viernes, 22 de mayo de 2020

RECITADOS A LA VIRGEN DEL MILAGRO

Con sus variables de dichos y hechos nadie podía imaginar que fiestas patronales tan hermosas y lúcidas cono las de La Ascensión en Villamuriel de Cerrato iban a tener en su edición de 2020 un tratamiento tan diferente y extraordinario.


En un contexto de restricciones provocado por la pandemia del coronavirus, contemplar, actuar, celebrar o simplemente acompañar y poner en auge los estados de ánimo, los sentimientos y los valores de la colectividad habrá de hacerse desde casa y a través de las plataformas digitales. Hay programa oficial de festejos para los días 22, 23 y 24 de mayo, aunque fuertemente delimitado en cuanto a aforos y actores. 

En la simbología de estas fiestas se mantiene el recitar "Las Gracias a la Virgen de Milagro" a cargo de un niño/a, práctica de la religiosidad local compuesta por algún vecino o como ha sucedido en ocasiones. por personas de fuera del municipio, caso del sacerdote, escritor y poeta Elpidio Ruiz Herrero autor de las "Gracias a Ntra. Sra. del Milagro" de los años 1994 y 2000.

Con la transcripción de ambos textos de origen religioso, Amigos del Patrimonio hace homenaje al hombre, al amigo y al autor literario bien conocido y recordado en Villamuriel.

Elpidio ha publicado siete libros de poesía y recibido diversos galardones como el Premio Jorge Manrique en 1989 por Un río de turbia soledad. Fue integrante del grupo de siete autores seleccionados para el libro Poetas del Cerrato. Antología editado por ADRI CERRATO en 2012 y por años participó en la veladas de Poesía en Navidad de Villamuriel de Cerrato.



POEMA DE LAS “GRACIAS” A LA VIRGEN DEL MILAGRO
(Elpidio Herrero --  Ascensión -  mayo de 1994)


Para que sea el cantar
aroma fresco de brisa,
ritmo intacto de sonrisa
o espuma blanca del mar,
quiero a la Virgen lanzar
mi voz cargada de aurora,
matinal y soñadora,
con música de cariño
haciéndome como niño
ante la madre que adora.

Estas “Gracias” que te canto
desde el balcón de mi alma,
son viento, son palma,
que borran la voz del llanto.
La acogida de tu manto,
la bondad de tu mirada,
la frescura de alborada
y el sosiego de tu amor
son en la brisa el rumor
que sacia la fe esperada.

Este cantar que te digo
me nace del corazón,
le riega la devoción
y se convierte en buen trigo.
Villamuriel es testigo
de cómo un amor se canta,
cuando María es la planta
y su cariño es el fruto;
por eso, se rompe el luto
con la luz de mi garganta.

Garganta que hoy se hace flor
pintando de primavera
los campos y la ribera
con las luces del amor.
Tú llenas de resplandor,
Oh Virgen, nuestro camino
para llegar al destino
marcado por tu sendero,
como norte de romero
y estación de peregrino.

Peregrino soy, Señora,
Virgen del Milagro amada,
y al hacer esta jornada
busco el frescor de tu aurora.
Esta es la fiesta que añora
este pueblo y esta gente
de devoción transparente
y de corazón cercano.
Dale, Señora, tu mano
maternal y complaciente.




GRACIAS A NUESTRA SEÑORA DEL MILAGRO
(Elpidio Ruiz Herrero – Año 2000)


Mi palabra a ti, Señora,
viene humilde, agradecida,
para seguir en la vida
la alborada de tu aurora;
por eso, te rindo ahora
en homenaje de amor
el aroma de una flor,
la primavera de un sueño
y el resurgir cerrateño
en torno a tu resplandor.

Resplandor que no termina
mientras la cera del alma
se eleve como una palma
a tu presencia divina.
Milagro que peregrina
en la voz de la memoria
coronándote de gloria
y adornando de virtud
a un pueblo que ve la luz
en la frente de la Historia. 

Historia que se repite
desde tiempo inmemorial,
agradecida señal
que con el celo compite.
No hay distancia que nos quite
cantar tus gracias, Señora,
pues el milagro no ignora
quien nace en Villamuriel.
¡Cómo olvidarse de él,
de tu mano salvadora!

Salvadora tu mirada,
la ayuda de tu consuelo
para poner en el cielo
la oración gratificada.
Tú eres la Madre adorada,
el volcán que nos eleva,
la senda limpia que lleva
espejos a lo divino
para alumbrar el camino
con claridad siempre nueva.

Nueva es la voz que te canta
con rendida devoción
y nueva la admiración
que sale de mi garganta,
Pues eres flor que se planta
al lado de la corriente,
eres aroma reciente
sobre rama de laurel;
por eso, Villamuriel
se te rinde eternamente.

Eternamente la brisa
de tu amor de Madre buena
viene a quitarnos la pena
dibujando una sonrisa.
Tu mano de sol irisa
nuestra miseria mortal
y como río caudal
humedece la sequía
con gotas de melodía
y perfume celestial.

Celestial es el destino
del pueblo que se enamora
de ti,¡humilde Señora!,
con amor a lo divino.
Tú nos marcas el camino,
tú nos limpias el sendero
y animas como un lucero
la fe de la oscuridad
con tus ojos de bondad
desde la luz del Otero.

Otero que vio nacer
milagro tan singular
al que con este cantar
yo te quiero agradecer.
Tu grandeza de mujer
dejó en este pueblo un día
señal de amor y alegría
en oración redentora.
Por eso, ¡Gracias, Señora!
¡Del Milagro, tú, María!




¡FELICES FIESTAS!


lunes, 11 de mayo de 2020

HABLARON DE NOSOTROS. 1970

FIESTAS EN VILLAMURIEL (10/5/1970)

ANTONIO ÁLAMO SALAZAR
RETABLO LUMINO
Recopilación y dicción literaria a cargo de Antonio Álamo González
DIPUTACION DE PALENCIA
2011


Título y texto dedicado a Villamuriel que aparece en las páginas 118 y 119 del libro, Retablo Luminoso, recopilación de artículos emitidos entre 1968 y 1980 por la emisora de radio "La Voz de Palencia", trabajo de carácter divulgativo del periodista palentino, Antonio Álamo Salazar:

    "Ahora, cuando sale al aire de la tarde domingueral el mensaje ilusionado de esta nueva estampa del  RETABLO LUMINOSO, sigue triunfando la gracia de las fiestas mayores en Villamuriel de Cerrato.
      
      Por eso nosotros traemos hoy la tarjeta amable de Villamuriel.

      Parece un pueblo curro, callado, silencioso, intrascendente.
       
    Pero no es intrascendente; no todo se limita en Villamuriel de Cerrato a la gracia de su proximidad a la capital de la provincia, al nudo ferroviario importante de Venta de Baños, o al remanso de paz del monasterio trapense de San Isidro de Dueñas.

      No, amigos; Villamuriel tiene luz propia y esa luz no es el artificio ilusionado de sus bodegas y de sus buenos vinos.

   Villamuriel tiene mucha palabra abierta para hablar con voz briosa a la hora de recontar historia limpia.

     Es cierto que se sabe mucho de esta importante villa, y ahí está -en presente vertical y en piedra hidalga- la huella de esa esbelta torre, que es como un maravillosos clamor para decir que Villamuriel pesaba a la hora de la verdad histórica. Mucho se sabe de Villamuriel pero también es cierto que es mucho más lo que se ignora de su grandeza.


     Situada la villa en la primitiva ruta de Palencia a Valladolid, aún se conserva y es transitable, en la llamada "Senda de los Olmillos". Su estupenda iglesia se llamó Santa María la Mayor, y en la época medieval fue casa fuerte de los Caballeros Templarios. En tal fortaleza residieron a largas temporadas los obispos palentinos, quienes en 1802 cedieron tal fortaleza a la parroquia, a donde trasladaron los retablos, ornamentos e imágenes de otra parroquia que ya ha desaparecido y que estuvo dedicada a San Sebastián.

     La fortaleza de Villamuriel fue erigida por don Pedro de Castilla, que era nieto de don Pedro I. En la toma de posesión de los obispos palentinos, el nuevo prelado pernoctaba en esta fortaleza, en la víspera de su entrada en la ciudad, al igual que ahora lo hacen -como el doctor Grazados hace diez días- en el monasterio de San Isidro de Dueñas, En 1520 la fortaleza fue tomada por los Comuneros de Castilla.


      La iglesia es maravillosa y vale la pena el viaje a Villamuriel, aunque solo fuese por contemplar su fábrica religiosa; el viaje a la villa fácil y cómodo pues está a pocos metros de la carretera principal de Valladolid a Palencia, o ruta general de Madrid a Santander. Este templo es de recio estilo románico con iniciaciones góticas.

     Otro dato interesante, y que cobra actualidad con el reciente relevo episcopal es que los obispos de Palencia eran señores de Villamuriel desde 1141, merced que otorgó el emperador Alfonso VII a don Pedro II porque había llevado sus hombres y su pendón a la conquista de Almería.

      Aquella importante e histórica fortaleza desapareció y queda como huella la esbelta iglesia parroquial, cuya impresionante silueta es una de las perspectivas monumentales principales en el antiguo arte castellano. Ahora Villamuriel está de fiestas y nuestro tiempo finaliza.

    Deseemos a los vecinos paz y felicidad, alegría y gozo a la vera de la virgen del Milagro."


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Amigos del Patrimonio de Villamuriel en gratitud y recuerdo a Antonio Álamo Salazar.

Fotografía, Montse Blanco.

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Para conocer más sobre el autor


Antonio Álamo Salazar: periodismo y cultura en un corazón palentino

Por muchos es sabido que Álamo Salazar, el «poeta de la esperanza» y «buscador de las cosas sencillas», nos dejó en vísperas de la Navidad de 1981 cuando un fatal accidente de tráfico, ocurrido cerca de Salamanca, truncó irremisiblemente su vida. Su recuerdo está presente en el plano urbano de Castilla, pues tres son las localidades que tienen dedicada una calle a su nombre: Palencia, Laguna de Duero y Alba de Tormes. De igual modo, su obra permanece viva al formar parte del acervo histórico, artístico, literario y costumbrista de la Palencia de ayer y siempre.
Diego Quijada Álamo (Historiador)
Publicado en el Diario Palentino (2 de noviembre de 2017)
        


      

       




sábado, 2 de mayo de 2020

LAS FIESTAS DE ANTAÑO: HECHOS CURIOSOS


LAS FIESTAS DE ANTAÑO : HECHOS CURIOSOS


1.- LAS FIESTAS


En las sociedades antiguas, agrarias y muy religiosas, las fiestas cumplían una doble función: poder cumplir formalmente con las obligaciones derivadas de sus creencias religiosas y descansar después de varios días de trabajos duros en el campo o en otras actividades manuales.
Para esas funciones estaban los domingos y demás fiestas repartidas por el calendario, todas vinculadas a los diversos misterios de la liturgia cristiana (Navidad, Semana Santa, Ascensión, Corpus) o a santos protectores contra enfermedades (San Roque) o calamidades naturales (Sta. Bárbara).

En Villamuriel se celebraban varias fiestas señaladas, algunas coincidentes con el calendario festivo nacional (la Ascensión, la Asunción de la Virgen, Santiago Apóstol) y otras propias de la localidad (San Sebastián, San Roque, San Lorenzo).
En todas siempre se celebraban las ceremonias religiosas (misas, procesiones) por la mañana, pero por la tarde solía haber algunos actos organizados o espontáneos que permitían el solaz y la diversión de los vecinos (baile, juegos, meriendas).
En algunos momentos también hubo algunas fiestas no religiosas: Fiesta de la Vendimia, Fiesta del Árbol, Fiesta del Día del Libro.

Este año se van a celebrar pocas fiestas, al menos en los próximos meses, debido a la crisis sanitaria, y por ello voy a recordar las fiestas que antaño tenía Villamuriel, pero sólo señalaré los aspectos generales de esas fiestas, deteniéndome más en algún episodio singular acaecido en la fiesta de algún año concreto.


2.- LA FIESTA DE LA ASCENSIÓN


La fiesta más importante de Villamuriel era la de la Ascensión, como conmemoración del Milagro de la Cera, realizado por la Virgen el día de la Ascensión de 1601.

En esta fiesta eran muy importantes los actos religiosos, como las Vísperas del día de Villaverde, la Misa solemne del día de la Ascensión, la procesión con la Virgen del Milagro, las Gracias de los 2 días. A esos actos asistían las Mayordomas/os, las Niñas de Vela, las Niñas de Gracias, además de las autoridades locales y demás vecinos del pueblo.





Hasta mediados de los años 40 del s. XX no hubo una cofradía de la Virgen del Milagro, porque siglos atrás la cofradía de Nuestra Señora había sido incorporada por el Obispo a la del Santísimo y después había llegado a desaparecer.
Por ello, los Mayordomos/as eran voluntarios y para serlo se necesitaba disponer de dinero para “gastar la Ascensión”, o sea, pagar ciertos gastos de la Fiesta, como el refresco dado a las autoridades, el pago al predicador, el pago de la música, los trajes de fiesta.

GRACIAS A LA VIRGEN, DE 1916

Ya en 1921, como llegaba la Fiesta y no había ninguna persona que quisiera “gastar” la Ascensión, el Ayuntamiento se comprometió “a costear la función con la mayor economía posible para no dejar de cumplir lo que nuestros antepasados nos dejaron de legado”.  
Pero el 1 de mayo, 4 días antes de la Ascensión, se presentaron voluntarios: “llenos de fe, se han presentado ante la autoridad las personas competentes con el propósito de servir a la Santísima Virgen del Milagro, patrona de este pueblo, quedando relevada esta Corporación de la promesa hecha”.

Hasta la Guerra Civil siempre hubo Mayordomos, pero la grave situación económica de la posguerra hizo que durante varios años no hubiera candidatos a serlo.  Por ello, para que hubiera mayordomos que honraran a la Virgen, la Corporación decidió que en adelante el gasto por la música y el refresco dado a las autoridades fuera a cargo del Ayuntamiento.        Así en 1944 el Ayuntamiento pagó 1.900 pesetas por los gastos de las Fiestas de la Ascensión.

También antes era costumbre que el Ayuntamiento saliera por el pueblo pidiendo dinero para el sermón del día de la Ascensión.      En 1927, El Ayuntamiento decidió que "por el buen nombre del mismo debía quitarse de raíz esa costumbre, abonando 50 pesetas a los mayordomos para los gastos de dicho sermón".

Durante las fiestas había pocas diversiones para los vecinos: por la mañana, después de Misa, las mujeres iban a preparar la comida, las chicas a pasear y charlar con las amigas, y los hombres a beber vino a los bares del pueblo, y por la tarde jugaban a los bolos o a la tanga en la calle y después todos iban al baile a la plaza de la Villa, amenizado por una dulzaina o más adelante por una pequeña orquesta (“Los cinco de Castilla” o "Los Clipper´s" , por ejemplo).


PLAZA DE LA VILLA, PROBABLE ESCENARIO DE LA CORRIDA

Pero en 1924 hubo un espectáculo novedoso, ya que un empresario solicitó al Ayuntamiento un lugar de la vía pública para celebrar 2 corridas de novillos.   Se le concedió celebrarlas en la plaza pública los días 11 y 13 de mayo, con varias condiciones:
  • Tendrá que presentar al Ayuntamiento la autorización del Gobernador Civil.
  • Serán de cuenta del contratista todos los gastos que ocasione la celebración de la corrida.
  • La entrada de la plaza será de tendido, sin que pueda haberla de plaza, porque ésta se dedica exclusivamente a los lidiadores, que deberán ser 3 profesionales en el oficio y llevarán traje de luces.
  • El precio de la entrada será como máximo de 1,5 pesetas, incluidos los impuestos.
  • El contratista deberá construir un tablado para el Ayuntamiento e invitados (capaz para 30 personas).
  • Cada día se lidiarán 6 toros, que serán capeados, banderillados y después devueltos al corral.
  • En la plaza no podrá haber local de venta de vinos y licores, sino que deberán estar fuera y solicitar la licencia del Ayuntamiento.
  • Tendrá que ingresar en el Ayuntamiento el 7% como recargo municipal del importe de cada entrada
  • Tendrá que ingresar en el Ayuntamiento, antes de comenzar la corrida, el importe de la matrícula Industrial que corresponda a la Hacienda pública.

Estas corridas originaron al Ayuntamiento un problema con Hacienda.   Al producirse un fallido en el cobro del impuesto por haber resultado insolvente el contratista, Hacienda inició procedimiento de apremio contra el Ayuntamiento, por importe de 1.023 pesetas, por no haber exigido al contratista el pago del impuesto en el acto de las corridas.
El Ayuntamiento tuvo que acordar el pago del impuesto de las corridas, al haber desestimado Hacienda el recurso del Ayuntamiento para su condonación y abrirle expediente para que lo hiciera efectivo.     Por ello, el Ayuntamiento abrió expediente al anterior alcalde y concejales, que autorizaron dicho espectáculo, para que pagaran dicha cantidad al Ayuntamiento (pero no he visto que llegaran a pagarlo).

3.- LAS FIESTAS DE LA VIRGEN Y SAN ROQUE


La otra fiesta importante era la de Nuestra Señora de la Asunción (patrona del pueblo, por ser la titular de la iglesia parroquial) y San Roque, los días 15 y 16 de agosto.

El culto a San Roque estaba muy extendido, al ser un santo protector contra la peste, epidemia muy frecuente hasta el s. XVIII.
En Villamuriel, es probable que se diera culto al santo ya en el s. XVII, siglo en el que hubo varias epidemias graves de peste en España.  En la iglesia de Sta. María ya había un retablo dedicado a este santo en el s. XVIII, antes de que se hiciera el retablo actual de San Roque (realizado por F. Tejedor en 1771), que sustituyó al otro.

Esos días, además de las Misas y procesiones, como actos religiosos, y de las verbenas populares, el acto más conocido que desde hace muchos años realiza el Ayuntamiento es el reparto del pan y el queso, el día de San Roque: se da un bollo, un trozo de queso y medio litro a cada persona que desee hacer cola para cogerlo (que luego se come con familiares o amigos en la Era del pueblo), aunque antes sólo se daba a los varones mayores de cierta edad.


RETABLO DE SAN ROQUE, DEL S. XVIII


¿Cuándo empezó la tradición del reparto del  pan y el queso?

He visto en algún periódico que fue a partir de 1717, con motivo de una peste que azotó la zona, de la que se salvó por intercesión de San Roque, lo cual no he podido confirmar por las fuentes documentales al alcance.   Pero dudo de que fuera en esa fecha, porque he visto que las defunciones fueron bajas en Villamuriel en esa fecha y años próximos, lo que no encaja con una peste, que solía provocar muchos muertos.

En el Catastro de Ensenada (1752), viendo todos los gastos del Ayuntamiento por quinquenios, no aparece reflejado ningún gasto por eso concepto (y vienen indicados gastos por numerosos aspectos).  Sólo se señala un gasto de 20 reales, que se pagan al predicador el día de san Roque y 18 reales en “cuetes”.
Por ello, esa tradición tuvo que empezar en otro momento posterior, en la 2ª mitad del s. XVIII o ya en el s. XIX.

Así en 1847, para el día de San Roque, como voto de villa que es en el pueblo, se fijó un presupuesto de los gastos que podía hacer el Ayuntamiento, indicando también el refresco que debía darse al vecindario, como era costumbre.
Así se señalaba que “el gasto será de 1 día en comida, refresco y cena para el “orador “(el que predica en la misa) y para el refresco a los vecinos: 10 libras de almendras retostadas, 4 libras de bizcochos de pan, 1 libra de azucarillos y el vino y resolí (licor de café, aguardiente, agua, azúcar y canela) que se necesite.
Pero entonces no se daba queso y tampoco demasiado pan, sino un sencillo refresco (bastante distinto a lo que se dará después, en el s. XX), como solían hacer las cofradías con sus cofrades los días en que honraban a sus titulares.

REPARTO DEL PAN Y EL QUESO

No siempre se ha mantenido esa tradición, ya que durante 13 años, desde 1932 a 1944 (durante la 2ª República, la Guerra Civil y primeros años de la Posguerra), no se produjo el reparto del pan y el queso y se suprimió la merienda que desde tiempo inmemorial venía disfrutando el Ayuntamiento y autoridades locales con motivo de la festividad de San Roque, por las difíciles condiciones políticas y económicas de España.

Ya en agosto de 1945, la Corporación aprobó que “el día de la Virgen haya una verbena popular en la plaza, a las 12 de la noche, y que el día de San Roque, a las 7 de la tarde, se vuelva a dar el pan, queso y vino a todos los varones mayores de 16 años, renaciendo así la costumbre interrumpida por las circunstancias durante 13 años, y la distribución de una limosna entre los pobres de la localidad”.


4.- LA FIESTA DE SANTIAGO APÓSTOL


Santiago Apóstol es el santo patrón del barrio de Calabazanos, cuya festividad se celebra el 25 de julio.
La fiesta era muy sencilla, con la Misa por la mañana en la pequeña iglesia parroquial, a la que asistía la Corporación y los vecinos del barrio.   Después había una comida para las autoridades en el bar del barrio (después de la Guerra, el del tío Corito)      Y por la tarde, el baile en la plaza amenizado por la misma dulzaina u orquesta que iban a tocar en las fiestas de agosto de Villamuriel.
El gasto de la fiesta lo pagaba el Ayuntamiento, pero durante varios años contribuyeron algunos vecinos del barrio, sobre todo D. Fausto Martín o su hijo Enrique Martín (propietarios de la granja de ganado vacuno del lugar). El último, en 1970, pagó 3.000 pesetas y otro vecino, 1.000 de las 7.000 que le costó la música al Ayuntamiento.


5.- EL DÍA DE SAN SEBASTIÁN Y EL DÍA DE SAN LORENZO


San Sebastián era el titular de la parroquia del pueblo de Villamuriel durante la Edad Media  y, por tanto, su santo patrón, cuya fiesta se celebra el 20 de enero, que sería una fiesta importante del pueblo.  
Del santo se conserva una imagen del s. XV, que debió ocupar un lugar destacado en el retablo de la iglesia de S. Sebastián, pasando después a la de Sta. María.

SAN SEBASTIÁN, DEL S. XV

Al convertirse la iglesia de Sta. María en la parroquia principal de la villa en el s. XVI, la iglesia o ermita de san Sebastián pasó a ser hijuela de Sta. María, pero el Ayuntamiento siguió celebrando el día de San Sebastián.   También había una cofradía que honraba al santo.  Hoy ya no se celebra la fiesta de San Sebastián.

Ese día, el Ayuntamiento en pleno y algunos vecinos asistían a la misa votiva en honor del patrono, según costumbre de tiempo inmemorial.   Se obsequiaba al cura párroco con el desayuno y a las demás autoridades con un sencillo refresco y a veces con una comida después de la Misa,  en un bar del pueblo (bar de Ricardo, bar de la Segunda), cuyos gastos estaban consignados en el presupuesto anual.

Por la tarde, no había baile, pero, al menos en algunos años del s. XX, hubo un concurso en la calle Mayor, en el que los mozos del pueblo, montados en sus caballos y a la carrera, debían coger con la boca uno de los pollos ya muertos y atados con cuerdas a una soga, colocada transversalmente y a cierta altura entre 2 viviendas de la calle.   El espectáculo duraba hasta que los mozos cogían todos los pollos colocados en la soga.

También era voto de villa el día de San Lorenzo, el 10 de agosto.
Ese día, la Corporación en pleno asistía a Misa y a la salida se reunía en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento para tomar un pequeño refresco, como se venía haciendo tradicionalmente.
Ahora creo que el Ayuntamiento ya no celebra esta fiesta.

Del santo hay una imagen en el retablo mayor, obra de Tomás de Sierra (escultor de fines del s. XVII, de Medina de Rioseco) y una reliquia, regalada por Felipe II (sin auténtica, o sea, sin confirmación oficial) en un relicario de madera que se encuentra en la sacristía.


6.- EL DÍA DE SAN PEDRO


El 29 de junio, día de San Pedro, era fiesta en Villamuriel.  
En la iglesia había un retablo dedicado a San Pedro, cuya imagen hoy está en el retablo de San Roque.

Era una jornada no laborable, aunque había personas que trabajaban por la mañana.   Era una fecha para pasar un día de asueto y convivencia, antes de que comenzaran las duras tareas de la recolección de cereales, con un trabajo de sol a sol durante 2 meses.  
También ese día los pastores cambiaban de amo de las ovejas y, por tanto, de casa donde vivían, a veces se sorteaban las suertes de la era para trillar los cereales y los niños acababan la escuela para empezar las vacaciones de verano.

Por la tarde, los jóvenes y niños cogían la merienda en casa e iban a merendarla con sus amigos o hermanos al Plantío, la Era, la acequia pequeña o a otros prados cercanos al pueblo, finalizando la tarde con juegos propios de su edad.


7.- LA FIESTA DE LA VENDIMIA


Villamuriel durante siglos ha tenido bastantes hectáreas de su campo plantadas de majuelos (más de 500 a mediados del s. XX) y ha producido decenas de miles de cántaros de vino (unos 50.000 cántaros al año), empleando a muchos jornaleros en las labores relacionadas con las mismas, siendo un producto muy importante en la economía del pueblo.

En sus Ordenanzas del s. XVIII había varios capítulos dedicados a todo lo relacionado con las viñas (que estaban muy protegidas), señalándose incluso el día en que se podía empezar a vendimiar en este municipio, que solía ser en la 2ª semana de octubre.   La vendimia duraba entre un día y una semana, según el número de hectáreas de viñedo de cada propietario (ya en el s. XX, a la familia Almodóvar, llamada el Diario, le solía durar casi un mes, ya que tenía plantada de majuelo toda la zona del Vivero), pero no había una Fiesta de la Vendimia.

CONCURSO DE VENDIMIA POR PAREJAS

En 1970 se empezó a celebrar la Fiesta de la Vendimia, que se mantuvo durante casi toda la década,
Ese año, la Fiesta se celebró el día 10 de octubre, por la tarde.  A ella asistieron las Autoridades Provinciales, el Sr. Obispo y representantes de todos los Organismos Provinciales. 
El Ayuntamiento acordó asistir en Corporación a todos los actos y que se procure dar a la fiesta el mayor esplendor posible.  Por unanimidad, nombró Vendimiadora Mayor a la señorita Conchita Abril de la Rua y Vendimiadora Infantil a la señorita Josefina Valero Fernández, a las cuales se entregó los correspondientes pergaminos.
Con gran animación entre los vecinos, sobre todo entre las peñas de jóvenes, que participaban en la elaboración del mosto y su reparto a los asistentes, el adorno de las carrozas y el desfile por la calle Mayor, la Fiesta siguió celebrándose en los años siguientes.

CARROZA CON "LA VENDIMIA", DE GOYA

En 1977 la fiesta de la Vendimia se celebró el 23 de octubre con el Programa siguiente:
  • El día 22 por la tarde, habrá un concurso de vendimiadores, en el que podrán tomar parte jóvenes solteros de ambos sexos, vecinos de la localidad, por parejas, y se recogerá el fruto que se vendimie para la obtención del mosto, que se dará a degustar a los que asistan el día 23.
  • El día 23, Misa a las 12 de la mañana, a la que asistirá la Corporación en Pleno. La comitiva de vecinos del pueblo esperará a las Autoridades e invitados en la Plaza de la iglesia.
  • A la salida de Misa se impondrán las bandas a las Vendimiadoras y sus Damas de Honor, dando lectura al Pregón de las fiestas por D. Francisco Antonio Gómez García (Don Paco).  Acto seguido, se obsequiará a los asistentes con un jarrillo lleno de mosto.
  • A continuación, se celebrará un vino español en los locales de la Hermandad Sindical de labradores y ganadores.
  • Por la tarde, a las 4, habrá un desfile de carrozas por la calle Mayor y se darán los premios.
  • Se contratará una música para que amenice los actos y bailes por la tarde en la plaza del Ayuntamiento.

Ese año,  Ángela Becerril  fue la Vendimiadora Mayor y  Amparo Meneses,  la Vendimiadora Menor.
Las Damas de Honor mayores: Eulalia Aparicio, Pilar Paredes, Mª Ángeles Quintano y Mª Eugenia Vallina.
Las Damas de Honor menores: Milagros Luengo, Mª Jesús Garrido, Natividad López y Mª Cruz Valero.
DAMAS DE HONOR DE LA FIESTA

La última vez que se habla de la Fiesta de la Vendimia es en 1978. En marzo, el Ayuntamiento acuerda que “se celebre la Fiesta de la Vendimia con el mismo o mayor esplendor de años anteriores, procurando recabar la cooperación de todas las fuerzas vivas de la villa así como de las peñas de jóvenes, conseguir el máximo de trofeos así como asignaciones en metálico para premiar los concursos que se celebren y solicitar de la Delegación Provincial del Ministerio de Turismo una subvención de 80.000 pesetas para ayudar a sufragar la mitad de los gastos que ocasione la Fiesta”. 

Pero de la Fiesta no se vuelve a hablar en los meses siguientes ni en octubre, lo que indica que ya no se celebró, al suponer un importante gasto para el Ayuntamiento y no recibir la subvención de la Delegación de Turismo, además de que el vino había dejado de ser importante en la economía local, al haberse producido el descepe casi total de las viñas del pueblo. 


8.- LA FIESTA DEL ÁRBOL


Durante la dictadura de Primo de Rivera y primeros años de la 2ª República se celebró la Fiesta del Árbol, un domingo de la 1ª quincena de marzo.      El Ayuntamiento mandaba hacer público por medio de bandos la fecha de su celebración e invitaba a autoridades y funcionarios, a los que obsequiaba con un refresco.

Por la tarde, se acudía al Plantío y se plantaba un nº determinado de chopos (algunos años entre 150 y 200), para lo cual se contrataba a varios obreros que se encargaban de abrir y cerrar las hoyas.
Cuando el Ayuntamiento no tenía suficientes plantones en el vivero de árboles, se los prestaba algún particular, (D. Ezequiel Matía García, en 1925), al que después debía devolvérselos o pagárselos (a 0,75 pesetas cada plantón).

También se avisaba a los maestros para que acudieran al Plantío con los niños y niñas de sus escuelas, a los que se daba una merienda o un cucurucho con unos dulces a cada uno para estímulo de éstos y como recuerdo del acto.
Unas veces el Ayuntamiento y otras un particular, pagándolo de su peculio particular (como en 1924, el alcalde D. Julio Inclán Baquero), contrataban a unos músicos para que amenizaran el acto y así engrandecer la Fiesta.


9.- LA FIESTA DEL DÍA DEL LIBRO ESPAÑOL


Durante la dictadura de Primo de Rivera  se celebró varios años una fiesta muy propia de las bibliotecas de nuestros días, para estimular la lectura entre los niños, la fiesta del Día del Libro Español.
Así, en 1926, se celebró el 7 de octubre por la mañana en la Sala Capitular del Ayuntamiento, invitando a las autoridades locales, a la Junta de 1ª Enseñanza y a los Sres. Maestros para que acudan con sus discípulos.

En el acto se repartió un libro a todos los niños pobres que asistían a las escuelas públicas y otro libro de premio a los 2 primeros niños y niñas de cada sección de las clases escolares, “para estimular a la juventud para que tengan amor al estudio y lleguen a adquirir los conocimientos necesarios a todo buen ciudadano”.


10.- DOCUMENTACIÓN UTILIZADA

  • Actas municipales del Ayuntamiento de Villamuriel, del Archivo Municipal de Villamuriel.
  • Catastro de Ensenada (de 1752), Libro de Respuestas Particulares de Villamuriel, del Archivo Histórico Provincial de Palencia.
  • Libro de Defunciones del s. XVIII de Sta. María de Villamuriel, del Archivo Parroquial de Villamuriel.
  • Información oral de varias personas del pueblo.
  • Fotografías de la Fiesta de la Vendimia de 1977, cedidas por Rosabel Obispo
  • Fotografía de la Virgen del Milagro, de 1908, cedida por Alberto Morchón.
  • Las demás fotografías del autor del artículo


Artículo realizado por Zacarías Diez García, de la Asociación Amigos del Patrimonio de Villamuriel