jueves, 24 de enero de 2019

EL SUBSUELO DEL CERRATO (PARTE II)

 CONSTITUCIÓN GEOLÓGICA. HORIZONTES. SUELOS. VEGETACIÓN


La geología estudia el origen, formación, evolución, materiales y conjunto de características que componen el subsuelo o la corteza terrestre de un territorio. Son los recursos naturales y su influencia sobre el medio ambiente. "Es a partir del estudio y datación de yacimientos, sedimentos, estratos, depósitos, costras, capas y elementos observados lo que determina, que en la zona del Cerrato, tres, son los tipos de horizontes perfectamente definidos: 
Tertiense - Arcillas y arenas en los valles. 
Sarmatiense - Margas yesíferas de las laderas 
Pentiense - Caliza de los páramos".


HORIZONTE DE LAS ARCILLAS Y ARENAS
Aparecen en las campiñas y fondos de los valles, comprendiendo también las zonas bajas de las laderas de los páramos. La capa más profunda es de "arcilla roja plástica" con espesores que superan los 50 metros. Sobre la anterior, aparecen otras de grano fino mezcladas con arcilla, de color amarillento y espesor variable, casi nunca superior a los 20 metros. En la zona superior, margas delgadas de lignito terroso y marga negra carbonada, con abundantes moluscos de agua dulce.


HORIZONTE DE MARGAS YESÍFERAS
Con un espesor de 100 a 120 metros y en combinaciones muy variables. Es frecuente encontrar entre las margas capas de yeso cristalino (algez) formado por multitud de cristales lenticulares, de aspecto granulado y espesores entre unos pocos centímetros y más de medio metro.

HORIZONTE DE CALIZA
Forma el piso de los páramos con espesores que no superan los 10 metros. La caliza es compacta, de color gris claro, a veces con pequeñas oquedades tapizadas de cristales de calcita e inclusiones de cuarzo. El proceso de disolución de las capas más superficiales afecta de modo especial a la caliza, liberando los componentes arcillosos que contiene y dando lugar a la formación de los suelos rojizos característicos de los páramos calizos.


PALEONTOLOGÍA

La paleontología es la ciencia natural que estudia e interpreta el pasado de la vida sobre un territorio a través de los fósiles. "Son escasos en cantidad y en variedad los fósiles encontrados en el Cerrato en comparación con otros lugares de la Cuenca del Duero, y son casi exclusivamente, Moluscos Gastrópodos de agua dulce. 
El yacimiento fosilífero más importante del Mioceno palentino apareció en 1911 en la base del nivel arenoso del Cerro del Otero. Afloraron restos hasta de 18 especies de vertebrados (reptiles, aves y mamíferos) lo que confirma plenamente la existencia de un régimen continental durante el Mioceno y predominio de las aguas pantanosas y terrenos encharcados durante el Sarmentiense y Pontiense. La continuidad del Cerrato a éste paraje, hace extensivo a éste la información geológica proporcionada sobre la edad de los horizontes sedimentarios y los regímenes climáticos imperantes.  
De las pocas excepciones, unos huevos de ave encontrados en las margas yesíferas de Cevico de la Torre, y algunos moluscos del género Helix (gastrópodo terrestre) en las calizas del páramo de Magaz de Pisuerga. 


LOS SUELOS

Los suelos del Cerrato se asientan sobre materiales poco consolidados y en consecuencia, poco evolucionados. Por otro lado, al estar emplazados en zonas de pendientes más o menos acusadas, y faltar una cubierta vegetal densa, la erosión es acusada, evitando la forestación del suelo por arrastre de la capa superficial.
Tres son los tipos de suelo más representativos:
Suelos pardos cálcicos: en zonas altas de los páramos con escasa o nula pendiente.
Xerorendzinas: localizados en las cuestas y de escasa vegetación.
Xerosem: una variante del anterior que aparecen en la base de los páramos. 



LA VEGETACIÓN

La vegetación natural de los valles, laderas y páramos del Cerrato castellano corresponde al Bosque Esclerófilo Mediterráneo de hoja perenne, el Encinar o Carrascal, acompañado y en ocasiones desplazado por árboles de hoja marcescente, el Quejido, que aprovecha los lugares de mayor umbría y suelos más húmedos y desarrollados, en la base de las laderas y vaguadas.
La vegetación de Ribera, bien representada en los márgenes de los ríos, mayores, donde los Chopos, Alisos y Sauces forman verdaderos bosques galería, y muy reducida en los pequeños valles por donde discurren los arroyos.
La intensa deforestación que ha sufrido el Cerrato propicia la erosión y arrastre de las capas más superficiales y fértiles del suelo en las superficies de mayor pendiente.  Como consecuencia, éstos suelos empobrecidos condiciona de manera estricta el crecimiento de una flora adaptada a esas condiciones , llamada vegetación "gipsofila", con formas leñosas y herbáceas, y algunos líquenes, que forman una cubierta densa en las laderas de los páramos. Algunas laderas se han ido repoblando con Pinos y Cipreses , que a penas se desarrollan.


Entre las comunidades vegetales autóctonas figuran:
Bosques, Carrascales o Encinares, Quejigares y Sabinares, una de las escasas poblaciones de Sabina de la Provincia de Palencia. Matorrales, Pastizales, Frondosas y Coníferas. Tomillares, Retamares, Jaras, Rosales, Majuelos y Espinos diversos. 
Cultivos herbáceos de secano, de regadío y mixtos, más el muestrario de especies vegetales que crecen en las superficies humanizadas y áreas transitadas.


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Bibliografía: Trabajo original realizado por Miguel A. Becerril e Ignacio A. Bregel.
              Proyecto: "VIAJES Y RUTAS DE ESTUDIO A TRAVÉS
                                 DE GEOGRAFÍA E HISTORIA PALENTINAS"

Fotografía a color: Montse Blanco @monblanfer

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