1.- INTRODUCCIÓN
En los siglos pasados los cultivos más importantes y, por tanto, los que más extensión del campo ocupaban en Castilla eran los cereales: el trigo, básico para la alimentación de las personas, y la cebada y avena para la de los animales, sobre todo de labranza.
Además había otro cultivo también presente en todos los pueblos, la vid, ya que el vino era una bebida que aportaba muchas calorías, muy necesarias para los trabajos de gran esfuerzo físico y gasto energético, y la más utilizada en los días de ocio de la población desde temprana edad.
Pero había zonas en que la vid tenía una presencia mayor debido a las condiciones adecuadas de su suelo (amplias zonas de cascajo, que proporcionan más graduación al vino, o zonas poco aptas para los cultivos herbáceos por ser más secas y pobres en sustancias minerales, como las laderas, en pendiente) o por encontrarse cerca de ciudades o pueblos grandes, donde había un mercado más amplio al que vender sus vinos. Este es el caso de Villamuriel, Dueñas, Torquemada o Becerril (en la provincia de Palencia).
MAJUELO EN EL PEDRACHO
El cultivo de la vid en Villamuriel ya se documenta en los siglos XI al XV (de la Edad Media) y los primeros siglos de la Edad Moderna. Tuvo gran importancia desde el s. XVIII, continuando en el s. XIX y 1ª mitad del s. XX, como se refleja en las diversas fuentes de documentación.
Por ello, voy a
dedicar 2 artículos, uno a los majuelos y otro a las bodegas. Probablemente realice un 3º artículo dedicado
solo a la Bodega Lagunilla, la de mayor tamaño en Villamuriel, con un edificio
de fábrica muy sólida y con métodos más modernos de elaboración y almacenaje
del vino.
2.- LAS VIÑAS EN LOS DOCUMENTOS MEDIEVALES
En 1146, el obispo D. Pedro II (primer obispo señor de Villamuriel) cambiaba unas heredades que tenía en Palencia por otras que Palea y su mujer Mª Andrés tenían en Villamuriel, entre las cuales había 12 aranzadas de viñas.
En
1302, Alfonso Martínez, 4º nieto del Cid, dejaba en su testamento majuelos en
Villamuriel a los racioneros de la Catedral de Palencia.
En
1434, Juan Alfonso de Palencia vendía a Gómez Diez de Burgos (ambos vecinos
de Palencia) una viña de 10 cuartas que tenía en Villamuriel. Las parcelas
linderas de la misma eran también viñas.
En
1586, Juan de Calabazanos y su mujer Catalina Fernández (vecinos de
Villamuriel) vendían a los Sres. Deán y Cabildo de la Catedral de Palencia 4
tierras de pan llevar. Los vendedores estaban obligados a un censo en favor de
una Capellanía de Palencia y para garantizar el pago de los réditos del censo
tenían hipotecadas muchas tierras (entre ellas, las 4 tierras que vendían) y
viñas.
3.- LAS VIÑAS EN LAS ORDENANZAS MUNICIPALES DE 1764
En las Ordenanzas
Municipales de Villamuriel de 1764 hay 14 capítulos que recogen de forma minuciosa
todo lo relativo a las viñas y el vino en su término municipal, lo que indica
la importancia del viñedo en la economía del pueblo.
Ninguna persona podía entrar en las viñas ajenas para cortar pámpanos, agraces, tallos ni uva en ningún tiempo de frutos pendientes, sin obtener por escrito licencia del dueño y de la justicia.
Los dueños de las viñas podían entrar en ellas, excepto para cortar para vender los pámpanos, tallos o uva, en cuyo caso habían de obtener también licencia de la Justicia.
ESCOGIENDO UVA PARA GUARDAR
Cualquier persona que sin licencia de la Justicia fuera vista o aprehendida en las viñas suyas o ajenas debía pagar 200 maravedíes (el salario diario de un jornalero del campo era de 3 reales, o sea, 102 maravedíes) por la falta de la dicha licencia.
Y, aprehendidas en ellas o fuera de ellas, deberían pagar por cada racimo de uvas no excediendo de 4, a real cada uno, y pasando de 4 hasta 8, a 2 reales, y siendo más de 8, a 3 rs. cada uno. Y esto por la 1ª vez, por la 2ª, doblada, y por la 3ª, trasdoblada. Y siendo de noche la aprensión, sería también trasdoble.
La Justicia y el Regimiento nombraban a las personas que iban a reconocer el estado y calidad del fruto de las viñas por todos los términos de esta villa. Y, según la declaración, se determinaba el día de la vendimia y, establecida, ningún vecino la podía romper antes del día asignado con motivo ni pretexto alguno. Y al que rompiese dicha vendimia se le impondría la pena de 2.000 maravedíes y 500 maravedíes al que saliese por uvas para guardar o vender.
MAJUELO CON LA UVA YA MADURA
Ninguna persona podía entrar en viña alguna (aunque fuera suya y estuviera vendimiada) a coger la rebusca que en ella hubiese quedado hasta que, después de levantado el fruto, se hubiera tocado la campana. Se impondría la pena de 200 maravedíes a cada persona que se le encontrare rebuscando y además la pérdida de la uva, cestos, cestas y tarreros en que lo cogieren y se vendería públicamente y el valor de esto sería para aumento de bienes comunes.
Los ganados
mayores y menores y aun de la cabaña real no podían entrar en las viñas, aunque
estuviera levantado el fruto, hasta que finalizada la vendimia se hubieran
aprovechado de la rebusca que hubiera quedado durante 3 días y, una vez finalizado
este plazo, no podían entrar sin licencia de la Justicia, lo que se daba a son
de campana.
Ninguna manada de ganado lanar ni otras podían pastar las orillas de tierras sembradas ni las de las viñas, salvo en las cañadas, ni arrimarse a ellas, a distancia de 10 pasos, sobre todo en las viñas desde 1º de mayo hasta que levantado el fruto y rebuscado se tocase la campana para entrar en ellas.
Y los pastores que guardaban dicho ganado no podían andar por las viñas ni arrimarse a ellas, a la dicha distancia de 10 pasos, en el tiempo que estaban los frutos pendientes. Si lo contravenían, la pena por la 1ª vez era de 200 maravedíes, además de pagar el daño que se apreciare. Y en caso de reincidir, la pena era doblada.
Los obreros trabajadores del campo, vecinos y forasteros, que fueran a trabajar en las viñas en todo tiempo del año no habían de llevar caballerías mayores ni menores a las viñas y, si las llevaban para conducir sus herramientas y personas, las habían de atar y estacar fuera de ellas. Cada caballería que faltase a esta prevención pagaría de pena 102 maravedíes la 1ª vez, 204 por la 2ª y 500 por la 3ª.
Mientras estuvieran pendientes los frutos de pan y vino, o sea, desde que empiezan a echar las viñas (desde el 1º día de abril) y respecto a los panes (desde 1º de febrero) hasta cogidos los frutos, ninguna persona (vecino o forastero, de cualquier estado o condición) podía andar a cazar en panes ni viñas con perros y galgos, a pie o a caballo ni con otro género de instrumentos a ninguna especie de caza terrestre o volantín. De lo contrario, se impondría la pena de 500 maravedíes por la 1ª vez, 1.000 por la 2ª y reincidiendo se castigaría con mayor rigor.
4.- L OS
MAJUELOS EN LA OBRA DE FRANCº SIMÓN NIETO
En su “Estudio médico-topográfico de Villamuriel de Cerrato”
(1886), en el capítulo IV “Los habitantes de Villamuriel física y socialmente
considerados”, en el apartado 3º trata
de las “Ocupaciones”, en el 4º de la
“Riqueza y producciones”, en el 5º
de la “Alimentación”.
Así en el
apartado 3º dice: “Las ocupaciones a las que se dedican sus habitantes son las
de un pueblo esencialmente agrícola. El
cultivo del trigo, cebada y demás gramíneas y de la vid sostienen a la mayoría
de la población, aparte de algunas pequeñas industrias”.
En él señala
también que “la mujer de Villamuriel
está dedicada solo al cuidado de la casa; para ellas las labores del campo no
existen, no considerando como tales la vendimia y la escarda, faenas que
corren a su cargo” (lo dice así)).
FIESTA DE LA VENDIMIA: VENDIMIANDO EN EL PINO
En el 4º señala
que la base de su riqueza está en “la laboriosidad de sus habitantes, la
fertilidad del suelo que produce abundantes cosechas de cereales, su proximidad
a Palencia que da a los agricultores grandes cantidades de abono a un precio
módico, con el cual mejoran sus fincas, y en la naturaleza de los terrenos de
la parte Este del término municipal, muy favorable para el cultivo en gran
escala de la vid, que produce un vino de excelente calidad muy apreciado en
estos contornos”.
En cuanto al nº
de hectáreas cultivadas, según datos oficiales, señala 2.770 para los cereales,
544 para los viñedos (cultivadas por sus dueños en casi su totalidad), 154 para
praderas y pastos, 61 para plantas hortícolas y 23 para alamedas.
En el mismo recoge la producción de trigo, cebada, avena y vino, señalando 645.320 litros en 1882 y 560.000 en 1884 para el vino. Él considera que “estos datos oficiales son incompletos o erróneos, porque estimamos muy baja la cifra de la cosecha de vino, que sin duda alguna se eleva por término medio a 900.000 o 1 millón de litros”.
5.- LA VID: ASPECTOS GENERALES
El cultivo de la vid y la elaboración de vino se iniciaron en el Neolítico en el Próximo Oriente (Asia Menor y Egipto), para extenderse después por las zonas ribereñas del Mediterráneo (Grecia, Italia, norte de África). A la península Ibérica llegó con la colonización griega de zonas del este de la península y el dominio de Hispania por los Romanos. Hoy se cultiva en todas las zonas templadas de la Tierra.
Hay varias especies de vid, de las cuales la más importante es la Vitis Vinifera. La vid tiene un tronco (llamado cepa) con raíces profundas y muy extendidas y varios brazos de los que salen vástagos largos y flexibles (los sarmientos). Su fruto es la uva, que puede consumirse como fruta y sobre todo utilizarse para obtener mosto, que una vez fermentado se transforma en vino.
La vid necesita
un suelo seco y permeable y rico en potasa, que produce menos cantidad de uva
que el suelo fresco y más fértil, pero de más calidad y mejores vinos.
Se reproduce por
estacas, plantadas en invierno, con una distancia de 2 m. entre cada
planta. Hoy, en los viñedos de
espaldera, las plantas están separadas medio metro. También se reproduce realizando injertos en
madres silvestres o en madres cultivadas más resistentes. Empieza a dar frutos entre los 3 y los 5 años
y puede vivir más de 100 años.
MAJUELO CON MILDIU
Sus principales enfermedades son el mildiu, el oídio, la botritis y la filoxera. La filoxera la produce un pequeño pulgón que seca las raíces de la planta. Llegó de América a Europa a mediados del s. XIX y a España en el último ¼ del mismo, destruyendo gran parte de las vides europeas, teniendo que ser sustituidas por vides americanas (resistentes al insecto) injertadas con palos de las vides europeas supervivientes.
6.- LAS LABORES EN EL MAJUELO
El trabajo en los majuelos era constante a lo largo
del año, en todas las estaciones. Algunas labores se podían realizar con el
ganado (mulas, bueyes, asnos), pero la mayor parte de ellas eran manuales, lo
que proporcionaba muchos jornales a los obreros del campo.
PLANTAR UNA VIÑA: Se podían plantar directamente en
la parcela palos cortados de los
sarmientos de otra viña, pero las cepas resultantes solían tener una
vida más corta (unos 25-30 años).
INJERTAR:
Lo mejor era injertar. Para ello se plantaban
en un vivero palos de madres silvestres para que echasen raíces, luego se
trasplantaban a la parcela en invierno (normalmente en febrero-marzo) y a
los 3 años se injertaban las madres con
palos del tipo de uva deseado.
Estas cepas injertadas podían durar de 80 a 100 años.
A
veces también SE ECHABAN MURONES (palo de una cepa fuerte), que se llevaban enterrados desde la cepa fuerte
hasta un punto cercano en que faltaba la cepa por haberse secado.
PODAR:
se cortaban los palos, dejando una vara y un pulgar en cada brazo (se dejaban 4
o 5 brazos en cada cepa).
Después
de podar se recogían los palos para HACER LOS MANOJOS: se colocaban unos pocos
más largos formando una cruz con otros más cortos para después ir tejiéndolos.
MAJUELO PODADO
ALUMBRAR: En invierno se alumbraba el majuelo, que
consistía en cavar alrededor de las cepas para limpiar el forraje (malas
hierbas) y para que además cogiesen el tempero de invierno.
ABONAR:
en invierno se abonaba el majuelo con estiércol o con abono mineral (ya en el
s. XX).
ARAR: en marzo se daba la 1ª vuelta de arado, en los 2 sentidos, o sea, cruzándose. En junio se daba la 2ª vuelta de arado, también en los 2 sentidos, para quitar el forraje de las calles (zonas entre cepa y cepa).
A finales de mayo, una vez que habían brotado los brotes, SE TAPABAN LAS CEPAS, echando la tierra quitada a los lados al alumbrarla. También se limpiaba la zona de alrededor de las cepas.
MAJUELO EN PRIMAVERA, CON LOS BROTES EN LOS BRAZOS
SULFATAR: se daban 3 manos, la 1ª a finales de mayo, la 2ª en junio y la 3ª a mediados de agosto, para controlar el mildiu y el oidio. Las dos primeras se daban con sulfato azul para el mildiu y la 3ª con sulfato amarillo para el oidio y para madurar mejor la uva.
ESCARDAR:
al final del verano se solía escardar el majuelo para cortar los cardos y otros
forrajes grandes que podían estorbar el trabajo a la hora de la vendimia.
VENDIMIAR:
a principios de octubre, cuando las uvas estaban ya maduras, se realizaba la
vendimia. La vendimia se hacía por parejas y por linios, de
forma que cada persona vendimiaba su lado de la cepa. Cuando su cunacho estaba bastante lleno, los
tarreristas recogían la uva de los vendimiadores y la llevaban a los cestos o
al remolque a granel para luego transportarlo al lagar.
VENDIMIANDO EN EL PEDRACHO, EN LA ACTUALIDAD
7.- LOS MAJUELOS EN VILLAMURIEL EN EL S. XVIII
A.- SU SUPERFICIE y LOCALIZACIÓN
A mediados del
s. XVIII Villamuriel dedicaba bastante superficie agrícola al viñedo: 1.213 aranzadas (unas 450 obradas), en torno a 1/5 de toda la superficie cultivada
(unas 2.100 obradas).
Del total de la superficie de viñedo, la mitad era de buena o mediana calidad y la otra mitad de inferior calidad, ya que bastantes de los majuelos se plantaban en zonas de cascajo (en la zona este del campo del pueblo) o en la parte baja de las laderas del páramo (al oeste del pueblo), zonas menos favorables para el cultivo de cereales.
MEDIDAS DE SUPERFICIE UTILIZADAS EN VILLAMURIEL
Hasta la implantación del sistema métrico decimal en España, en la 2ª ½ del s. XIX, en Villamuriel se utilizaban las siguientes unidades básicas de medida:
La vara
castellana de Ávila: 0,835 metros
El pie o tercia:
0.278 metros
El estadal o
palo cuadrados: - Para las tierras: 3,5 varas2: 9 m2
- Para las viñas: 8 tercias2: 5 m2
Las tierras se medían en obradas = 5.380 m2 cada una
Y cada obrada se
componía de 6 cuartas = 897 m2 cada una
Las viñas se
medían en aranzadas = 2008 m2
cada una
Y cada aranzada se dividía en 4 cuartas = 502
m2 cada una
MAJUELO EN SANTA OLALLA, EN LA ACTUALIDAD
Los majuelos se
concentraban en determinados pagos del
pueblo. Los de los vecinos estaban plantados especialmente en Santa Olalla, La
Vega, La Senara y los Olmillos. Los
de los forasteros se situaban sobre todo en los Olmillos, la Vega, la Nava y
Fuente Rodrigo.
ZONA DE LOS OLMILOS, HOY URBANIZADA O DE REGADÍO
B.- LOS CULTIVADORES
Los vecinos cultivadores de viñas eran numerosos (35 laicos y 4 clérigos), ya que muchas familias tenían algún majuelo, aunque fuera pequeño, y trabajaban 255 aranzadas (95 obradas). La mayor parte cultivaban entre 1 y 5 aranzadas (0,4 a 1,9 obradas) y sólo 8 pasaban de las 10 aranzadas (3,7 obradas), siempre divididas en varias parcelas pequeñas.
Los vecinos con
mayor superficie de viñedo eran labradores/as medianos: Dª María Martín Obejero (33
aranzadas), María Núñez (23 aranzadas) y Manuel
García (19 aranzadas) y el cura párroco D. Francisco García Casado (29
aranzadas).
La mayoría
pagaban un foro al municipio (0,5 - 1 real por aranzada al año), por haber
plantado las viñas en tierras de propios del mismo.
Los cultivadores forasteros eran más numerosos (37 laicos y 19 clérigos), cultivaban 957 aranzadas (354 obradas) y los majuelos eran de mayores dimensiones que los de los vecinos. La mayor parte eran particulares o instituciones religiosas de Palencia. Muchos los explotaban directamente, pero no eran labradores, por lo que tenían que contratar bastantes jornaleros a lo largo del año.
De ellos, 20
cultivaban menos de 5 aranzadas, 21 cultivaban entre 5 y 25 ar.,
9 entre 25 y 50 ar. Solo unos
pocos pasaban de las 50 aranzadas, destacando la Capellanía de los Canales (73
aranzadas), el Hospital de San Bernabé (61 ar.), D. Juan Manuel López de Puga,
D. Manuel Rodríguez de Cosgaya y D.
Baltasar Pérez (53 aranzadas cada uno).
C.- LA PRODUCCIÓN DE VINO
Según las Declaraciones Particulares de los vecinos de Villamuriel y los valores de mosto asignados a cada aranzada en las Respuestas Generales de Villamuriel en el Catastro de Ensenada, la producción de vino se elevaba, a mediados del s. XVIII, a casi 23.000 cántaros (cada cántaro son 16 litros), el resultado de una cosecha de casi 525.000 kilos de uva (se utilizan unos 23 kilos de uva para hacer un cántaro de mosto).
8.- LOS MAJUELOS EN CALABAZANOS EN EL S. XVIII
A.- SUPERFICIE Y LOCALIZACIÓN
Calabazanos
(aldea dependiente del señorío del convento de Sta. Clara) también tenía una parte importante de su campo
dedicada al viñedo. Allí se
cultivaban 1.093 aranzadas de majuelos (405 obradas), casi 1/3 de toda la superficie
cultivada (1.300 obradas). De todo
el viñedo, ¾ partes era de buena o
mediana calidad y ¼ de inferior calidad.
Los majuelos se situaban en la zona este de su término, llamada de forma genérica El Rebollar, que se extendía por el Paramillo (Vallolongo), las laderas del Paramillo (el Rebollar, la Ladera Borral, los Ángeles, San Cristobal, la Tablada alta) y las zonas llanas próximas a las laderas (la Barreñona, los Albañiles, la Junquerilla, la Tablada Baja, las Marnias, Santa Clara, la Jijona).
ZONA DE LAS MARNIAS, EN EL CAMINO DE BAÑOS
ZONA DEL REBOLLAR Y LADERAS DEL PARAMILLO
B.- LOS CULTIVADORES
La propiedad de casi todo el terreno de Calabazanos era del Convento, que lo tenía cedido a foro a diversos cultivadores, por lo que éstos solo tenían el dominio útil del mismo, debiendo pagar a cambio un foro anual al mismo (0,5 -2 reales por aranzada). Además el diezmo de los frutos de la aldea (1/10 del mosto, cereales y productos ganaderos) iba íntegro a manos del Convento cada año.
Los cultivadores
eran 41: 27 de ellos vecinos de Palencia, 4 de Calabazanos, 4 de Villamuriel, 4
de Baños y 1 de Valladolid y Zamora. La
mayoría eran laicos, pero también había 5 eclesiásticos (algunos centros
religiosos).
Del total de los
majuelos, 888 aranzadas las cultivaban forasteros laicos de Palencia y de otras ciudades (81% del
total). La 5ª parte restante la realizaban clérigos forasteros y vecinos laicos de Calabazanos, Villamuriel y otros
pueblos próximos.
Había 3
cultivadores (vecinos de Palencia) con más de 75 aranzadas (28 obradas) de
viña: Marcos Bolado, con 105 aranzadas
(39 obradas) en 4 parcelas, Manuel Nieto Fernández con 84 en 5 parcelas y D.
Pedro Villamediana con 76 en 3 parcelas.
Luego había 11
cultivadores con más de 35 aranzadas y otros 11 con 10-35 aranzadas. El resto no llegaban a las 10 aranzadas.
C.- LA PRODUCCIÓN DE VINO
Según las Declaraciones Particulares de los vecinos de Calabazanos y los cántaros de mosto dados a cada cuarta de viñedo en las Respuestas Generales de Calabazanos en el Catastro de Ensenada, la producción de vino se elevaba, a mediados del s. XVIII, a 21.000 cántaros, el resultado de una cosecha de 482.000 kilos de uva.
9.- LOS MAJUELOS EN VILLAMURIEL EN EL S. XIX
A.- SUPERFICIE Y LOCALIZACIÓN
Desde mediados
del s. XIX, al suprimirse los
señoríos, Calabazanos dejó de pertenecer
al Convento de Santa Clara y pasó a formar parte del municipio de Villamuriel,
por lo que sus términos municipales quedaron unificados.
La superficie total de majuelos (608 obradas) a mediados del s. XIX era ¼ menos que a mediados del s. XVIII (854 obradas), pero seguía siendo importante en la economía del pueblo, ya que suponía 1/5 respecto a las tierras dedicadas a cereales (unas 3.000 obradas). Los majuelos de más calidad (1ª y 2ª) eran algo menos de la mitad del total y el resto eran de calidades inferiores (3ª y 4ª).
Es probable que el descenso del nº de obradas de viñedo se deba al descepe de majuelos por el descenso de la producción de las cepas muy viejas del s. XVIII y por la necesidad de aumentar las tierras de cereales para alimentar a una población en crecimiento en el s. XIX.
MEDIDA DE SUPERFICIE EN VILLAMURIEL EN EL S. XIX
En
el s. XIX los agricultores ya no utilizaban las aranzadas, sino las fanegas y las
obradas para todo tipo de tierra de cultivo, antes de generalizarse el sistema
métrico decimal.
1
OBRADA (5.400 m2) = 2 FANEGAS
(2.700 m2, cada una)
1
HECTÁREA (10.000 m2) = 1,85
OBRADAS
En la 2ª mitad del s. XIX se plantaron majuelos nuevos en el Rebollar, la Serranilla, la Estrella y varias décadas después en el Vivero, coincidiendo con la demanda del vino de España al arruinar la filoxera las viñas de Francia en el último 1/4 del siglo. Por eso y por la falsedad de las cifras dadas por los cultivadores, Simón Nieto situaba la superficie de viñedo en 544 hectáreas (1.006 obradas) en los años 80 del s. XIX.
La localización de los majuelos en el antiguo campo de Calabazanos continuó en la zona del Rebollar (en los mismos pagos que en el s. XVIII: la Ladera y el Paramillo, el camino de Baños, la Tablada) y los de la zona de Villamuriel se situaban en los cascajos del camino de Magaz, en Santa Olalla y el Salgüero, el Pedracho, la Senara y los Olmillos, la Vega y la Serranilla.
ZONA DE SANTA CLARA, HOY DE FASA, EN EL CAMINO DE MAGAZ
MAJUELOS ACTUALES EN LAS LADERAS DEL PEDRACHO
B.- LOS CULTIVADORES
A mediados del s
XIX los cultivadores de viñas seguían siendo numerosos (205 en total), de los
que 145 eran vecinos de Villamuriel y 60 eran forasteros (la mitad de ellos de
Palencia y otros tantos de los pueblos próximos: Baños, Tariego, Magaz,
Dueñas). Ya no había cultivadores del
estamento eclesiástico, sino que todos eran laicos.
Del total de
cultivadores, 171 (el 82%) trabajaban menos de 5 obradas de majuelos, 24 cultivaban entre 5 y 10 obradas, 8 entre 10 y 25 obradas y sólo 2 personas
tenían viñas de más de 25 obradas.
Entre los
vecinos, los mayores cultivadores eran agricultores medios: 9 de ellos
trabajaban más de 8 obradas de viñas, sobresaliendo D. Román Obejero (26,5
obradas) y Antonio Mª Diez de la Mota (19,5 obradas).
Entre los
forasteros, los grandes propietarios eran vecinos de Palencia: 4 con
superficies de unas 16 obradas y 1 con 37,5 obradas (D Andrés Ruiz de
Colmenares).
En el último ¼ del XIX apareció en escena D. Narciso Rodríguez Lagunilla (casado con Dª Regina Pascual Diez, que en 1876 había heredado las propiedades de su padre en Villamuriel, consistentes en 9,5 obradas de majuelo, 1 bodega y 2 lagares) y empezó a comprar majuelos o cambiar tierras por majuelos y más tarde a plantar majuelos nuevos en sus tierras hasta llegar a cultivar más de 70 hectáreas, sobre todo en la zona del Vivero y la Tablada.
ENTRADA AL VIVERO, SIN MAJUELOS DESDE HACE 50 AÑOS
C.- LA PRODUCCIÓN DE VINO
Tomando como referencia los datos del Amillaramiento de 1850 (los Amillaramientos son declaraciones de los bienes inmuebles y de los animales y su valor, con objetivos fiscales) la producción de vino se elevaba en Villamuriel, a mediados del s. XIX, a casi 25.000 cántaros, el resultado de una cosecha de 568.000 kilos de uva, tal vez una cifra falsa y bastante baja para pagar menos impuestos, tanto por los majuelos como por el vino.
Y a finales del s. XIX Francº Simón Nieto daba la cifra de 900.000- 1.000.000 de litros (56.000-62.000 cántaros), considerando que los datos oficiales de 550.000-650.000 litros eran incompletos y engañosos.
10.- LOS MAJUELOS EN EL S. XX
En las primeras décadas del s. XX se tuvieron que replantar casi todos los majuelos injertando palos de vides locales en las madres de vides americanas para hacer frente a la filoxera, que también acabó llegando a muchas regiones de España.
D. Narciso Rodríguez Lagunilla, a finales del s. XIX, y después su yerno, D. Vicente Almodóvar Gil (el cual se hizo cargo de la explotación agrícola una vez fallecido aquel en 1908),fueron los que impulsaron un vivero de vides americanas en su finca de Villamuriel para hacer frente a la filoxera.
En el s. XX,
una vez superada la filoxera, el cultivo
de la vid siguió siendo importante en la vida y la economía de Villamuriel.
Siguió habiendo majuelos por muchos de los pagos del campo del pueblo, dando un aspecto más agradable a la vista, por su verdor, que en las zonas exclusivas de cereal de secano, con barbecho cada 2 años.
El viñedo seguía dando trabajo diario a muchos jornaleros y sus familiares durante casi todas las estaciones del año y suponía un ingreso casi siempre seguro para los cultivadores de viñedos.
Así se puede ver
en las noticias del Diario Palentino con motivo de la helada producida a
principios de mayo de 1945, en que se vio arruinada toda la cosecha del año.
DIARIO PALENTINO - 29 DE AGOSTO DE 1945
En el Diario Palentino del 29 de agosto un titular decía: “LA COSECHA DE VILLAMURIEL, VERDADERAMENTE DESASTROSA”. “Ha sido un desastre el rendimiento en los cereales en cantidad y calidad, algo jamás aquí conocido, por la pertinaz sequía. Únase a esto la helada del 2 de mayo, que arrebató la principal riqueza del pueblo, el vino, de tal manera que se puede calificar de ruina económica en cuanto a este producto, con pérdidas que se calculan en 1 millón de pesetas”.
En el Diario Palentino del 28 de septiembre la noticia se titula “MAL AÑO DE UVA EN VILLAMURIEL”. Y sigue diciendo: “La terrible helada del 2 de mayo ha revestido caracteres de una catástrofe local, cuya magnitud no es conocida ni por los más viejos, al ser su principal fuente de ingresos. El desastre es tal que cosecheros de relativa importancia han recolectado escasamente unos kilos. Esto afecta a todas las escalas sociales que viven y se dedican a él”.
A Villamuriel
acudían asiduamente a comprar vino muchos vecinos de Palencia y los dueños de tiendas,
bares y otros establecimientos de la zona, ya que era muy apreciado por su
calidad y buen precio.
Llegado el otoño y una vez que empezaba la vendimia en octubre, se producía un ajetreo especial en el pueblo, con las cuadrillas de vendimiadores preparándose para ir a los majuelos y los carros de mulas acarreando la uva a los lagares de las zonas de bodegas. Y en los días siguientes se hacían los lagares, con todas las labores necesarias para obtener el mosto y almacenarlo en las cubas.
CUBOS CON RACIMOS, EN LA ACTUALIDAD, EN ZONA DEL PEDRACHO
Pero desde los años 40 la situación empezó a cambiar.
En la posguerra,
el régimen de Franco impulsó una política de autosuficiencia por su aislamiento
internacional y fomentó el cultivo de trigo para garantizar el abastecimiento
de pan para la población.
Además, en esos
años, se implantó el regadío de muchas
zonas del pueblo abastecidas con el agua del canal de Palencia y del canal de
Castilla, donde se empezaron a introducir cultivos de regadío más rentables.
Incluso se penalizaba con impuestos más altos a las fincas que se seguían
dedicando a cultivos de secano.
En las décadas
siguientes empezó a disminuir la demanda del vino de Villamuriel, porque la
población de otras localidades ya disponía de lugares de venta más accesibles
sin desplazarse al pueblo, lo que alargaba demasiado la venta de las cubas de
vino, poniendo en peligro su buena conservación.
El laboreo
manual de las viñas era muy trabajoso y la mano de obra se había encarecido al
haber menos jornaleros por la emigración a las ciudades, pero la introducción
de los tractores en el cultivo de las viñas no era fácil por la anchura
insuficiente de las calles, dañando con frecuencia las cepas.
Villamuriel pudo
entrar en la zona de denominación de vino Cigales, como hizo Dueñas, pero los
propietarios de las viñas del pueblo no lo vieron adecuado y dejaron pasar ese
tren.
Así que poco a poco, pero de forma progresiva, entre los años 50 y 80 se fueron descepando los majuelos (primero los de la zona de regadío y después los de los pagos de secano) o dejándolos perdidos hasta desembocar en la situación actual, en la que quedan unos pocos testigos de la gran superficie de majuelos en algunos pagos del pueblo: el Pedracho, la Estrella, Santa Olalla, las Raposeras, el Paramillo.
MAJUELO PERDIDO EN SANTA OLALLA
A pesar de todo, en los años 70 se celebró la Fiesta de la Vendimia, que trataba de dar a conocer una actividad centenaria tan característica del pueblo, y durante unos años la fiesta dio color y animación al mismo en unos días de octubre. Pero fue como el canto del Fénix, ya que en 1978 dejó de celebrarse, porque el viñedo estaba en clara regresión y la economía del pueblo iba por otros derroteros con la llegada de FASA a Villamuriel.
11.- DOCUMENTACIÓN UTILIZADA
- Las Ordenanzas Municipales de Villamuriel, de 1764, del Archivo Municipal de Villamuriel
- Los Amillaramientos de Villamuriel, de 1850 y años posteriores, del Archivo Municipal de Villamuriel.
- Las Respuestas Generales y las Declaraciones particulares para Villamuriel, del Catastro de Ensenada, de 1752, del Archivo Histórico Provincial de Palencia.
- El Estudio médico-topográfico de Villamuriel de Cerrato, de Francisco Simón y Nieto, de 1886
- Diversos documentos sobre ventas o cambios de heredades en Villamuriel en los siglos XII a XVI, del Archivo de la Catedral de Palencia.
- Varios ejemplares de Diario Palentino de 1945, del Archivo Histórico Provincial de Palencia.
- Información oral de varios vecinos de Villamuriel: Miguel Aparicio, Guillermo Nieto.
- Diversas páginas de Internet para los aspectos generales sobre los viñedos.
- Fotografías del autor del artículo y de Guillermo Nieto
- Gráficas y tablas elaboradas por el autor del artículo
Artículo elaborado por Zacarías Diez García,
miembro de la Asociación Amigos del Patrimonio de Villamuriel
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