LA ERA DE VILLAMURIEL
1.- INTRODUCCIÓN
Durante
la Edad Media al repoblarse los diversos territorios peninsulares se crearon
villas y aldeas, unas veces autónomos y bajo autoridad real y otras veces
dependientes de la autoridad de un señor noble o eclesiástico.
Estos
núcleos de población recibían una serie de tierras, llamadas de comunes y de
propios. Las de comunes eran prados y montes para suministrar pastos y leña a
los ganados y habitantes de los mismos.
Las de propios eran tierras de cultivo que el municipio arrendaba a los labradores y así obtenía unos ingresos utilizados para pagar algunos
servicios a los vecinos o los impuestos reales.
Entre
los prados del común de Villamuriel estaban: la Aguilera, Prado Redondo y los
Carriones, que el municipio tenía desde tiempo inmemorial, probablemente desde
la fundación de la villa en el s. XI, con la repoblación de la zona al norte
del río Duero realizada por los reinos cristianos del norte peninsular.
A veces se oyen comentarios que dicen que una señora o un rey regaló la Aguilera para disfrute de los vecinos, pero yo no he visto confirmado ese hecho en los documentos consultados, ni en el Catastro de Ensenada ni en las Actas de las sesiones del Ayuntamiento. Habría que consultar los protocolos notariales para tratar de encontrar alguna confirmación de este tema.
Es más, cuando el Ayuntamiento pidió la excepción de venta de los prados en 1863, al pedirle el Gobierno el testimonio del título de pertenencia de las fincas, contestó que "en el archivo del Ayuntamiento no existe documento alguno de propiedad de los mismos y sí solamente una copia notarial de un Real Privilegio con respecto al prado de la Aguilera concedido por el rey Fernando en 1748 a esta vecindad para acotar dicho prado y destinarlo exclusivamente para el pasto del ganado de labor, al haber quemado los franceses los papeles del Archivo durante la Guerra de la Independencia".
Y en el Acta de la sesión del 26 de mayo de 1921 se acuerda: "Que desde el día 29 del actual todos los vecinos de este pueblo puedan soltar al ganado mayor y menor de labranza al pasto del prado de la Aguilera hasta la época en que los labradores tengan que desgranar los cereales, según se ha venido haciendo desde la existencia de esta villa".
A veces se oyen comentarios que dicen que una señora o un rey regaló la Aguilera para disfrute de los vecinos, pero yo no he visto confirmado ese hecho en los documentos consultados, ni en el Catastro de Ensenada ni en las Actas de las sesiones del Ayuntamiento. Habría que consultar los protocolos notariales para tratar de encontrar alguna confirmación de este tema.
Es más, cuando el Ayuntamiento pidió la excepción de venta de los prados en 1863, al pedirle el Gobierno el testimonio del título de pertenencia de las fincas, contestó que "en el archivo del Ayuntamiento no existe documento alguno de propiedad de los mismos y sí solamente una copia notarial de un Real Privilegio con respecto al prado de la Aguilera concedido por el rey Fernando en 1748 a esta vecindad para acotar dicho prado y destinarlo exclusivamente para el pasto del ganado de labor, al haber quemado los franceses los papeles del Archivo durante la Guerra de la Independencia".
Y en el Acta de la sesión del 26 de mayo de 1921 se acuerda: "Que desde el día 29 del actual todos los vecinos de este pueblo puedan soltar al ganado mayor y menor de labranza al pasto del prado de la Aguilera hasta la época en que los labradores tengan que desgranar los cereales, según se ha venido haciendo desde la existencia de esta villa".
La
Aguilera es conocida por todos como la Era. La palabra “era” deriva del vocablo
latino “area”, que significa “lugar sin edificar”. En agricultura se utiliza para nombrar al
“lugar descubierto donde se trillan las mieses”.
LA ERA EN LA ACTUALIDAD
La
Aguilera hoy es un lugar muy concurrido en el pueblo por contar con zona
escolar, deportiva, residencial y celebrarse en ella diversas actividades
lúdicas, sobre todo en verano, pero en siglos pasados estuvo vinculado al mundo
agrícola del pueblo.
2.- LA HISTORIA DEL PRADO DE LA AGUILERA
En
el Catastro de Ensenada (1752) se señalaba que la villa tenía 7 prados, uno de
los cuales era la Aguilera, que medía 90 cuartas (unas 8 hectáreas).
Sus
límites eran: Levante-el río Carrión; Norte-el puente de la villa; Poniente-la
cañada de los ganados; Sur-Prado Redondo (hoy el Plantío). También se señalaba que en él estaba
incluida una isleta en el río Carrión.
A
mediados del s. XVIII el Concejo y Vecinos de Villamuriel y de Magaz solicitaron
al rey Fernando VI permiso y licencia para acotar el prado de la Aguilera y el prado de Abajo (de Villamuriel y Magaz, respectivamente) desde
mediados de febrero de cada año hasta que se necesitase dar pasto verde a los
ganados de labranza, ya que lo tenían destinado como dehesa boyal para su
manutención, y para que no pudiesen entrar en él los ganados serranos y
cabañiles (ovejas y vacas que realizaban la transhumancia).
Como
respuesta, el Rey mandó dar una Real Carta Provisión sellada con su sello y
librada por el Real Consejo Supremo el 20 de diciembre de 1748, concediéndoles “que
pudiesen cerrar y cotear el prado de la Aguilera y el prado de Abajo para sus propios ganados y que no
pudiesen entrar los ganados de la cabaña real a comer yerbas con los suyos por
haberles dejado abiertos otros prados”.
En
1751 varias carreterías de serranos entraron en los prados de la Aguilera y de
Abajo, de ambos pueblos, y comieron las hierbas, destruyeron y maltrataron
muchos árboles recién plantados y apechugaron y quisieron tirar al río al
guarda de Villamuriel.
Por
ello, dichos pueblos solicitaron al rey Fernando VI que volviese a despachar
una Real Provisión sobre carta para que los carreteros de la cabaña real no
pudiesen entrar en dichos prados, imponiéndoles además una buena multa.
El
rey, en 1752, mandó expedir una Carta confirmando la licencia anterior a dichos
pueblos y fijando una multa de 30.000 maravedíes para la Cámara Real al que no
lo cumpliese.
A
partir de la Ley de Desamortización de Madoz de 1856 los bienes de propios y
comunes de los Municipios fueron nacionalizados y el Estado los fue vendiendo
en pública subasta, pero en la Ley se facultaba a los pueblos para designar la
dehesa que necesitasen para el pasto de los ganados de labor, la cual se
exceptuaba de la desamortización.
El
Ayuntamiento de Villamuriel en sesión de noviembre de 1858 decidió exceptuar de
la desamortización los prados de la Aguilera (de 13 obradas) y los Carriones
(de 19 obradas), señalando que ambos prados correspondían al común y vecinos de
la villa, según la tradición antigua.
En
sesión de junio de 1861 el Ayuntamiento volvió a solicitar la excepción de la venta de 2
prados, la Aguilera y el Carrión Grande, que en una nueva medición resultaban tener 48
obradas (26 ha), 201 obradas (108 ha.) correspondientes a colinas o cerros de
las cuestas, 150 obradas (81 ha) de cañadas, abrevaderos y pasos de ganados y
60 obradas (32 ha) de pastos en consuno con Magaz en el páramo de esa villa.
3.- EL USO DE LOS PRADOS HASTA MEDIADOS DEL S. XX
Por ello, ambos
prados siguieron siendo dehesas boyales del común de Villamuriel destinados a
usos agrícolas y ganaderos.
Los ciclos de uso
de la Aguilera estaban muy reglamentados. En invierno (de diciembre a febrero) podían
comer gratuitamente la hierba los ganados de labor o subastarse para otros
ganados. En primavera (de marzo a
mediados de mayo) se acotaba el prado para que creciera la hierba. Desde mediados de mayo a fines de junio se
levantaba el coto y podían entrar a pastar gratuitamente los animales de
labranza y en verano se usaba para el desgrane de los cereales.
Por usarlo de
julio a septiembre para el desgrane de cereales, los labradores debían pagar
una cantidad de dinero (500 reales en 1848, repartidos entre todas las suertes), que el Ayuntamiento destinaba a pagar al maestro de 1ª Educación para que diera
clase a los niños de familias pobres.
EDICTO SOBRE LICENCIA PARA PASTAR EN LA AGUILERA
Por la clase de los demás niños y niñas sus padres debían pagar al
maestro y maestra una cantidad en grano o en dinero.
En 1921, el Ayuntamiento cobró a los agricultores 1.640 pesetas, repartidas entre las 81 suertes en que se dividió la Era para el desgrane de los cereales, cantidad entonces dedicada a servicios generales prestados por el mismo.
El uso del prado
de los Carriones era más abierto: se subastaban sus pastos para que pudiese
pastar en él el ganado industrial (el vacuno) de los vecinos del pueblo durante
el verano y en otros períodos del año, cuando había pastos sobrantes para uso
del de labranza o había escasez de piensos.
Cuando se abría el coto de la Aguilera, como estaba muy cerca, eran los agricultores o sus mozos de cuadra los que bajaban al ganado al prado, donde los estacaban para que pastaran.
Para bajar a los ganados a los Carriones, los agricultores los llevaban por la mañana al Corralón, de donde los recogía el mulero y éste se encargaba de bajarlos al prado, cuidarlos y volver a subirlos por la tarde. Al guarda del ganado lo pagaban los dueños de los animales.
Cuando se abría el coto de la Aguilera, como estaba muy cerca, eran los agricultores o sus mozos de cuadra los que bajaban al ganado al prado, donde los estacaban para que pastaran.
Para bajar a los ganados a los Carriones, los agricultores los llevaban por la mañana al Corralón, de donde los recogía el mulero y éste se encargaba de bajarlos al prado, cuidarlos y volver a subirlos por la tarde. Al guarda del ganado lo pagaban los dueños de los animales.
Al sur de la
Aguilera estaba Prado Redondo, que también era un prado comunal destinado al
ganado, pero que en la 2ª mitad del s. XIX ya estaba plantado de chopos, que se
cortaban y aportaban ingresos al Ayuntamiento. Era el Campo de Experimentación, llamado popularmente “El Plantío”. Cuando había mucha hierba, se arrendaba, pero,
como allí no podía entrar ganado alguno, había que segarla manualmente para
dársela al ganado.
El ganado ovino
pastaba en las tierras de los vecinos, cuando ya se habían segado, o en el
barbecho, lo cual se dividía en grandes lotes, por los que los dueños de las
ovejas pagaban un canon a los labradores propietarios de las mismas.
4.- NUEVOS USOS DE LA ERA DESDE MEDIADOS DEL
S. XX
Pero a mediados del s. XX la Era pasó de ser un bien de comunes a un bien de propios del Ayuntamiento y empezó a cambiar su uso tradicional con la dedicación progresiva de la misma a nuevos usos.
El prado de la Aguilera ya no era exclusivo de los ganados de labor. Así en 1956 solo se dejaba para este ganado la zona entre la fuente y el matadero, subastando el resto de la era y permitiendo la entrada en ella del ganado menor (las ovejas).
El prado de los Carriones fue arrendado por el Ayuntamiento para pastar todo tipo de ganados e incluso para sembrar remolacha y cereales por los agricultores.
El primer cambio físico se produjo entre 1949 y 1952, cuando el Ayuntamiento cedió a la Obra Sindical
del Hogar una parcela de 10.000 m2 para la construcción de 32
viviendas protegidas destinadas a obreros del pueblo, las llamadas Casas Nuevas
o Barrio del Milagro, y 4 viviendas para funcionarios municipales.
En los años 60 el
Ayuntamiento negoció con la Obra Sindical del Hogar la cesión de otros 12.000 m2,
a continuación de las Casas Nuevas, para construir viviendas para obreros por
la gran necesidad de las mismas, sobre todo a raíz de los hundimientos de
algunas garitas por las lluvias de 1960, pero esa barriada no se llegó a
realizar.
En 1963 y 1967 el
Ministerio de Educación Nacional, en colaboración con el Ayuntamiento,
construyó 2 grupos escolares, llamado Francisco Abella (que entonces era el Gobernador Civil de Palencia), uno de Enseñanza Primaria y otro de Infantil, con
2 escuelas cada uno, y un patio de recreo entre ambos grupos escolares. A su lado, el Ayuntamiento instaló un
parque con juegos para niños, que ha ido mejorando posteriormente.
A principios de
los años 70, varios labradores solicitaron la venta de algunas parcelas de la
Era para construir almacenes agrícolas.
El Ayuntamiento aprobó su venta, pero el Ministerio de Gobernación no
autorizó la venta para fines particulares.
En 1978-79, el
Ministerio de Educación construyó un nuevo complejo escolar, con 16 aulas, para alumnos de EGB, llamado Infantas Elena y Cristina, y en 1985-86, un nuevo edificio, llamado Ribera del Carrión, con 8 aulas, para Educación Infantil. Después, ambos colegios unificaron su nombre para llamarse Colegio de la Aguilera.
Entre las Casas Nuevas y el 1º bloque escolar
el Ayuntamiento ha levantado, en 1988-89, un Pabellón deportivo cubierto, para uso escolar y municipal.
COLEGIO "INFANTAS ELENA Y CRISTINA", HOY "LA AGUILERA"
Progresivamente se
iba reduciendo el espacio libre de la Era, lo cual se completó en 1981 con la
construcción del campo de fútbol municipal, al que se ha dado el nombre de Rafael
Vázquez, en honor al que fue su gran impulsor, y la de las piscinas
municipales, con una piscina grande de 25 m. y otras dos pequeñas para niños, al ejecutarse en 1987-88 la 1ª fase del Polideportivo Municipal.
CAMPO DE FUTBOL RAFAEL VÁZQUEZ
En
la actualidad, lo que resta del antiguo prado (tal vez, algo más de 1/3 del
total), es utilizado por los vecinos para su recreo, estando prohibida la
entrada al mismo al ganado mayor y menor.
En ella juegan al fútbol grupos de niños o de adultos en la zona próxima
a las instalaciones del campo de fútbol (como hacíamos los niños y adultos de
la 2ª mitad del s. XX en toda la era, pero entonces allí jugábamos también al bate, los pinches, a coger grillos...).
También se celebran competiciones oficiales de atletismo en momentos
puntuales del año.
CARRUSELES EN LA ERA EN LAS FIESTAS DE AGOSTO
Durante las
fiestas de la Ascensión y de la Virgen de agosto se instalan en ella los
carruseles y demás atracciones de feria para disfrute de niños y jóvenes. Incluso, en las fiestas de la Virgen y en
alguna otra ocasión allí se celebra alguna verbena o algún concierto de música para jóvenes. También, hace ya algunos
años, se colocó en ella la plaza de toros portátil para los encierros y
novilladas en las fiestas de la Virgen.
Un acto importante
en la tradición festiva de Villamuriel es el reparto del pan, queso y vino que
el Ayuntamiento realiza el día de san Roque por la tarde. Una vez que se recoge el pan y queso,
grupos de amigos o familiares se distribuyen por todo el espacio de la era para
merendar y pasar una tarde festiva y alegre, amenizada por un grupo de
dulzaineros locales.
5.- DOCUMENTACIÓN
** Actas de las sesiones del Ayuntamiento de Villamuriel, del Archivo Municipal de Villamuriel, y documentos del Archivo Histórico Provincial de Palencia, para el texto del artículo.
** Portada del Privilegio del prado de la Aguilera, dado por Fernando VI, del Archivo Municipal de Villamuriel.
** Planos de Casas Nuevas, Colegio de la Aguilera y Campo de Fútbol, del Archivo Histórico Provincial de Palencia.
** Fotografía de la acuarela "Trillando en la era" de Jesús Meneses, gentileza de Dª Rosario Trigueros, propietaria del cuadro.
** El resto de las fotografías, obra del autor del artículo.
Artículo realizado por ZACARÍAS DIEZ GARCÍA, miembro de la Asociación Amigos del Patrimonio de Villamuriel.
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