Han pasado cinco años de la primavera de 2016, estación de anomalías climáticas y abundantes lluvias que caían sobre Palencia. En el mes de abril saltaban las alarmas por la crecida de los ríos, los desbordamientos y enormes daños a cauces, riberas, estructuras y bienes.
El río Carrión a su paso por Villamuriel de Cerrato recibía grandes cantidades de agua arrastrando árboles, ramas y basuras varias. La caída de un "balconcillo" del histórico y viejo puente de la villa con parte de la estructura que lo sostenía y obligaba a su cierre total al transito de personas y vehículos y durante los siguientes seis meses que duraron las obras de reparación.
Se dice que en las situaciones límite se aprende a estimar las cosas que en lo cotidiano nos facilitan la vida y que la mayoría de las veces simplemente, utilizamos. ¿Qué sabemos de ellas?
Hidrológicamente, la Provincia de Palencia abarca casi en su integridad las cuencas del Pisuerga y del Carrión y los afluentes de ambos. Nacen en el Norte, en la montaña y en su travesía da lugar a las unidades morfológicas tan distintas en formación y paisaje como la Montaña, el Páramo, la Tierra de Campos, la Ribera del Pisuerga o la Comarca del Cerrato (a la que pertenece Villamuriel) con sus valles de erosión, extensos páramos y laderas, cotarros y barrancos, un paisaje árido sólo alterado por las manchas arbóreas de los pocos montes que aún existen en los valles, los cultivos de regadío y la frondosidad vegetal de las riberas.
El Pisuerga discurre por el Este y a medida que se dirige hacia el Sur va recibiendo los aportes de agua de sus afluentes, entre ellos, el Carrión. En torno al 27 por 100 de la precipitación caída pasa a formar parte y dar vida a la red fluvial territorial, Pisuerga y Carrión.
Ambos ríos tienen su mayor cuenca receptora en la zona montañosa, donde se producen las mayores aportaciones de lluvia, lo que asegura una buena alimentación. La acción de los embalses, presas y canales construidos permiten un mejor aprovechamiento de este recurso, bien como potencial hidroeléctrico, o bien como abastecimiento urbano e industrial y facilitando la introducción del regadío.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL RÍO CARRIÓN. EL ROMANO NUBIS
El Carrión nace en la Laguna de Fuentes Carrionas, a 2.227 metros de altitud. Tiene 193 kilómetros de longitud y una cuenca que ocupa más de un tercio de la superficie de la provincia de Palencia. Su curso discurre por 28 términos municipales, incluido el de la capital, y atraviesa Villamuriel de Cerrato de Norte a Sur.
La cuenca del Carrión es una ruta de paisaje y belleza aprovechada desde antiguo como vía natural de paso por los pueblos procedentes del norte o del sur. Su hábitat característico era el castro, que se acomodaba al medio natural, pudiéndose distinguir entre el hábitat de la zona montañosa del norte y el de la zona llana del sur.
Con la llegada de Roma, el dominio de esta vía fluvial queda patente en los asentamientos, villas y mansiones preferentemente localizadas en las zonas llanas y cuyo destino parece haber sido la explotación agrícola y ganadera. En obras públicas muchas desaparecidas en la actualidad, hay constancia documental de calzadas, vías pecuarias y puentes.
La Confederación Hidrográfica el Duero es el organismo constituido para dar impulso al conocimiento de los ríos mediante una labor de gestión, administración, estudio e investigación.
Tras la invasión árabe y los primeros siglos de la Reconquista, las poblaciones del curso del Carrión quedan semidespobladas. La repoblación prosigue a partir el s. IX entre la cordillera y los páramos: Guardo, los Cardaños, Valcobero, la Ojeda, la Valdavia, Saldaña, y a finales de siglo, en el núcleo de Carrión. Algo más tarde se funda en la confluencia del Carrión y Pisuerga el monasterio de San Isidro de Dueñas, cerca de la iglesia de San Juan de Baños.
Trascurrido el siglo X y deshecha la unidad musulmana, en el siglo XI las poblaciones palentinas ganan en auge y prosperidad a lo largo de los tres siglos siguientes. El Camino de Santiago será otro acicate en el desarrollo de las villas, de la actividad rural, comercial, artesanal y cultural.
Es a partir del reinado de Felipe II, después de la secularización del gobierno de la ciudad que Palencia pierde relieve histórico (como les ocurrió a otras ciudades castellano-leonesas) al instalarse la Corte en Madrid que se ha prolongado hasta el presente. En la actualidad, Palencia y provincia es una de tantas ciudades que intenta superar lo que se ha dado en llamar la España vaciada y olvidada, desagraviada, despojada de población, recursos y riqueza.
DE LOS PUENTES. Construcciones que se levantan sobre una depresión del terreno (río, canal, arroyo, foso...) para comunicar dos lados, y dar continuidad al camino. En la provincia de Palencia se contabilizan del orden de 400 puentes intercalados en las trazas de sus carreteras, caminos, ferrocarriles, calles, saltando ríos, canales, arroyos, vaguadas, y regatos. Son escasísimas las fuentes a las que acudir a extraer información de todos ellos siendo tan amplio el concepto de patrimonio arquitectónico, ingenieril y de obra pública de estas construcciones.
EL PUENTE MONUMENTAL DE VILLAMURIEL.
El viejo puente de piedra de Villamuriel de Cerrato sobre el Carrión es un monumento histórico, un legado patrimonial de primer orden en un entorno vivo y atractivo, incluso, para una fauna bien adaptada.
En la obra "La arquitectura de Puentes en Castilla y León, 1575 - 1650", de M.A. Aramburu-Zabala H. editado en 1992 se cita: "El puente original gótico del que restan tres arcos ojivales hubo de ser reformado y ampliado en sucesivas ocasiones al variar el cauce del río. La ampliación importante debió realizarse a partir del año 1600, configurando el esquema general de la parte del puente no gótica, con arcos de medio punto, tajamares de ángulo recto con apartaderos, y espolones con retranqueo de tipo gótico, seguramente aprovechados del puente anterior. En las obra de mediados del siglo XVII se variaron algunos tajamares (de ángulo obtuso y de forma de uso). Y finalmente, el tajamar en forma semicilíndrica debió ser añadido hacia 1723."
A los cinco ojos del puente original con tajamares apuntados se añaden en el siglo XVI seis nuevos ojos, aspecto que tiene en la actualidad, una envergadura, diseño y estructura que sigue dando uso y categoría al patrimonio local. En longitud, el puente supera los 160 metros por 5 de ancho.
De los 11 vanos desiguales, unos son de factura ojival y otros de arco de medio punto. Posee el puente de piedra robustas pilas, tajamares, espolones y apartaderos, especie de balconcillos en tres versiones arquitectónicas: dos en forma de "u" rectangular abren al sur, y dos en semicírculo y seis en ángulo, miran al norte.
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