Universidad
de Valladolid, 1998.
Fichas de propiedad urbana de Villamuriel, realizadas en 1947, del Archivo Histórico Provincial de Palencia.
Actas de las Sesiones del Ayuntamiento
de Villamuriel de Cerrato de varios años del s. XX, del Archivo Municipal de
Villamuriel.
Libros de Matrícula: nº 11 (de 1936 a 1940) y nº 12 (de 1941 a 49), del Archivo Parroquial de Sta. María de Villamuriel.
Archivo Histórico: FÁBRICA DE HARINA, en rtve.es/play/videos/filmoteca: vídeo sobre la fábrica de harinas La Palentina de Villamuriel.
Información oral y escrita de Emilio
Negro, técnico-molinero de las fábricas de los Gómez
Información oral de varios vecinos de
Villamuriel relacionados con la fábrica de harinas.
Varias fotografías cedidas amablemente
por Rosario Pérez Vián
Fotografías, planos y croquis del
autor del artículo o cedidos por vecinos del pueblo.
Artículo realizado por Zacarías Diez García, miembro de la Asociación Amigos del Patrimonio de Villamuriel
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