LAS FIESTAS DE ANTAÑO : HECHOS CURIOSOS
1.- LAS FIESTAS
En las sociedades antiguas, agrarias y muy religiosas, las fiestas cumplían una doble función: poder cumplir formalmente con las obligaciones derivadas de sus creencias religiosas y descansar después de varios días de trabajos duros en el campo o en otras actividades manuales.
Para esas
funciones estaban los domingos y demás fiestas repartidas por el calendario,
todas vinculadas a los diversos misterios de la liturgia cristiana (Navidad,
Semana Santa, Ascensión, Corpus) o a santos protectores contra enfermedades
(San Roque) o calamidades naturales (Sta. Bárbara).
En Villamuriel se
celebraban varias fiestas señaladas, algunas coincidentes con el calendario
festivo nacional (la Ascensión, la Asunción de la Virgen, Santiago Apóstol) y
otras propias de la localidad (San Sebastián, San Roque, San Lorenzo).
En todas siempre
se celebraban las ceremonias religiosas (misas, procesiones) por la mañana,
pero por la tarde solía haber algunos actos organizados o espontáneos que
permitían el solaz y la diversión de los vecinos (baile, juegos, meriendas).
En algunos
momentos también hubo algunas fiestas no religiosas: Fiesta de la Vendimia, Fiesta
del Árbol, Fiesta del Día del Libro.
Este año se van a celebrar pocas fiestas, al menos en los próximos
meses, debido a la crisis sanitaria, y por ello voy a recordar las fiestas que
antaño tenía Villamuriel, pero sólo señalaré los aspectos generales de esas fiestas, deteniéndome más en algún
episodio singular acaecido en la fiesta de algún año concreto.
2.- LA FIESTA DE LA ASCENSIÓN
La fiesta más
importante de Villamuriel era la de la Ascensión, como conmemoración del Milagro
de la Cera, realizado por la Virgen el día de la Ascensión de 1601.
En esta fiesta
eran muy importantes los actos religiosos, como las Vísperas del día de
Villaverde, la Misa solemne del día de la Ascensión, la procesión con la Virgen
del Milagro, las Gracias de los 2 días. A esos actos asistían las Mayordomas/os,
las Niñas de Vela, las Niñas de Gracias, además de las autoridades locales
y demás vecinos del pueblo.
Hasta mediados de los años 40 del s. XX no hubo una cofradía de la Virgen del Milagro, porque siglos atrás la cofradía de Nuestra Señora había sido incorporada por el Obispo a la del Santísimo y después había llegado a desaparecer.
Por ello, los
Mayordomos/as eran voluntarios y para serlo se necesitaba disponer de dinero
para “gastar la Ascensión”, o sea, pagar ciertos gastos de la Fiesta, como el
refresco dado a las autoridades, el pago al predicador, el pago de la música, los
trajes de fiesta.
GRACIAS A LA VIRGEN, DE 1916
Ya en 1921, como llegaba la Fiesta y no había ninguna persona que quisiera “gastar” la Ascensión, el Ayuntamiento se comprometió “a costear la función con la mayor economía posible para no dejar de cumplir lo que nuestros antepasados nos dejaron de legado”.
Pero el 1 de mayo, 4 días antes de la Ascensión, se presentaron voluntarios: “llenos de fe, se han presentado ante la autoridad las personas competentes con el propósito de servir a la Santísima Virgen del Milagro, patrona de este pueblo, quedando relevada esta Corporación de la promesa hecha”.
Hasta la Guerra Civil
siempre hubo Mayordomos, pero la grave situación económica de la posguerra hizo
que durante varios años no hubiera candidatos a serlo. Por ello, para que hubiera mayordomos que
honraran a la Virgen, la Corporación decidió que en adelante el gasto por la
música y el refresco dado a las autoridades fuera a cargo del Ayuntamiento. Así en 1944 el Ayuntamiento pagó 1.900
pesetas por los gastos de las Fiestas de la Ascensión.
También antes era
costumbre que el Ayuntamiento saliera por el pueblo pidiendo dinero para el
sermón del día de la Ascensión. En
1927, El Ayuntamiento decidió que "por el buen nombre del mismo debía quitarse
de raíz esa costumbre, abonando 50 pesetas a los mayordomos para los gastos de
dicho sermón".
Durante las
fiestas había pocas diversiones para los vecinos: por la mañana, después de
Misa, las mujeres iban a preparar la comida, las chicas a pasear y charlar con
las amigas, y los hombres a beber vino a los bares del pueblo, y por la tarde jugaban
a los bolos o a la tanga en la calle y después todos iban al baile a la plaza
de la Villa, amenizado por una dulzaina o más adelante por una pequeña orquesta
(“Los cinco de Castilla” o "Los Clipper´s" , por ejemplo).
PLAZA DE LA VILLA, PROBABLE ESCENARIO DE LA CORRIDA
Pero en 1924 hubo
un espectáculo novedoso, ya que un empresario solicitó al Ayuntamiento un lugar
de la vía pública para celebrar 2 corridas de novillos. Se le concedió celebrarlas en la plaza
pública los días 11 y 13 de mayo, con varias condiciones:
- Tendrá que presentar al Ayuntamiento la autorización del Gobernador Civil.
- Serán de cuenta del contratista todos los gastos que ocasione la celebración de la corrida.
- La entrada de la plaza será de tendido, sin que pueda haberla de plaza, porque ésta se dedica exclusivamente a los lidiadores, que deberán ser 3 profesionales en el oficio y llevarán traje de luces.
- El precio de la entrada será como máximo de 1,5 pesetas, incluidos los impuestos.
- El contratista deberá construir un tablado para el Ayuntamiento e invitados (capaz para 30 personas).
- Cada día se lidiarán 6 toros, que serán capeados, banderillados y después devueltos al corral.
- En la plaza no podrá haber local de venta de vinos y licores, sino que deberán estar fuera y solicitar la licencia del Ayuntamiento.
- Tendrá que ingresar en el Ayuntamiento el 7% como recargo municipal del importe de cada entrada
- Tendrá que ingresar en el Ayuntamiento, antes de comenzar la corrida, el importe de la matrícula Industrial que corresponda a la Hacienda pública.
Estas corridas
originaron al Ayuntamiento un problema con Hacienda. Al
producirse un fallido en el cobro del impuesto por haber resultado insolvente
el contratista, Hacienda inició procedimiento de apremio contra el Ayuntamiento,
por importe de 1.023 pesetas, por no haber exigido al contratista el pago del
impuesto en el acto de las corridas.
El Ayuntamiento
tuvo que acordar el pago del impuesto de las corridas, al haber desestimado
Hacienda el recurso del Ayuntamiento para su condonación y abrirle expediente
para que lo hiciera efectivo. Por
ello, el Ayuntamiento abrió expediente al anterior alcalde y concejales, que
autorizaron dicho espectáculo, para que pagaran dicha cantidad al Ayuntamiento
(pero no he visto que llegaran a pagarlo).
3.- LAS FIESTAS DE LA VIRGEN Y SAN ROQUE
La otra fiesta importante era la de Nuestra Señora de la Asunción (patrona del pueblo, por ser la titular de la iglesia parroquial) y San Roque, los días 15 y 16 de agosto.
El culto a San Roque estaba muy extendido, al ser un santo protector contra la peste, epidemia muy frecuente hasta el s. XVIII.
En Villamuriel, es probable que se diera culto al santo ya en el s. XVII, siglo en el que hubo varias epidemias graves de peste en España. En la iglesia de Sta. María ya había un retablo dedicado a este santo en el s. XVIII, antes de que se hiciera el retablo actual de San Roque (realizado por F. Tejedor en 1771), que sustituyó al otro.
Esos días, además
de las Misas y procesiones, como actos religiosos, y de las verbenas populares,
el acto más conocido que desde hace muchos años realiza el Ayuntamiento es el
reparto del pan y el queso, el día de San Roque: se da un bollo, un trozo de
queso y medio litro a cada persona que desee hacer cola para cogerlo (que luego
se come con familiares o amigos en la Era del pueblo), aunque antes sólo se
daba a los varones mayores de cierta edad.
RETABLO DE SAN ROQUE, DEL S. XVIII
¿Cuándo empezó la tradición del reparto del pan y el queso?
He visto en algún
periódico que fue a partir de 1717, con motivo de una peste que azotó la zona,
de la que se salvó por intercesión de San Roque, lo cual no he podido confirmar
por las fuentes documentales al alcance.
Pero dudo de que fuera en esa fecha, porque he visto que las defunciones
fueron bajas en Villamuriel en esa fecha y años próximos, lo que no encaja con
una peste, que solía provocar muchos muertos.
En el
Catastro de Ensenada (1752), viendo todos los gastos del Ayuntamiento por
quinquenios, no aparece reflejado ningún gasto por eso concepto (y vienen
indicados gastos por numerosos aspectos).
Sólo se señala un gasto de 20 reales, que se pagan al predicador el día
de san Roque y 18 reales en “cuetes”.
Por ello, esa
tradición tuvo que empezar en otro momento posterior, en la 2ª mitad del
s. XVIII o ya en el s. XIX.
Así en 1847, para
el día de San Roque, como voto de villa que es en el pueblo, se fijó un
presupuesto de los gastos que podía hacer el Ayuntamiento, indicando también el
refresco que debía darse al vecindario, como era costumbre.
Así se señalaba
que “el gasto será de 1 día en comida, refresco y cena para el “orador “(el que
predica en la misa) y para el refresco a los vecinos: 10 libras de almendras retostadas, 4
libras de bizcochos de pan, 1 libra de azucarillos y el vino y resolí (licor de
café, aguardiente, agua, azúcar y canela) que se necesite”.
Pero entonces no se daba queso y tampoco demasiado pan, sino un sencillo refresco (bastante distinto a lo que se dará después, en el s. XX), como solían hacer las cofradías con sus cofrades los días en que honraban a sus titulares.
Pero entonces no se daba queso y tampoco demasiado pan, sino un sencillo refresco (bastante distinto a lo que se dará después, en el s. XX), como solían hacer las cofradías con sus cofrades los días en que honraban a sus titulares.
REPARTO DEL PAN Y EL QUESO
No siempre se ha
mantenido esa tradición, ya que durante 13 años, desde 1932 a 1944 (durante la
2ª República, la Guerra Civil y primeros años de la Posguerra), no se produjo
el reparto del pan y el queso y se suprimió la merienda que desde tiempo
inmemorial venía disfrutando el Ayuntamiento y autoridades locales con motivo
de la festividad de San Roque, por las difíciles condiciones políticas y
económicas de España.
Ya en agosto de
1945, la Corporación aprobó que “el día de la Virgen haya una verbena popular
en la plaza, a las 12 de la noche, y que el día de San Roque, a las 7 de la
tarde, se vuelva a dar el pan, queso y vino a todos los varones mayores de 16
años, renaciendo así la costumbre interrumpida por las circunstancias durante
13 años, y la distribución de una limosna entre los pobres de la localidad”.
4.- LA FIESTA DE SANTIAGO APÓSTOL
Santiago Apóstol es el santo patrón del barrio de Calabazanos, cuya festividad se celebra el 25 de julio.
La fiesta era
muy sencilla, con la Misa por la mañana en la pequeña iglesia parroquial, a la que asistía la Corporación y los
vecinos del barrio. Después había una
comida para las autoridades en el bar del barrio (después de la Guerra, el del tío Corito) Y por la tarde, el baile en la plaza amenizado por la
misma dulzaina u orquesta que iban a tocar en las fiestas de agosto de
Villamuriel.
El gasto de la
fiesta lo pagaba el Ayuntamiento, pero durante varios años contribuyeron
algunos vecinos del barrio, sobre todo D. Fausto Martín o su hijo Enrique Martín (propietarios de la
granja de ganado vacuno del lugar). El último, en 1970, pagó 3.000 pesetas y otro vecino, 1.000 de las 7.000 que le costó la música al Ayuntamiento.
5.- EL DÍA DE SAN SEBASTIÁN Y EL DÍA DE SAN LORENZO
San Sebastián era
el titular de la parroquia del pueblo de Villamuriel durante la Edad Media y, por tanto, su santo patrón, cuya fiesta se celebra el 20 de enero, que sería una fiesta importante del pueblo.
Del santo se
conserva una imagen del s. XV, que debió ocupar un lugar destacado en el
retablo de la iglesia de S. Sebastián, pasando después a la de Sta. María.
Al convertirse la
iglesia de Sta. María en la parroquia principal de la villa en el s. XVI, la
iglesia o ermita de san Sebastián pasó a ser hijuela de Sta. María, pero el
Ayuntamiento siguió celebrando el día de San Sebastián. También había una cofradía que honraba al santo. Hoy
ya no se celebra la fiesta de San Sebastián.
Ese día, el
Ayuntamiento en pleno y algunos vecinos asistían a la misa votiva en honor del
patrono, según costumbre de tiempo inmemorial.
Se obsequiaba al cura párroco con el desayuno y a las demás autoridades
con un sencillo refresco y a veces con una comida después de la Misa, en un bar del pueblo (bar de Ricardo, bar de la Segunda), cuyos
gastos estaban consignados en el presupuesto anual.
Por la tarde, no
había baile, pero, al menos en algunos años del s. XX, hubo un concurso en la
calle Mayor, en el que los mozos del pueblo, montados en sus caballos y a la
carrera, debían coger con la boca uno de los pollos ya muertos y atados con
cuerdas a una soga, colocada transversalmente y a cierta altura entre 2
viviendas de la calle. El
espectáculo duraba hasta que los mozos cogían todos los pollos colocados en la
soga.
También era voto de villa el día de San Lorenzo, el 10 de agosto.
Ese día, la Corporación en pleno asistía a Misa y a la salida se reunía en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento para tomar un pequeño refresco, como se venía haciendo tradicionalmente.
Ahora creo que el Ayuntamiento ya no celebra esta fiesta.
Del santo hay una imagen en el retablo mayor, obra de Tomás de Sierra (escultor de fines del s. XVII, de Medina de Rioseco) y una reliquia, regalada por Felipe II (sin auténtica, o sea, sin confirmación oficial) en un relicario de madera que se encuentra en la sacristía.
6.- EL DÍA DE SAN PEDRO
El 29 de junio, día de San Pedro, era fiesta en Villamuriel.
En la iglesia había un retablo dedicado a San Pedro, cuya imagen hoy está en el retablo de San Roque.
Era una jornada no laborable, aunque había personas que trabajaban por
la mañana. Era una fecha para pasar un
día de asueto y convivencia, antes de que comenzaran las duras tareas de la
recolección de cereales, con un trabajo de sol a sol durante 2 meses.
También ese día los pastores cambiaban de amo de las ovejas y, por tanto, de casa donde vivían, a veces se sorteaban las suertes de la era para trillar los cereales y los niños acababan la escuela para empezar las
vacaciones de verano.
Por la tarde, los jóvenes y niños cogían la merienda en casa e iban a merendarla con sus amigos o hermanos al
Plantío, la Era, la acequia pequeña o a otros prados cercanos al pueblo, finalizando la
tarde con juegos propios de su edad.
7.- LA FIESTA DE LA VENDIMIA
Villamuriel durante siglos ha tenido bastantes hectáreas de su campo plantadas de majuelos (más de 500 a mediados del s. XX) y ha producido decenas de miles de cántaros de vino (unos 50.000 cántaros al año), empleando a muchos jornaleros en las labores relacionadas con las mismas, siendo un producto muy importante en la economía del pueblo.
En sus Ordenanzas
del s. XVIII había varios capítulos dedicados a todo lo relacionado con las viñas
(que estaban muy protegidas), señalándose incluso el día en que se podía
empezar a vendimiar en este municipio, que solía ser en la 2ª semana de
octubre. La vendimia duraba entre un
día y una semana, según el número de hectáreas de viñedo de cada propietario (ya en el s. XX, a
la familia Almodóvar, llamada el Diario, le solía durar casi un mes, ya que
tenía plantada de majuelo toda la zona del Vivero), pero no había una Fiesta de
la Vendimia.
CONCURSO DE VENDIMIA POR PAREJAS
En 1970 se empezó
a celebrar la Fiesta de la Vendimia, que se mantuvo durante casi toda la
década,
Ese año, la Fiesta
se celebró el día 10 de octubre, por la tarde.
A ella asistieron las Autoridades Provinciales, el Sr. Obispo y
representantes de todos los Organismos Provinciales.
El Ayuntamiento
acordó asistir en Corporación a todos los actos y que se procure dar a la
fiesta el mayor esplendor posible. Por
unanimidad, nombró Vendimiadora Mayor a la señorita Conchita Abril de la Rua y
Vendimiadora Infantil a la señorita Josefina Valero Fernández, a las cuales se
entregó los correspondientes pergaminos.
Con gran animación
entre los vecinos, sobre todo entre las peñas de jóvenes, que participaban en
la elaboración del mosto y su reparto a los asistentes, el adorno de las
carrozas y el desfile por la calle Mayor, la Fiesta siguió celebrándose en los
años siguientes.
En 1977 la fiesta
de la Vendimia se celebró el 23 de octubre con el Programa siguiente:
- El día 22 por la tarde, habrá un concurso de vendimiadores, en el que podrán tomar parte jóvenes solteros de ambos sexos, vecinos de la localidad, por parejas, y se recogerá el fruto que se vendimie para la obtención del mosto, que se dará a degustar a los que asistan el día 23.
- El día 23, Misa a las 12 de la mañana, a la que asistirá la Corporación en Pleno. La comitiva de vecinos del pueblo esperará a las Autoridades e invitados en la Plaza de la iglesia.
- A la salida de Misa se impondrán las bandas a las Vendimiadoras y sus Damas de Honor, dando lectura al Pregón de las fiestas por D. Francisco Antonio Gómez García (Don Paco). Acto seguido, se obsequiará a los asistentes con un jarrillo lleno de mosto.
- A continuación, se celebrará un vino español en los locales de la Hermandad Sindical de labradores y ganadores.
- Por la tarde, a las 4, habrá un desfile de carrozas por la calle Mayor y se darán los premios.
- Se contratará una música para que amenice los actos y bailes por la tarde en la plaza del Ayuntamiento.
Ese año, Ángela Becerril fue la Vendimiadora Mayor y Amparo Meneses, la Vendimiadora Menor.
Las Damas de Honor
mayores: Eulalia Aparicio, Pilar Paredes, Mª Ángeles Quintano y Mª Eugenia Vallina.
Las Damas de Honor
menores: Milagros Luengo, Mª Jesús Garrido, Natividad López y Mª Cruz Valero.
DAMAS DE HONOR DE LA FIESTA
La última vez que se habla de la Fiesta de la Vendimia es en 1978. En marzo, el Ayuntamiento acuerda que “se celebre la Fiesta de la Vendimia con el mismo o mayor esplendor de años anteriores, procurando recabar la cooperación de todas las fuerzas vivas de la villa así como de las peñas de jóvenes, conseguir el máximo de trofeos así como asignaciones en metálico para premiar los concursos que se celebren y solicitar de la Delegación Provincial del Ministerio de Turismo una subvención de 80.000 pesetas para ayudar a sufragar la mitad de los gastos que ocasione la Fiesta”.
Pero de la Fiesta
no se vuelve a hablar en los meses siguientes ni en octubre, lo que indica que
ya no se celebró, al suponer un importante gasto para el Ayuntamiento y no
recibir la subvención de la Delegación de Turismo, además de que el vino había
dejado de ser importante en la economía local, al haberse producido el descepe
casi total de las viñas del pueblo.
8.- LA FIESTA DEL ÁRBOL
Durante la dictadura de Primo de Rivera y primeros años de la 2ª República se celebró la Fiesta del Árbol, un domingo de la 1ª quincena de marzo. El Ayuntamiento mandaba hacer público por medio de bandos la fecha de su celebración e invitaba a autoridades y funcionarios, a los que obsequiaba con un refresco.
Por la tarde, se
acudía al Plantío y se plantaba un nº determinado de chopos (algunos años
entre 150 y 200), para lo cual se contrataba a varios obreros que se encargaban
de abrir y cerrar las hoyas.
Cuando el
Ayuntamiento no tenía suficientes plantones en el vivero de árboles, se los
prestaba algún particular, (D. Ezequiel Matía García, en 1925), al que después debía devolvérselos
o pagárselos (a 0,75 pesetas cada plantón).
También se avisaba
a los maestros para que acudieran al Plantío con los niños y niñas de sus
escuelas, a los que se daba una merienda o un cucurucho con unos dulces a cada
uno para estímulo de éstos y como recuerdo del acto.
Unas veces el
Ayuntamiento y otras un particular, pagándolo de su peculio particular (como en
1924, el alcalde D. Julio Inclán Baquero), contrataban a unos músicos para que
amenizaran el acto y así engrandecer la Fiesta.
Durante la dictadura de Primo de Rivera se celebró varios años una fiesta muy propia de las bibliotecas de nuestros días, para estimular la lectura entre los niños, la fiesta del Día del Libro Español.
9.- LA FIESTA DEL DÍA DEL LIBRO ESPAÑOL
Durante la dictadura de Primo de Rivera se celebró varios años una fiesta muy propia de las bibliotecas de nuestros días, para estimular la lectura entre los niños, la fiesta del Día del Libro Español.
Así, en 1926, se
celebró el 7 de octubre por la mañana en la Sala Capitular del Ayuntamiento,
invitando a las autoridades locales, a la Junta de 1ª Enseñanza y a los Sres. Maestros
para que acudan con sus discípulos.
En el acto se
repartió un libro a todos los niños pobres que asistían a las escuelas públicas
y otro libro de premio a los 2 primeros niños y niñas de cada sección de las
clases escolares, “para estimular a la juventud para que tengan amor al estudio
y lleguen a adquirir los conocimientos necesarios a todo buen ciudadano”.
10.- DOCUMENTACIÓN UTILIZADA
- Actas municipales del Ayuntamiento de Villamuriel, del Archivo Municipal de Villamuriel.
- Catastro de Ensenada (de 1752), Libro de Respuestas Particulares de Villamuriel, del Archivo Histórico Provincial de Palencia.
- Libro de Defunciones del s. XVIII de Sta. María de Villamuriel, del Archivo Parroquial de Villamuriel.
- Información oral de varias personas del pueblo.
- Fotografías de la Fiesta de la Vendimia de 1977, cedidas por Rosabel Obispo
- Fotografía de la Virgen del Milagro, de 1908, cedida por Alberto Morchón.
- Las demás fotografías del autor del artículo
Artículo realizado por Zacarías Diez García, de la Asociación Amigos del Patrimonio de Villamuriel
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