LAS BODEGAS Y EL VINO
1.- INTRODUCCIÓN
Las bodegas eran
una instalación fundamental en la economía de un pueblo que tuviera una
superficie grande de majuelos en su campo.
Y ésta ha sido la situación de Villamuriel a lo largo de los últimos
siglos, ya que en Villamuriel y Calabazanos se dedicaban al cultivo de la vid
entre 600 y 1.000 obradas.
Por ello, Villamuriel llegó a tener en uso cerca de 200 bodegas, siendo tal vez el 3º pueblo que mayor nº de bodegas conserva, solo por detrás de Dueñas y Baltanás.
EL CANAL DE CASTILLA Y LAS BODEGAS DEL CORRO DEL REDENTOR
Durante todo el año había actividad en las bodegas, cuando los productores ponían la bandera roja en la puerta y día a día iban vendiendo su vino, pero sobre todo en las semanas anteriores y posteriores a la vendimia.
Solía haber
cierto ambiente en torno a las bodegas que habían echado a vender, ya por la
afluencia de los compradores de vino por cántaros o medios cántaros o de
aquellos que aprovechaban para tomarse unos vasos de vino y charlar un rato con
otros vecinos del pueblo.
Pero además era
un centro de vida social, porque era frecuente que los grupos de jóvenes y
amigos fueran a almorzar o merendar a la bodega los fines de semana o días
festivos. Como se solía beber mucho, la
merienda con frecuencia acababa en una juerga, con cánticos y otros actos poco
edificantes.
2.- EL VINO EN LAS ORDENANZAS MUNICIPALES DE 1764
Igual que se regulaba con mucho detalle la actividad en los majuelos, también se reglamentaba bastante la elaboración y venta del vino en las bodegas.
El acto del
aforo y vareo del vino que producían las viñas y majuelos del término de la
villa se ejecutaba cada año el día de san Martín (11 de noviembre), al cual
había de asistir la Justicia y el Regimiento y el Procurador General. Y para dicho acto se debía traer medidor
aprobado de fuera de esta villa, por no haberlo en ella.
No se podía
empezar a vender vino nuevo después del aforo hasta el día de san Andrés (30 de
noviembre) en adelante, para dar tiempo a despachar el vino añejo, si lo
hubiera, y, en caso de no haberlo, se podía empezar desde el día después de
dicho aforo en adelante.
CARRALES LLENOS DE MOSTO
MEDIDA DE MEDIO CÁNTARO, DE LATÓN
MEDIDAS PARA EL VINO: AZUMBRE Y CUARTILLO
Después de aforado el vino, la Justicia y el Regimiento y Procurador de ella sacaban a arrendamiento la venta de vino por menudeo en la taberna pública y, en caso de no haber vino en el pueblo, sacaban también a arrendamiento el traerlo de fuera y venderlo.
Si algún año no había quien diese vino para abastecer al pueblo en la taberna pública de esta villa, la Justicia y el Regimiento se debían juntar en las casas del Ayuntamiento y echaban suertes y al que tocase la suerte le obligaban a echar a vender por la medida menor, señalando el precio que correspondiese al vino. Y para dichas suertes entraban en ellas todos los vinateros, sin excepción. Y, en ese tiempo, los otros vecinos no podían vender vino alguno, para así no perjudicar al vinatero que se hallaba vendiendo por suerte.
Ningún vecino de la villa u otra persona podía meter uva ni mosto de fuera del término, siendo comprado a forasteros, por el perjuicio que se podía seguir a los demás cosecheros, a no ser que el fruto no se hallase en el término de esta villa, pero lo que se comprase fuese de vecino de ella. Si se contravenía este capítulo, se daría por decomiso lo que se denunciase, lo cual podía hacer cualquier cosechero, exigiéndole además la pena de 1.000 maravedíes.
Cualquier vecino de esta villa u otra persona podía entrar en ella el vino que quisiese, cocido, de fuera del pueblo para su gasto, pagando los derechos y con noticia de la Justicia. De lo contrario, se le decomisaría el vino, además de la caballería que lo condujese.
3.- EL VINO EN LA OBRA DE FRANCISCO SIMÓN NIETO
En su “Estudio médico-topográfico de Villamuriel de Cerrato”
(1886), en el capítulo IV “Los habitantes de Villamuriel física y socialmente
considerados”, en el apartado 5º trata de
la “Alimentación”.
Señala que entre
los vegetales destaca “el trigo, del cual se elabora un pan de excelente
calidad, que forma el principal alimento de la clase obrera, y los garbanzos,
judías y muelas”.
Entre las
carnes, indica que las 3 principales especies de animales que se sacrifican son
la vaca, el cerdo y la oveja, pero que “el consumo de carnes es en este pueblo
de todo punto insuficiente”.
En cuanto a
líquidos vegetales, Simón Nieto escribe que “el vino figura en 1ª línea, se
bebe en grandes cantidades”, y que “el
vino es tinto áspero, de mucho color y de una riqueza alcohólica que varía de 9º a 11º”.
“El consumo de
vino en Villamuriel es considerable, con un total de 3.368 hectólitros al año,
correspondiendo 250 litros por habitante al año y 0,7 litros al día (en España
es de 57 litros por habitante al año).
Estas cifras dan la medida de la importancia que aquí tiene el consumo
de este artículo, que está considerado por estas gentes como el sustrato de la
vida”.
También dice que “el hábito contraído desde la infancia de beber vino explica en cierto modo que el organismo de los habitantes de este pueblo no se impresione por muy excesivas cantidades que ingiere y que las enfermedades del alcohol sean aquí raras. El alcoholismo y la embriaguez son menos comunes de lo que parece deducirse de un consumo tan alto por habitante al año”.
“Para ello hay
que tener en cuenta el género de vida de los habitantes de este pueblo,
constantemente ocupados en trabajos agrícolas, con los cuales, bien por el
trabajo mismo por la acción de una aire
puro, la eliminación del alcohol es rápida y completa. Además de esto, influye en este fenómeno la
calidad y la pureza de los vinos, que no suele sufrir alteraciones y, aunque su
riqueza alcohólica no baja de 10º, es perfectamente tolerable, sin que se
produzcan alteraciones en su salud”.
“Por
el contrario, parece que el organismo entra en una mayor actividad funcional
bajo el influjo de este excitante, las fuerzas físicas aumentan, la resistencia
al trabajo crece y hasta creemos que la notable fecundidad obedece
principalmente a esta causa (una natalidad de 5,4 por 100 habitantes, con un
consumo de 250 litros en Villamuriel / 2,7 de natalidad en Madrid con un
consumo de 40 litros por habitante y año)”.
4.- ¿CÓMO SON LAS BODEGAS?
Las bodegas son
galerías subterráneas excavadas en profundidad para elaborar y guardar el vino
durante el año.
Es difícil saber cuánto tiempo y trabajo llevaba excavar una bodega, pero, como se solía hacer en invierno (cuando no había trabajo en el campo), supongo que varios años trabajando unos cuantos operarios.
Había que picar la roca con medios manuales y sacar la tierra al exterior, teniendo cuidado para evitar los posibles desprendimientos, trabajando bajo tierra, con poca luz, espacios a veces reducidos, polvo en el aire.
Imaginemos una bodega de tipo medio, con una profundidad de 6 metros, unas escaleras de 8-9 m de tunel y 20 escalones, una nave de 20 m de largo y unos 3 de ancho y de alto, la nave del lagar de 6 m de largo, 2 de ancho y 2,5 de alto, la cubeta del lagar de 3 m de lado y 2 de profundidad, las 2 zarceras y el descargadero de 6 m de profundidad. Excavar todo esto supone picar y sacar al exterior unos 250 m3 de tierra, con un peso de 500 Tm.
A.- EL EXTERIOR
La fachada
principal tiene entre 2 y 5 m y suele estar construida con pequeñas piedras
irregulares (mampostería), aunque hay algunas de mejor factura, al presentar una
fábrica de sillares de piedra.
En ella se
encuentra la puerta de entrada, antes de madera, hoy de chapa o de hierro, de
unos 2 m de alto y algo más de 1 m de ancho.
FACHADA CON PIEDRA DE SILLERÍA, EN EL CORRO DEL MORO
En la fachada opuesta a la entrada, pero a veces en la fachada principal (a un lado), se encuentra el descargadero, por donde se echaba la uva al lagar. Todos tienen una portana de madera (0,90 m de ancho y 1,20 m de alto) y una losa gruesa de piedra, donde se apoyaban los cestos con la uva para facilitar su descarga. Algunas bodegas tienen esa fachada trasera revestida de piedra.
INTERIOR DE DESCARGADERO EN EL CORRO DEL MORO
Algunas bodegas
tienen el lagar en el exterior, en superficie, lo que facilitaba la introducción
de la piedra y la viga para prensar la uva, el trabajo de descarga de la uva,
la elaboración del vino y su traslado a varias bodegas.
En el exterior
se pueden ver las zarceras, que son respiraderos verticales abiertos para la
ventilación y evitar las humedades en el interior. Dependiendo de la bodega, algunas zarceras pueden tener de 8 a 10 m. de profundidad y entre 50 y 80 cm de lado. Suele haber 2 en cada bodega, una que
comunica con la zona del lagar y otra con la nave donde se conserva el
vino. Se las distingue por su forma
rectangular o cuadrada, a veces cónica, y están hechas con piedras calizas
irregulares o de ladrillo.
También podemos observar el montículo que cubre a la larga la zona de la nave, formado con la tierra sacada de la excavación de la bodega, para aislar mejor del exterior la nave principal.
INTERIOR DE LA ZARCERA DE BODEGA DE EZEQUIEL GARCÍA
De la puerta de entrada se pasa a las escaleras, con 30-40 peldaños en las bodegas más profundas y menos de 10 en las más superficiales, realizados en el propio suelo de arcilla, aunque a veces se hacían de ladrillo. A veces, para ahorrar tiempo y trabajo la misma escalera servía para bajar a varias naves, que eran de diferentes propietarios. Las escaleras suelen tener 1 m de ancho, 2 de alto y longitudes diversas, según la profundidad de la bodega.
ESCALERAS DE LA BODEGA DE JULIO REY
Por ellas se baja a la nave o naves donde se disponen las cubas, tinos y carrales (construidos con madera de roble por el cubero) y los garrafones de cristal forrados con mimbres. Las cubas podían almacenar, en general, de 100 a 500 cántaras. Los carrales iban de las 10 a las 50. Los tinos pasaban de 1.000.
CUBAS MEDIANAS EN BODEGA DE EZEQUIEL GARCÍA
CARRALES EN BODEGA de MIGUEL APARICIO, del Cº DEL REDENTOR
Las naves presentan
la roca original (arcillas o conglomerados) en techos, paredes y suelos, aunque
actualmente a veces los techos han sido reforzados con arcos de ladrillo
apoyados en soportes de hormigón y el suelo también ha sido hormigonado. Las naves suelen tener 3 -3,5 m. de alto y 2,5 -3 m. de ancho,
con longitudes diversas, según las necesidades de almacenaje de vino del
propietario.
A un lado se encuentra la sala del lagar, con la cubeta para echar la uva, la pila para echar el mosto y la zona donde están instaladas la viga de madera, la piedra y el huso (de madera), los cuales permitían prensar la uva en el lagar.
Los lagares tienen diversas medidas, dependiendo de la superficie de los majuelos de sus usuarios, llegando algunos a 15 - 20 m3 de capacidad, para poder elaborar de 700 a 1.000 cántaras de mosto. Y algunas vigas alcanzan los 8-10 m de largo.
VIGA DEL LAGAR DE BODEGA DE EZEQUIEL GARCÍA
5.- LAS LABORES EN LA BODEGA: HACER EL VINO
Cuando
se llenaban los cestos o el remolque o al final de la jornada, se llevaba la
uva a la bodega, se pesaba con la romana (los cestos) o en una báscula (la uva
a granel) y se descargaba en el lagar.
ECHANDO LA UVA A LA DESPALILLADORA
A
continuación se pisaba la uva en el lagar
y se dejaba 3 o 4 días para que empezara a hervir en el mismo. Al 4º día
se abría la llave y el 60% del líquido caía por su pie a la pila.
Después se abrían callejas a los lados para que escurriera el mosto, al prensarla. Luego se ponía la madera y se prensaba con el husillo o con la viga de madera que hacía contrapeso con la piedra para sacar más mosto.
Hecho esto, se quitaba la madera y se cortaba en redondo la uva de los lados para meterlo
al medio y volver a prensarlo con la madera.
Para
obtener un cántaro de mosto (16 litros) se necesitaban 23 kg. de uva.
PRENSA MANUAL MODERNA
LAGAR CON EL MOSTO EN BODEGA DE MIGUEL APARICIO
PILA DEL LAGAR PARA RECOGER EL MOSTO
Se
sacaba el mosto de la pila con
recipientes de metal, se echaba en pellejas de cuero y se llevaba a los envases
de madera (cubas o carrales) o de acero inoxidable (ya en el s. XX) para que
fermentase durante unos 60 días.
Ahora se usan despalilladoras para separar las uvas del rampojo y luego estas se prensan en pequeñas prensas manuales. Y unos días después el mosto se lleva con una bomba movida a motor y mangueras de plástico a los depósitos de madera o de acero inoxidable para que fermente durante 2 meses.
Durante
casi una semana no se podía bajar a la bodega por el anhídrido carbónico (el
llamado tufo). Para sacarlo se ponía
lumbre en las escaleras.
También
se aprovechaba el rampojo de los racimos: se llevaba a la alcoholera para hacer
orujo.
CARRAL LLENO DE MOSTO
A
los 2 meses el mosto ya es vino. Así dice el refrán: “Por san Andrés el mosto
vino es”. Se sacaba el vino con una
goma, saliendo ya sin impurezas, y se pasaba a unos envases limpios. La
madre, que quedaba en el fondo de las cubas o carrales, se quitaba para
dejarlos limpios.
Las cubas y carrales se tenían que vaciar en 20 días, como mucho, después de empezarlos a gastar o vender. Si no se vaciaban del todo, había que trasegarlos a otra cuba o carral más pequeños. Los envases, al vaciarlos de vino, se limpiaban con agua y sosa cáustica. También se volvían a limpiar una semana antes de echar el mosto.
6.- LA PRODUCCIÓN DE VINO
MEDIDAS DE
CAPACIDAD PARA LÍQUIDOS
1 CÁNTARO = 8
AZUMBRES = 15,76 LITROS
1 CUARTILLA
= 2 AZUMBRES = 3,94 LITROS
1 AZUMBRE = 4
CUARTILLOS = 1,97 LITROS
1 CUARTILLO
= 4 COPAS = 0,49 LITROS
MEDIDAS DE PESO PARA SÓLIDOS
1 ARROBA = 25 LIBRAS = 11,5 KILOS
1 LIBRA = 16 ONZAS = 0,46 KILOS
A.- EN EL S. XVIII
Según los datos suministrados por el Catastro de Ensenada (1752) para Villamuriel y Calabazanos, la producción de vino se elevaba a 45.000 cántaros (unos 720.000 litros), a mediados del s. XVIII, el resultado de una cosecha de más de 1 millón de kilos de uva.
De esta cifra solamente se podrían elaborar y almacenar en las bodegas de Villamuriel y Calabazanos unos 10-15.000 cántaras, ya que no había más que 35 bodegas y 12 lagares y la capacidad de los envases declarados en dichas bodegas se situaba en torno a esa cantidad.
El resto de la uva los propietarios de los majuelos la llevarían a Palencia o a los pueblos próximos a Villamuriel, en donde estaban avecindados. Considero que el vino lo elaborarían sobre todo en Palencia, ya que los grandes propietarios de viñas en ambos pueblos eran vecinos de Palencia, donde había un mercado más amplio al contar con más población.
B.- EN LOS SS. XIX Y XX
Y a finales del s. XIX Francisco Simón Nieto daba la cifra de 900.000 -1.000.000 de litros (56.000-62.000 cántaros), considerando que los datos oficiales de 550.000-650.000 litros eran incompletos y engañosos.
En esas fechas, ya es más probable que buena parte de la producción y almacenaje del vino se hiciera en los lagares y bodegas de Villamuriel, ya que a mediados del XIX había 33 lagares, 93 bodegas y 13 sisas.
A ellas hay que añadir las que se fueron excavando en las décadas siguientes, ya que en el Inventario de 1947 se contabilizan 173 bodegas y 79 lagares en Villamuriel, una de las cuales (la de D. Narciso) podía transformar y almacenar unos 15.000 cántaros.
7.- EVOLUCION HISTÓRICA DE LAS BODEGAS
A.- HASTA EL S. XVIII
Al haber viñedos
en Villamuriel en la Edad Media y primeros siglos de la E. Moderna, hay que
suponer que había bodegas y lagares donde elaborar el vino y conservarlo, pero
no he podido consultar documentación que lo confirme.
Es seguro que en los protocolos notariales de los
siglos XVI y XVII (documentos en que los
notarios dan fe de las compras y ventas de bienes o de las herencias) aparece
reflejada la existencia de bodegas en Villamuriel en esas fechas, pero en las
circunstancias actuales no es posible consultarlos al no poder acceder a los
archivos públicos.
B.- EN EL S. XVIII
Del siglo
XVIII sí he consultado varios documentos que nos
informan ampliamente de las bodegas de Villamuriel: el Catastro de Ensenada y
las Ordenanzas Municipales de Villamuriel.
Según el
Catastro de Ensenada (1752) en Calabazanos solo había 2 bodegas: la de un
vecino seglar, con una capacidad de 250 cántaras, y la bodega del Convento de
Sta. Clara, que supongo tendría una capacidad de más de 2.000 cántaros, ya que
los diezmos del vino que recibía el Convento rondaban esa cifra.
Según la misma
fuente, en Villamuriel había dos núcleos de bodegas, que estaban pegados al
caserío, con un total de 33 bodegas.
Uno se excavó en la salida del camino Real a Dueñas y era conocido como bodegas a la iglesia o al camino de Dueñas. Tenía 17 bodegas (13 sin lagar y 4 con lagar), 2 de las cuales estaban sin uso y 1 caída, y un lagar sin bodega.
Había otro lagar, situado en el casco del pueblo, en la C/
Tercias, que pertenecía a la fábrica de la iglesia y servía para recoger la uva
de la parte del diezmo que percibía dicha fábrica.
La capacidad de
este conjunto era de 3.250 cántaros. Este núcleo desapareció al construirse el
ramal sur del canal de Castilla a finales del s. XVIII y las casas de la C/
Nueva (al oeste de la iglesia y del palacio del Obispo).
El 2º conjunto
se fue formando a ambos lados del Caño, en los Herrenes y en la casa alta, con
un total de 17 bodegas, 6 de las cuales
tenían su correspondiente lagar, y una capacidad de unos 6.500 cántaros.
BODEGAS Y LAGARES EN VILLAMURIEL EN 1752
ZONAS |
BODEGAS
CON LAGAR |
BODEGAS SIN LAGAR |
LAGARES
SOLO |
BODEGAS
HUNDIDAS |
LAGARES
HUNDIDOS |
LA IGLESIA O SALIDA A DUEÑAS |
4 |
12 |
1 |
1 |
0 |
C/ DEL CAÑO |
6 |
11 |
0 |
0 |
0 |
C/ TERCIAS |
0 |
0 |
1 |
0 |
0 |
TOTALES |
10 |
23 |
2 |
1 |
0 |
BODEGA DEL S. XVIII EN LOS HERRENES
BODEGAS DEL S. XVIII DE LA CALLE DEL CAÑO
En las décadas siguientes del s. XVIII se abren más bodegas en la zona de los Herrenes y el Castillón, en los márgenes del camino al Pedracho y los Vallejuelos y del camino a las Raposeras y al Cigarral.
En la bodega de Julio Rey, en el camino a los Vallejuelos, en el huso de
madera del lagar se puede leer una inscripción que dice: “JUAN DE VILLAMERIEL
ME HIZO - AÑO 1780”.
LAGAR DE BODEGA DE JULIO REY
C.- EN EL S. XIX
A lo largo de
las primeras décadas del s. XIX se fueron excavando más bodegas en los Corros
del Moro y del Redentor, al desaparecer las bodegas de la salida a Dueñas y
aumentar la producción de los viñedos plantados anteriormente, localizándose
también en zonas más alejadas del pueblo, como el Cotarro del Moro y la base
del espigón de Miraflores.
Así en el
Amillaramiento de Villamuriel de 1850 se
registran un total de 93 bodegas, 13 sisas (bodegas de pequeñas dimensiones,
incluidas a veces en otra bodega) y 33 lagares.
El reparto por zonas no es posible realizarlo, porque en el
Amillaramiento muchas veces no se especifica ese aspecto.
El momento de
máximo apogeo del viñedo y las bodegas fue a finales del s. XIX, coincidiendo
con la ruina de los viñedos franceses por la filoxera y el aumento de la
demanda del vino de España. Así en el
huso del lagar de una modesta bodega del Cotarro del Moro se lee la fecha de su
construcción, "AÑO 1863".
HUSO CON LA FECHA DE SU CONSTRUCCIÓN: 1863
BODEGA DE D. NARCISO RODRÍGUEZ LAGUNILLA
Una de las bodegas más recientes es la bodega de D. Narciso R. Lagunilla, la más grande de Villamuriel. Hoy es el restaurante “la Bodega del Canal”. Según una inscripción, hoy desaparecida, fue construida en 1880 por el albañil Alipio Morate. De ella trataré en un artículo aparte.
D.- EN EL S. XX
En el s. XX ya
no se construyeron nuevas bodegas, pero se siguieron utilizando al máximo todas
las existentes y por ello se mantuvieron en buenas condiciones, debido a la gran demanda del vino de Villamuriel por
su calidad y la proximidad a Palencia.
Para su estudio
he utilizado las fichas urbanísticas de Villamuriel con fines hacendísticos de
1947. Entonces había 173 bodegas, 72 de
ellas con lagar, además de otros 7 lagares independientes.
El grupo más
numeroso de bodegas estaba en el Corro del Moro, con 56 bodegas (30 de ellas
con lagar) y otros 2 lagares sin bodega. Había 9 bodegas que compartían la
entrada entre sí (2 a 4 bodegas).
El 2º conjunto
lo formaban el Caño, los Herrenes, C/ Marino Rodríguez y Av. de Portugal con 52
bodegas (15 de ellas con lagar) y 3 lagares sueltos. En él, 12 bodegas
compartían la entrada.
En el Cotarro
del Moro y Miraflores se localizaban 32 bodegas (17 y 15, respectivamente), de
las que solo 8 tenían su lagar.
El 4º grupo era
el Corro del Redentor con 29 bodegas (17 con lagar) y 1 lagar sin bodega. En él
había una gran bodega con 3 naves.
Finalmente,
había otras 3 en la C/ Parada y 1 en el Paseo del Canal (la de Alonso
Almodóvar).
BODEGAS Y LAGARES EN VILLAMURIEL EN 1947
ZONAS |
BODEGAS
CON LAGAR |
BODEGAS SIN LAGAR |
LAGARES
SOLO |
BODEGAS
HUNDIDAS |
LAGARES
HUNDIDOS |
CORRO DEL MORO |
30 |
26 |
2 |
1 |
0 |
CORRO DEL REDENTOR |
17 |
12 |
1 |
12 |
0 |
COTARRO DEL MORO |
4 |
13 |
0 |
4 |
0 |
MIRAFLORES |
4 |
11 |
0 |
5 |
1 |
AV.
PORTUGAL Y HERRENES |
11 |
14 |
2 |
0 |
0 |
C/ DEL CAÑO |
3 |
13 |
1 |
0 |
0 |
C/ MARINO RODRÍGUEZ |
1 |
10 |
0 |
0 |
0 |
C/ PARADA Y PASEO CANAL |
2 |
2 |
1 |
0 |
0 |
TOTALES |
72 |
101 |
7 |
22 |
1 |
LAGAR Y ZARCERAS DEL CORRO DEL REDENTOR
ZONA DE BODEGAS HUNDIDAS EN EL CORRO DEL REDENTOR
Además en esa
fecha se señala que aparecían totalmente hundidas otras bodegas: 12 en el Corro
del Redentor, 5 en Miraflores, 4 en el Cotarro del Moro y 1 en el Corro del
Moro, tal vez no por el abandono de sus propietarios, sino por razones
meteorológicas (inundación por el agua de alguna tormenta, situación que volvió
a afectar al Corro del Redentor en el invierno de 1962) o por algún defecto en
su excavación.
8.- LAS ZONAS DE BODEGAS EN LA ACTUALIDAD
Las bodegas de
Villamuriel se reparten por 4 grandes zonas: el Corro del Moro, el Corro del
Redentor, el Cotarro del Moro y Miraflores, la calle del Caño-los Herrenes- el
Cementerio viejo.
A.- EL CORRO DEL MORO
La zona del
Corro del Moro se sitúa entre el camino del Páramo, el camino nuevo de los
Vallejuelos y el canal de Castilla. Se distribuyen junto al antiguo camino de
los Vallejuelos y en 3 caminos de servidumbre que parten de dicho camino hacia
el oeste.
PLAZUELA CON BODEGAS EN EL CORRO DEL MORO
Es el conjunto
con mayor nº de bodegas (56), aunque en los últimos años media docena de ellas
se han hundido en el antiguo camino de los Vallejuelos por la entrada del agua
de las tormentas en las mismas o por abandono de sus dueños.
Las del camino
de los Vallejuelos tienen sus naves paralelas al camino, en dirección
norte-sur, y la puerta de entrada al este o al norte. Las de los caminillos todas
tienen las naves en dirección norte-sur, con la puerta de entrada al norte y el
descargadero del lagar al sur.
LAGAR EXTERIOR DE BODEGA EN EL CAMINO DEL PÁRAMO
BODEGA HUNDIDA EN EL CAMINO VIEJO DE LOS VALLEJUELOS
B.- EL CORRO DEL REDENTOR
La 2ª zona es el
Corro del Redentor, situado al norte o al oeste de la Fábrica de Harinas
Villamuriel, entre el canal de Castilla y el actual camino del Cigarral y las
Raposeras.
En el Redentor
hoy solo quedan en pie 18 bodegas, ya que debido al agua que bajaba del páramo
en varias grandes tormentas, sobre todo la de 1962, se han hundido casi todas
las situadas en la hondonada detrás de la fábrica.
BODEGA EN EL CAMINO DEL CANAL, DEL CORRO DEL REDENTOR
BODEGA Y MERENDERO EN EL CAMINO DEL CANAL
Aquí estaba una de las mayores bodegas, la bodega de los herederos de Ezequiel Matía García, que tenía 3 naves de grandes dimensiones y un lagar común, pero se hundió en 1962.
En esta zona,
unas de las bodegas conservadas tienen sus naves en dirección este-oeste y
otras norte-sur. La mayoría tienen la puerta de entrada con vistas al Canal y
el descargadero del lagar mirando a las garitas de Miraflores.
C.- EL COTARRO DEL MORO Y MIRAFLORES
En el Cotarro
del Moro las bodegas están situadas en la parte alta del cerro, en un solo
nivel. Suelen ser bodegas más pequeñas y
bastante menos profundas (varias solo 2 o 3 m. de profundidad) que las de las
demás zonas. Su excavación suponía menos
trabajo, pero el vino se conserva peor al tener temperaturas más altas.
La puerta de
entrada la tienen al oeste o al norte.
Bastantes de ellas no tienen lagar (sólo hay 4) o es pequeño, con su descargadero en lo alto
del cerro. Hoy varias de ellas están
hundidas o en mal estado, conservándose unas 15 en buen estado, al haber sido
arregladas.
VISTA DEL FRENTE OESTE DEL COTARRO DEL MORO
FACHADA DE BODEGAS DEL COTARRO DEL MORO
Enfrente del Cotarro
se encuentra el espigón de Miraflores, en cuya base hay varias bodegas bien
conservadas y alguna con buena fábrica de piedra en su fachada. Se distribuyen en las 2 calles que dan acceso
a las garitas, conservándose bien unas 10 bodegas. La mayoría tienen la fachada
principal con su entrada al este y el descargadero del lagar mirando al páramo.
Aquí también hay pocos lagares (sólo 4) y son poco profundas (entre 3 y 6 m).
CALLE CON BODEGAS EN MIRAFLORES
D.- EL CAÑO, LOS HERRENES Y AV. DE PORTUGAL
El conjunto más
disperso de bodegas lo forman las de C/ del Caño, C/ Marino Rodríguez, Avda. de
Portugal y Herrenes, bodegas muy antiguas, pero que en gran parte han
desaparecido por causas meteorológicas o abandono de sus propietarios o al ser hundidas y cegadas para poder
construir viviendas.
Las pocas conservadas
bordean el solar de los Herrenes y la Avda. de Portugal (6 bodegas en cada uno)
y el final de la C/ del Caño (8-9 bodegas).
En esta zona se encuentra la 2ª bodega más grande del pueblo, la de herederos de Ezequiel García Matía. Es muy profunda (unos 12 m). Tiene 3 naves formando una T y 2 sisas, donde se conservan 5 cubas de 200 a 700 cántaros y varios carrales. También conserva en aceptables condiciones los 2 lagares, uno de ellos de gran capacidad.
Todavía se encuentra bastante bien conservada, pero con un deterioro progresivo que podría llevar a su ruina. Esta bodega reúne muy buenas condiciones para albergar un centro de interpretación de las bodegas y el vino, por su situación, tamaño, espacio disponible y haber conservado casi intacta la bodega original y muchos de los elementos básicos para elaborar y conservar el vino.
CUBAS GRANDES EN BODEGA DE EZEQUIEL GARCÍA
9.- VALORACIÓN FINAL
Nuestros
antepasados han ido construyendo a lo
largo de los siglos una serie de conjuntos arquitectónicos que nos han legado a
nosotros. Uno de los más importantes a
todos los niveles son las casi 200 bodegas, que estaban en buenas condiciones y
en uso en pleno s. XX.
Pero por unas
razones o por otras (fenómenos meteorológicos graves, pérdida de su función y
abandono por parte de los propietarios, falta de unas directrices para su
conservación o recuperación por parte de las autoridades municipales,
construcción de chalets), en las décadas finales del pasado siglo o en los 20
años del actual, un número significativo de las bodegas y lagares han
desaparecido o están a punto de hacerlo.
LAGAR HUNDIDO EN CORRO DEL REDENTOR
DESCARGADERO EN RUINAS EN CORRO DEL MORO
Hay propietarios que las han arreglado (por dentro y por fuera) para convertirlas en merenderos y han logrado conservarlas, pero muchas veces la reparación de la parte exterior ha seguido unas pautas totalmente personales y se ha perdido la armonía del conjunto que tenían los núcleos de bodegas hasta hace poco tiempo y que en algunos pueblos sí se ha mantenido.
Por otra parte,
si uno se da una vuelta por las zonas de bodegas, podrá comprobar que en
algunas de ellas los propietarios han procurado tener en aceptables condiciones
las fachadas y los entornos de sus bodegas, pero el Corro del Moro (el más
grande y compacto) está bastante descuidado (caminos poco transitables,
fachadas con grafitis, muebles en los caminos, construcciones poco acordes con el aspecto tradicional de las bodegas).
FACHADA CON GRAFITIS Y MUEBLES EN EL CORRO DEL MORO
Aunque ya llegue
tarde, el Ayuntamiento tal vez debería elaborar un protocolo que fije las
pautas a seguir en las recuperaciones del exterior de las bodegas, controlar
las construcciones que se hagan y
velar por que los propietarios mantengan en buenas condiciones los exteriores
de las bodegas.
Finalmente, la
Asociación Amigos del Patrimonio sugiere que, si es posible, el Ayuntamiento
adquiera una bodega, donde se pueda instalar un pequeño centro de
interpretación de las bodegas y el vino, lo que unido a la visita de una cueva
y una yesera podría ser un nuevo atractivo turístico en el pueblo.
10.- DOCUMENTACIÓN UTILIZADA
- Las Ordenanzas Municipales de Villamuriel, de 1764, del Archivo Municipal de Villamuriel
- Los Amillaramientos de Villamuriel, de 1850 y años posteriores, del Archivo Municipal de Villamuriel.
- Las Respuestas Generales y las Declaraciones particulares para Villamuriel, del Catastro de Ensenada, de 1752, del Archivo Histórico Provincial de Palencia.
- Las fichas urbanas de implantación de Villamuriel de Cerrato - Sección Hacienda, de 1947, del Archivo Histórico Provincial de Palencia.
- El Estudio médico-topográfico de Villamuriel de Cerrato, de Francisco Simón y Nieto, de 1886.
- Información oral de varios vecinos de Villamuriel: Miguel Aparicio, Guillermo Nieto, Serapio Prieto.
- El trabajo sobre las bodegas del Cerrato castellano, realizado por Carlos Paredes Obispo, cuyo enlace es https://www.xn-bodegasycuevasdueas-c4b.com/los-barrios-de-bodegas-tradicionales-en-el-cerrato-castellano/
- Colaboración de varios propietarios de bodegas para su visita y medición de las mismas para elaborar los planos: Julio Rey, Miguel Aparicio, Ezequiel García, Teodoro Terán.
- Fotografías del autor del artículo, de Guillermo Nieto y de Julio Rey
- Gráficas y tablas elaboradas por el autor del artículo
miembro de la Asociación Amigos del Patrimonio de Villamuriel
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